Por Alejandro Turdó
EscribiendoCine.com-CorreCamara.com
La saga de Jason Bourne cambió el rumbo del subgénero de thrillers de espías sazonados con momentos a pura adrenalina y acción en el nuevo milenio, para bien y para mal. “Asesino: Misión venganza” (American Assassin, 2017) llega a la pantalla grande como la primera adaptación de una de las quince novelas que componen la saga del escritor Vince Flynn.
Mitch Rapp (Dylan O’Brien) es un principiante dentro de las fuerzas que luchan contra el terrorismo a través de esas organizaciones gubernamentales poco transparentes que desde la ficción se suelen asociar al gobierno de los Estados Unidos. Tras la pérdida de su novia en un atentado, Mitch se obsesiona con formar parte de las fuerzas que pelean por mantener a raya a las células subversivas del mundo, y en su primera misión tiene la tarea de impedir nada más y nada menos que la construcción de una bomba atómica que incluye la participación de un ex integrante de su propio grupo anti-terrorista quien además tiene varias cuentas por saldar con el Tío Sam.
Dylan O’Brien le ganó la pulseada por el papel protagónico a pesos pesados como Chris Hemsworth, Colin Farrell, Matthew Fox y Gerard Butler entre otros; pero cuando el actor elegido para ser tu próximo héroe de acción viene del semillero de Teen Wolf en MTV, debería encenderse alguna alarma, sino pregúntenle a Taylor Lautner y su mal paso con “Identidad secreta” (Abduction, 2011). Si bien se destaca el esfuerzo de Dylan O’Brien por darle forma a ese personaje recio y atormentado dispuesto a todo, su physique du role de niño bonito interfiere constantemente.
Considerando que la producción de la película fue acelerada para no perder los derechos de la obra de Vince Flynn, no extraña la previsibilidad de varios puntos dentro de una estructura narrativa que entrega personajes con poca profundidad, entre los que destaca el inoxidable Michael Keaton interpretando al mentor de Rapp.
Con un relato que intenta crear intriga respecto del pasado del personaje titular en combinación con una historia de terrorismo a gran escala y buscando sacar partido del intrincado mapa bélico internacional, “Asesino: Misión venganza” termina a medio camino entre las ideas más atractivas del universo Bourne combinadas con todas esas películas de acción machista ochenteras y su ideología de “uno solo contra todos” que al día de hoy desafían cualquier verosimil. Aceptable para aquellos menos exigentes para con el subgénero, pero no mucho más.