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Informes de la embajada de Estados Unidos en Madrid publicados por Wikileaks muestran la defensa de los intereses de la industria de Hollywood por parte de la Administración norteamericana frente a cualquier intento español de implementar medidas proteccionistas en favor del cine nacional. Dichos “cables” hacen referencia igualmente a las palabras tranquilizadoras que recibieron en 2004 del entonces director general de Cine del gobierno socialista, Manuel Pérez Estremera, en el sentido de que no habría ninguna “guerra” contra Hollywood.
  

Los informes, raducidos por el diario El Mundo, muestran la preocupación de la Administración estadounidense frente a una campaña de publicidad llevada a cabo por la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles (FAPAE) para promover la asistencia del público a películas nacionales.
  

Lo que temía Estados Unidos es que se imitara el modelo “protector” de la vecina Francia, pero incluso con la llegada al poder del gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, esa desconfianza se relajó gracias a un encuentro con el Ministerio de Cultura, representado por el productor relacionado durante muchos años con la oficial Radio Televisión Española y luego con el poderoso grupo mediático PRISA, próximo al PSOE, Manuel Pérez Estremera.
  

“El 8 de julio, nos reunimos con Manuel Pérez Estremera, el recién nombrado director general del Instituto de Cinematografía. Le expresamos nuestra preocupación por el rumor que sugería que España estudiaba seguir a Francia en la política de protección”, afirman los diplomáticos.
  

Según el cable de la embajada USA a su gobierno filtrado por Wikileaks, el responsable del ICAA apaciguó sus dudas expresando que “los españoles no están interesados en entrar en una guerra con la industria estadounidense”. Incluso se mostró dispuesto a “discutir” con la Motion Picture Association of America (MPAA, la patronal de los grandes estudios de Hollywood) y la Administración USA cualquier cambio legal en defensa del cine español: “Si estudiamos medidas que pueden afectar a EEUU, contactaremos con vosotros y discutiremos con la Embajada y la MPAA”.
  

Concluye el informe que “por ahora, no hay ninguna causa de alarma”. Aunque la fecha del mismo es 2004, no parece que los estadounidenses hayan tenido nuevos motivos de preocupación.