Selección Oficial FICM Cortos (4): Cortos para llenar el programa: signos de cansancio creativo

Cuarta parte 

Por Ulises Pérez Mancilla 

Al punto medio de la exhibición de cortometrajes en competencia (específicamente programas 4 y 5), se siente ya la sequía de un año poco afortunado para la producción de este formato, al grado de mal pensar sobre qué tan mal estaría lo que quedó fuera (entre ello, prácticamente el 90 por ciento de la producción escolar del CUEC en un año) que lo que hay, comienza a parecer lo que hubo. Signos de cansancio creativo y redundancia temática. 

CEREBRO 

Un cineminuto de Alejandro Argüelles, el orgullo cuequero de este año frente a la supremacía cecera, con dos cortometrajes de su autoría en competencia. Políticamente incorrecto y de final transgresor, un ejercicio experimental que explota con tintes de humor negro el máximo conflicto de un estudiante de cine:  el bloqueo mental.  

TUGGING HEARTS 

Un cineminuto de animación dirigido por Paula Assadourian, realizado en la Vancouver Film School. Elegante y sencillo, su mayor virtud es la búsqueda de un estilo gráfico y narrativo dentro de la animación tradicional, con historias silentes, trazos sencillos e historias sobre la incomunicación.  

NUBES DISTANTES 

Pierre Saint-Martin (egresado cuequero) es de todos los participantes, quizá el más veterano competidor de Morelia, pese a su juventud. En esta ocasión, presenta un cortometraje realizado en un festival de cine en Ecuador y son dos sus principales logros: por un lado, confirma su constancia como cortometrajista disciplinado y por el otro, comienza la búsqueda de un estilo de realización propio sin abandonar sus obsesiones temáticas, a partir de relaciones de pareja marcadas por la imposibilidad del amor.   

MI NIÑA La mayor virtud de este corto de Horacio Ramírez es que aborda un tema espinoso dentro de un contexto bien delimitado, arriesgándose con un final perturbador, triste e inquietante (con todo y que sucumbe a algunos momentos de humor involuntario). Le sobra tiempo y le falta experiencia en el dominio de la cámara, pero al menos, plantea con toda claridad (y valentía) lo que otro corto de temática similar (Globo azul) no pudo.  

AUTORETRATO 

El segundo cineminuto de Alex Argüelles no deja de sentirse un trabajo escolar del chico brillante de su generación, pero deja ver muy claramente la promisoria carrera de un realizador que sabe imponer su personalidad a sus trabajos. Morelia le da la bienvenida en grande y seguramente tendrá las puertas abiertas en festivales venideros. 

RECTO RECTO GANCHO 

Atroz. Otra tesis de la Universidad Iberoamericana que a diferencia de Chiflando en la loma y Danzón N0 2, no tiene pies ni cabeza. Es un mal chiste que se agota en los primeros minutos. Ni siquiera agarra vuelo como idea creativa para anuncio publicitario. Incomprensible.  

LA LIGERA PRESIÓN DE UN PENSAMIENTO

Como Argüelles, Paula Assadourian es de las privilegiadas con dos cortos en competencia. Con este, da continuidad a su estilo descrito anteriormente. Ella es muy joven y por lo tanto, una promesa relevante en la animación mexicana, tan creciente y demandante en los últimos años.  

EL VENADO Y LA NIEBLA 

Cuenta la historia de una leyenda, sobre la suerte (o la tragedia) que desata un cazador al encontrarse una piedra adentro de un venado. Su mayor virtud es ofrecer un acercamiento sincero a una cuestión identitaria que le es familiar y cercana al director, Miguel Ángel Ventura. Pese a su solvencia narrativa, se agradecería una menor duración y la eliminación del desafortunado efecto de luz que demerita la destacada participación de un casting de no actores.   

CÓMO MIRAR BAJO LA LLUVIA 

Otro corto surgido de un interés turístico con intención de volver documento fílmico el registro de fachadas de pueblos folclóricos, en este caso, Tlacotalpan Veracruz (muy al estilo de chiflando en la loma). Lo dirige Lilia Deschamps y cuenta la historia de un pueblo que se reúne todas las tardes a ver la única televisión que existe ahí y que le pertenece a un general. De esos trabajos “para toda la familia” que pecan de cachirulescos y abusan de la presencia angelical de un niño en el protagónico.  

MAREA ALTA Un corto sinrazón de ser. Su elección de planos no tienen coherencia narrativa. Es la historia de una mujer diagnosticada como VIH postivo que sufre, sufre, sufre (haciendo un sentido homenaje a Demóstenes el de Don Gato). Otro corto con premisa sin historia, que pudo resolverse en un minuto. Dice la directora cecera, Bárbara Ochoa que trata sobre “la impermanencia de la vida”, pero eligió un tema harto complejo y un contexto todavía más, como lo es la enfermedad de odio que significa el SIDA. Luisa Pardo, la protagonista de la historia pudo haber sufrido por cualquier motivo y los 16 minutos que dura su martirio serían exactamente igual, lo que habla de una motivación autoral impersonal y de un existencialismo hueco, renuente a hablar de un auténtico conflicto de autor, que toma de sus propios demonios para construir su obra. Una vez más, es evidente el desprecio por desarrollar una historia. 

DE FUT Un corto amable, de corte familiar, sobre un niño que odia el futbol y que está seguro de que su padre, que lo abandonó al nacer, no es su padre, porque de otra forma le gustaría jugar el “juego del hombre”. Equilibrio narrativo por parte del director cecero, José Ramón Chávez entre tanta contemplación, pero de fallido resultado pues todo el tiempo, además de sentirse un trabajo más televisivo que cinematográfico, es imposible no remitirse a Cómo no te voy a querer, la peor ópera prima en la historia del Centro de Capacitación Cinematográfica.  

DESIERTO 

A Christian Rivera le tomó cuatro años terminar este destacado corto de animación que aborda una aleccionadora fábula sobre los riesgos de tomar el camino más corto. La técnica fue celebrada por el público en casi todas sus funciones y el sustento narrativo que le da ser una adaptación literaria se notan, aun cuando sus imágenes sucumben a la herencia contemplativa que Lisandro Alonso le ha heredado a las nuevas generaciones del CCC. 

ATMÓSFERA 

Se trata del más reciente corto de Julián Hernández surgido del Rally Malayerba Pro, que lo llevó a realizarlo en 24 horas con una cámara digital, sobre un tema ambiental previamente establecido por el concurso. El corto ganó, pero Julián decidió postproducirlo por su cuenta, dándole el toque final que lo convierte en uno de los trabajos más destacados de su filmografía. 

EN LA FOTO DEL INICIO: Still de Atmósfera, de Julián Hernández

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