Por Javier Tapia Sierra

Si se pudiera comparar el documental mexicano “El Tiempo suspendido” de Natalia Bruschtein con algún objeto sería el de una fotografía vieja, maltratada y con la imagen borrosa. Todo se diluye para la protagonista del documental. Se diluye el tiempo, los recuerdos, la vida para Laura Bonaparte, activista argentina que perteneció a las Madres de la Plaza de Mayo y abuela de la documentalista.

Laura, de 86 años con la mirada cansada se encuentra jugando al bingo, siendo atendida por enfermeras o repitiendo una y otra vez la misma pregunta al familiar en turno pues lentamente su memoria se acerca cada más a ese río donde los antiguos griegos decían que quien bebiera de sus aguas perdería por completo la memoria, el Leteo. Y dentro de ese río del hades sus hijos desaparecidos cambian de nombre y algunas veces hasta se pierden por completo, dejando rostros borrosos y confusión.

La cámara es testigo de esa pérdida con encuadres bien planeados y una fotografía sobria con una paleta de color cálida sin caer en lo excesivo, he ahí la mejor cualidad del documental. Bruschtein utiliza los recursos estéticos que tiene a la mano de forma contenida sin caer en sentimentalismos o exagerando las situaciones, algo bastante común en este tipo de producciones que buscan conmover al espectador. En lugar de ello la realizadora apuesta a la reflexión y al debate en torno a la memoria y la importancia que ésta tiene para mantener y fortalecer la identidad de una persona, una comunidad o una nación.

Utilizando imágenes del archivo personal de Bonaparte, somos testigos del antes y después de una madre cuyos hijos fueron arrebatados, narrando de forma cruda el destino que tuvieron y cómo éste impregnó de dolor y crueldad la vida de una familia.  El horror miró de cerca a Laura Bonaparte casi llevándosela a la oscuridad, ella escogió la luz sabiendo que al hacerlo encontraría la verdad y está a menudo duele. La realizadora nos recuerda que escoger la luz no es vivir plácidamente sino levantarse y seguir adelante en una sociedad acostumbrada a las vejaciones y la miseria humana.

Bruschtein entiende que tomar esa fotografía vieja y maltratada, para aquel que sabe mirar, es encontrarse con calidez, lucha, amor y en resumen: esperanza. “El Tiempo suspendido”, una producción mexicana del Centro de Capacitación Cinematográfica, formó parte de la programación del pasado Festival de la Memoria.

Dirección / Director: Natalia Bruschtein. Producción / Producer: Henner Hofmann, Karla Bukantz. Producción Ejecutiva / Executive Production: Abril Schmucler Iñiguez. Guión / Screenplay: Natalia Bruschtein. Fotografía / Cinematography: Mariana Ochoa. Fotografía Adicional: Matías Laccarino. Edición / Editing: Valentina Leduc y Natalia Bruchstein. Edición Adicional: Alberto Cortés. Sonido / Sound: Abril Schmucler, Carlos Olmedo, Pablo Demarco. Compañía productora / Production Company: Centro de Capacitación Cinematográfica, A.C. , FOPROCINE