Por Miguel Ravelo
La 14ª edición del Festival Internacional de Cine de Morelia ha llegado a su fin, pero aún tenemos la oportunidad de revisar, dentro del ciclo “Lo mejor del Festival de Cine de Morelia en la Ciudad de México”, el trabajo ganador de los premios Guerrero de la Prensa al Mejor Largometraje Documental, el premio a Documental Mexicano Realizado por una Mujer, y también el máximo galardón que entrega el Festival: el OJO a Mejor Largometraje Documental.
La segunda película titulada “Bellas de Noche” presentada en esta edición, se trata del documental dirigido por María José Cuevas en el que retrata a cinco de las protagonistas de la vida nocturna de la Ciudad de México en las décadas de los setenta y ochenta: las vedettes Lin May, Princesa Yamal, Wanda Seux, Olga Breeskin y Rossy Mendoza.
Vale la pena detenerse en la decisión del Festival de programar no solamente este nuevo documental, sino también la película de Miguel M. Delgado que en 1975 le abriría las puertas al cine de ficheras; si aquella nos daba una primera aproximación al que se convertiría en uno de los géneros más exitosos y menos apreciados del cine nacional, María José Cuevas se aleja de la ficción y nos trae el relato de lo que pasó 41 años después con algunas de las protagonistas de las noches de máximo glamour de aquella época.
Y será la noche la que reciba con los brazos abiertos a nuestras protagonistas, como se aprecia en el bien seleccionado material de archivo que nos muestra los shows de la época en toda su gloria: vestidos de brillantes lentejuelas coronados con enormes y extravagantes tocados, tanto o más espectaculares que los breves atuendos que brillaban al movimiento de las complicadas coreografías. Ya sea en películas, centros nocturnos o programas de televisión, María José Cuevas nos permite conocer primero a sus protagonistas en el punto más alto de sus carreras, siendo las indiscutibles reinas de la noche de aquel México tan diferente al de hoy.
Después de cada una de las presentaciones, la directora nos muestra a sus protagonistas hoy en día. Mujeres fuertes que viven con alegría y júbilo, a pesar de que la época del glamour y el cabaret ha dado paso a espectáculos muy diferentes a los que ellas conocieron. La aproximación que hace María José Cuevas a sus vidas es siempre respetuosa, y es posible notar desde las primeras entrevistas la complicidad lograda entre la realizadora y las protagonistas. Es notoria la confianza lograda al verlas compartir algunas de las anécdotas más escandalosas y divertidas de la vida nocturna de los setenta, y también de abrir sus corazones para relatarnos cómo es su vida hoy. Quiénes son, a qué se dedican, cómo afrontan el día a día, qué es para ellas no sólo haber sido, sino seguir siendo estrellas cuya luz brilla en cada evento al que asisten, a cada presentación a las que son invitadas.
Los contrastes mostrados en el documental son a veces duros, pero siempre retratados con puntualidad. Es destacable la forma en que el trabajo muestra cómo para todas ellas llegó un momento en que la vida las obligó a reinventarse. Enfrentándose a enfermedades, rechazo, soledad o habladurías, las cinco protagonistas hablan de cómo afrontaron las pruebas más difíciles, y cómo llegó un punto en el que decidieron que el dejarse caer no era una opción. Cada una salió adelante a su manera, y con alegría y un júbilo contagioso nos permiten ser testigos de su proceso y fortaleza.
Cuando el documental termina y los créditos corren, queda un sentimiento de nostalgia, pero también de una alegría por vivir y de una emoción casi palpable en cada una de ellas por lo que el futuro les tenga reservado. Con respeto, calidez y complicidad, María José Cuevas consiguió un notable retrato no solamente de las protagonistas de un México que ya se fue, sino de cinco maneras muy diferentes de afrontar la vida y el paso del tiempo: con los brazos abiertos y con la fortaleza que se refleja en la mirada y las palabras de cada una de ellas.