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2021-03-29 00:00:00

Crítica: «Hasta la vista»: La diversidad, la liberación y la vida

Por Lorena Loeza

Como audiencias, estamos acostumbradas a un específico retrato de las discapacidades en el cine, casi siempre ligado a historias de valentía y superación para lograr la aceptación de las limitantes y seguir adelante a pesar de las adversidades.

Es poco común narrar historias donde las y los protagonistas no busquen el valor o la fortaleza, sino simplemente una vida plena como todas las demás personas. Esta película parece instalarse justo en esa premisa, narrando la verídica historia de tres jóvenes veinteañeros, con diferentes tipos de discapacidad, que aspiran a lo que todo joven de su edad desearía: una experiencia sexual, mucho vino y un viaje de aventura junto con sus mejores amigos.

Lo novedoso estriba en que son pocas las historias que hablan abiertamente de la sexualidad desde la perspectiva de las personas que viven con algún tipo de discapacidad. Pienso en este momento –como excepción– en el documental “Crip Camp. Campamento Extraordinario” (J. Lebrecht, N. Newnham, USA, 2020), nominado al premio Oscar en la categoría documental en la edición 2021, que ilustra el asunto desde una interesante perspectiva de derechos.

Si, la salud sexual y reproductiva también es un derecho humano. Uno al que todas las personas deberían tener acceso –lo que implica reconocimiento, información y medios adecuados para su disfrute– independientemente de la condición de salud o discapacidad.

Sin embargo, esta discusión no existe en muchos ámbitos de lo cotidiano, y es justo donde la película se coloca para expresar un discurso a favor de la vida y la libertad.

“Hasta la vista” (“Come as you are”, G. Enthoven, Bélgica, 2011) narra la historia de tres jóvenes, que viven con diferentes tipos de discapacidad (múltiple, motriz y visual). Los tres chicos nunca han viajado solos, y nunca han tenido una experiencia sexual.

Un día, descubren que hay una casa de citas y encuentros sexuales especializada en personas con discapacidad en España. Ellos viven en Francia, lo que supone un largo camino, gastos y otras cuestiones que sus familias no estarían dispuestas a aprobar.

Es así que planean un escape, contratan a una enfermera para que los transporte, y ahí empieza un road trip cargado de vivencias y emociones a caballo entre la comedia, la reflexión y el drama.

El director juega con diferentes gamas de emociones que al final tienen el enorme mérito de dibujar a personas reales, con defectos, prejuicios, virtudes, temores e incertidumbres frente a la sobrecogedora experiencia que es la vida misma.
Más allá de la negación y la sobreprotección, está la capacidad de las personas de tomar sus propias decisiones acorde a sus circunstancias. “Hasta la vista” lleva a las y los espectadores en esa ruta, no victimizando a los protagonistas, sino ilustrando la necesidad de empoderamiento y toma de decisiones.

Quizá lo más destacable de “Hasta la vista” es la manera en que coloca los conflictos, que develan la complejidad de un tema tabú para muchas personas. Una nueva mirada hacia la discapacidad sin victimización ni melodrama, resulta muy necesaria y urgente en nuestros tiempos. Bienvenidas las historias que cuentan las realidades que muchas veces no queremos mirar de frente.