Por Lorena Loeza
Los terremotos que en nuestra historia reciente han sacudido a la Ciudad de México, han dejado tras de sí cientos de relatos y desnudado las vivencias íntimas de miles de personas.
Quienes los vivimos, sabemos que una de las reflexiones más profundas que nos produce es hacernos conscientes de que en un instante, breve en duración pero profundo en intensidad, la vida puede cambiar radicalmente.
El corto “Cuatro minutos” (México 2021) dirigido por Hugo Lara, explora esa asombrosa cualidad del tiempo, en donde a veces en pocos instantes, la vida se compacta y se convierte en un momento fijo en la memoria con la densidad de una vida entera.
La historia nos transporta hacia las horas, los días, las semanas después del terremoto de 2017, al momento de saber que la reconstrucción de lo perdido inicia sin posibilidad de mirar atrás. Una enorme Mabel Cadena interpreta a una chica que en cuatro minutos debe rescatar lo que queda de su hogar familiar, antes de ser demolido.
Las y los espectadores, entendemos de inicio lo imposible de la misión: condensar la vida entera en unos cuantos objetos, en una última mirada de despedida hacia lo perdido. Y es aquí donde la narración se sale de la pantalla para cuestionar directamente a quienes la miramos ¿qué hubieras hecho tú?
Es difícil terminar de ver “Cuatro minutos”, sin pensar en tu propia experiencia, en tu propia vida y en cómo se puede superar esta encrucijada. Es entonces cuando el relato de Hugo Lara, cumple con el más audaz de los objetivos: Tocarte el corazón y hacerte parte de la historia.
Filmada en un nostálgico blanco y negro, “Cuatro minutos” en sí es una experiencia melancólica, intensa, cautivadora, pero también un luminoso recordatorio de que siempre es posible levantarse con el puño alto, y reconstruirnos por fuera y desde adentro. Un mensaje que dolorosamente aprendimos quienes vivimos durante los terremotos que han golpeado a nuestra querida Ciudad de México.