Por Sergio Huidobro
Desde Guanajuato
Una conferencia virtual parece el entorno para un encuentro entre Michel Gondry y su numeroso público mexicano. Fue uno de sus paisanos célebres, André Breton, quien intentó describir el carácter onírico y surreal de la vida cotidiana en México. Si algo hay de cierto en esto, la conversación tendría que fluir como el agua entre los asistentes al GIFF y Gondry, uno de los paisajistas más hábiles del reino de los sueños y la memoria en el cine contemporáneo.
Para el autor de “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”, el cine nunca termina en el cine. Sus referencias son inabarcables y van de la música al arte callejero, la literatura francesa, los chistes, el diseño gráfico, el videoclip o la comida. Su propia trayectoria hace eco de esta multiplicidad: su trabajo para artistas como Björk o The White Stripes tiene nexos inconfundibles con su trabajo visual, su cine o su particular filosofía en torno a la vida, la infancia, la memoria o la imaginación.
Durante la charla, uno de los platos fuertes del GIFF este año, Gondry detalló su curiosa relación con el cine digital y sus vaticinios acerca del futuro del cine como medio y como tecnología. Él, uno de los defensores más propositivos de los efectos ópticos y de lo “hecho a mano”, también se ha adaptado a los rodajes digitales en sus últimas tres películas, y su hambre por la mutación no parece terminar ahí.
Una de las sorpresas de la charla que Gondry sostuvo con público joven en el Auditorio del Estado fue la evocación que hizo de Robert Bresson, “quizá mi cineasta favorito” y de su Mouchette (1967) como una de sus películas favoritas. Y es que Bresson, férreo propulsor de un naturalismo asceta, sobrio y profundamente moral, parecería una antítesis para la exuberante pirotecnia audiovisual de Gondry, pero en el arte, la influencia opera en senderos misteriosos.
A pesar de una serie de notorias fallas técnicas, problemas de traducción y un audio deficiente, el encuentro virtual con Michel Gondry culminó como uno de los eventos estrella de la sección del GIFF destinada a las nuevas tecnologías aplicadas al cine. La misma sección contempla un muestrario de artefactos de realidad virtual y una maratónica sesión de 40 horas destinada a generar ideas entre profesionales de la tecnología.
Foto Graciela Sánchez Silva