Por Hugo Lara Chávez

En “Chappie”, su tercera película, el director sudafricano Neill Blomkamp y sobrevalorado especialista en ciencia-ficción, vuelve a los mismos códigos de su gran éxito “District 9” (2009), luego de un fallido intermedio con “Elysium” (2013).  Así, otra vez ambienta su historia en la caótica Johannesburgo en un futuro cercano, pero el protagonista aquí no es un alienígena sino un robot, precisamente el tal Chappie.

El filme inicia con la crónica de un noticiero (igual que en “District 9”), acerca de la exitosa implementación de robots como policías en Johannesburgo. Deon (Dev Patel ), el creador de estos robots, logra diseñar un sistema operativo más avanzado para hacerlos pensar y sentir, igual que las personas, pero su jefa Michelle Bradley (Sigourney Weaver) le prohíbe usarlo. A pesar de ello, Deon roba un robot que va al desecho para experimentar con él. Sin embargo, en el camino es secuestrado por una tercia de pandilleros (Ninja, Yolandi y Amerika), quienes pretenden obligarlo a que les ayude a dar un golpe millonario. Deon no tiene más remedio que entregarles el robot al que le instala el nuevo código. Así, cobra vida Chappie y, como si fuera un bebé, comienza a aprender todo lo que su nueva familia de hamponzuelos le enseña. Chappie crece aceleradamente y enfrenta el dilema de seguir a su padre adoptivo Yolandi para convertirse en un implacable criminal o hacerle caso a su creador Deon, de ser bondadoso y honesto. En paralelo, Chappie es acechado por el ambicioso Vincent Moore (Hugh Jackman), un ingeniero que trabaja en la misma compañía de Deon.

A golpe de vista, “Chappie” evoca a filmes fundamentales del género del ciberpunk de las que hace un pastiche, como “Blade Runner” (1982), “Terminator” (1985) y “Robocop” (1987), que están caracterizadas por la presencia de inteligencias artificiales y por situarse en un mundo distópico donde las corporaciones y la tecnología han alcanzado un gran avance pero la humanidad ha agudizado su pobreza e injusticia. En ese sentido, Chappie se apega a estas mismas nociones aunque con ciertas oportunidades desperdiciadas (lamentablemente la presencia de Sigourney Weaver es intrascendente). 

Por otra parte, Blomkamp logra sacarle jugo a la dinámica familiar en la que Chappie se desenvuelve, especialmente en relación a sus peculiares padres adoptivos, Ninja y Yolandi (en la vida real, los miembros de la banda electro rap rave Die Antwoord). Es una subtrama en clave de farsa, divertida  y, por momentos, conmovedora. En torno a la figura metafórica de Chappie, se desliza la recurrente reflexión acerca de las deshumanización del hombre, su crueldad y su estupidez.

El filme también tiene su cuota de escenas de acción, e incluso el momento estelar del villano que encarna Jackman, en un papel que le queda chico. Así, lo vemos manipular El Alce, un enorme robot diseñado por su personaje, en un combate que inevitablemente recuerda a su blockbuster “Gigantes de acero” (“Real Steel”, 2011).

“Chappie” es un filme entretenido, pero que a nivel de realización sufre por seguir de manera casi idéntica la misma estructura y el patrón de “District 9”.  Esto hace pensar que Blomkamp prefirió regresar a su zona de confort que a internarse en la búsqueda de motivos nuevos y originales.  Esto es un signo de estancamiento pero ojalá que podamos ver de este cineasta —que dirigirá una nueva entrega de “Alien”—  algo que nos sorprenda en un futuro no muy lejano.

Dirección: Neill Blomkamp. Reparto: Sharlto Copley, Dev Patel, Sigourney Weaver, Hugh Jackman, Jose Pablo Cantillo, Kevin Otto, Robert Hobbs. Productora: Media Rights Capital, Guionista: Neill Blomkamp, Terri Tatchell. País: Estados Unidos, Sudáfrica Año: 2015 Duración: 120 min. Género: Thriller, Acción
 

Por Hugo Lara Chávez

Cineasta e investigador. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Director-guionista del largometraje Cuando los hijos regresan (2017). Productor del largometraje Ojos que no ven (2022), entre otros. Director del portal Correcamara.com y autor de los libros “Pancho Villa en el cine” (2023) y “Zapata en el cine” (2019), ambos con Eduardo de la Vega Alfaro; “Dos amantes furtivos. Cine y teatro mexicanos” (coordinador) (2015), “Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-201” (2011) con Elisa Lozano, “Ciudad de cine” (2010) y"Una ciudad inventada por el cine (2006), entre otros.