Por Hugo Lara Chávez
Somewhere, en un lugar del corazón, la más reciente película de la directora Sofia Coppola, forma inequívocamente un díptico con una de sus películas más apreciadas, Perdidos en Tokyo (Lost in Translation, 2003), ambas centradas en un actor como protagonista, cuyo trayecto entre el ocio y el absurdo del show biz permite hurgar en los entresijos de lo íntimo, de la soledad y la búsqueda de cariño.
Somewhere está situada en Los Ángeles. Es un relato construido con base en viñetas de la vida y rutina de un actor en ascenso de Hollywood, Johnny Marco (Stephen Dorff). Es una estrella que en apariencia tiene todo lo que cualquiera desearía: éxito, fama, dinero, un ferrari y mujeres a su antojo. Pero Johnny se encuentra en plena transición. Vive solo en un cuarto de hotel a donde ocasionalmente llega a visitarlo su hija preadolescente, Cleo (Elle Fanning). El contacto con ella a lo largo de varios días permite que termine por manifestar sus sentimientos y su fragilidad como hombre, detrás de su coraza de luminaria hollywoodense.
La directora-guionista se permite largas secuencias donde se observa al personaje en momentos aparentemente intrascendentes: conduciendo su auto por la ciudad o coqueteando con mujeres o disfrutando de dos bailarinas que hacen piruetas en un tubo en su habitación o jugando Wii con su hija. Con este método, Coppola capta la textura de los ambientes y de cada situación, bien lo ridículo y fatigoso de un semental que se queda dormido entre las piernas de una amante ocasional, o bien el vértigo de los reflectores durante una presentación en Milán, que por cierto no sólo evoca secuencias semejantes de Perdidos en Tokyo, sino incluso de un cortometraje de Fellini, Toby Dammit, de Histoires extraordinaires (1968).
Sin embargo, la clave de Somewhere reside en la relación padre-hija, que la directora y las notables actuaciones de Fanning y Dorff logran traducir en momentos entrañables y hermosos, como la secuencia de la psicina. Además, Coppola sabe apoyarse en el estupendo trabajo de cámara y en una poderosa banda sonora. Así, mediante el hallazgo de sutilezas, la trama se asoma a la perspectiva de ambos personajes para describir la complejidad que los une y los separa. Son dos seres que se necesitan pero que no saben cómo acoplarse, en medio de una condición donde todo parece temporal e improvisado, como la vida en un cuarto de hotel o el hecho de que ella solo permanecerán con él unos cuantos días.
La ciudad de Los Angeles hace eco a esta historia agridulce, donde se mezcla la opulencia con la frivolidad y lo artificioso con la soledad. También, se desnuda este ambiente del espectáculo, donde resuenan preguntas estúpidas en las conferencias de prensa. Pero Coppola no mira con desdén todo esto, sino que revela su conocimiento de estos entornos en los que ella mismo creció, al lado de su padre cineasta. Y lo hace de forma emotiva y convincente.
Premiada en el Festival de Venecia con el León de Oro, Somewhere es una película importante en la carrera de Coppola, ya convertida en una realidad entre los cineastas estadounidenses contemporáneos de mayor calidad, cuya breve pero sólida carrera así lo constata, desde su opera prima, Las vírgenes suicidas (The Virgin Suicides, 1999), o bien María Antonieta (Marie Antoniette, 2006), las dos cintas que completan su filmografía hasta ahora.
Somewhere. En un rincón del corazón (Somewhere)
Dirección y guión: Sofia Coppola. País: USA. Año: 2010. Género: Drama. Interpretación: Stephen Dorff (Johnny), Elle Fanning, Michelle Monaghan, Benicio del Toro. Producción: G. Marc Brown, Roman Coppola y Sofia Coppola. Fotografía: Harris Savides. Montaje: Sarah Flack. Diseño de producción: Anne Ross. Vestuario: Stacey Battat.
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