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Tal vez a Alberto Barbera, director de la Mostra de Venecia y alérgico a los talentos iberoamericanos (este año no hay cine hispano en la competencia), por mucho que ganen premios su certamen, le diera cierto pudor cerrar el círculo y programar al tercero de los “Tres Amigos” como los denominó la prensa de Hollywood, para abrir su festival. Antes que Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu inauguraron el certamen del Lido y luego ganaron el Oscar, pero los prejuicios personales del italiano tardaron apenas 24 horas en quedar desenmascarados. Barbera prefirió a Alexander Payne y a su a ratos divertido pero no tan brillante “Una vida a lo grande / Downsizing” en vez de arrancar con “La forma del agua / The Shape of Water”, que probablemente quedará como una de las grandes películas de esta Mostra, así como la más redonda tal vez de su carrera.

Había muchas esperanzas, una gran expectación, ante el estreno mundial del nuevo trabajo del cineasta tapatío, y a pesar de ello, nadie parece mostrarse decepcionado. Esta historia de amor, fantasía, xenofobia y Guerra Fría ha emocionado y seducido a críticos y espectadores. Los primeros comentarios de los primeros no pueden ser más auspiciadores. El generó fantástico no es el favorito de la Academia de Hollywood, pero lo más probable es que “La forma del agua / The Shape of Water”, que luego se verá en Toronto, Telluride, Londres y otros festivales, forme parte de la agenda de los Oscars.

“Es un extraño cuento de hadas, imágenes y emociones más que palabras “, dijo Del Toro a los periodistas que le aplaudieron en el Lido. Esta fábula que se desarrolla en los primeros años 60 del pasado siglo, cuando Estados Unidos buscaba todo tipo de armas y argucias para un potencial enfrentamiento con la Unión Soviética, sigue la historia de una solitaria empleada de limpieza, sordomuda, que trabaja en una base secreta, en la que experimentan con una extraña criatura anfibia amazónica.

“Siempre he creído que la fantasía es un género muy político. Nuestro primer acto político es elegir el amor sobre el miedo”, comentó el mexicano, que considera que a pesar del más de medio siglo transcurrido, su historia está más vigente que nunca. “Es una película del 62 pero es de hoy. Cuando hay quien dice que América debe ser “grande de nuevo” es como regresar al 62. El racismo, el sexismo o el clasismo, problemas a los que nos estamos enfrentando ahora, eran los mismos de aquella época, hasta que mataron a Kennedy”, comentó el autor de “Pacific Rim” y “El laberinto del fauno”.

“La forma del agua / The Shape of Water” puede ser un cuento de hadas, pero muy adulto, realista. Su protagonista, Elisa, genialmente interpretada por la británica Sally Hawkins, es una mujer de carne y hueso, sola, que se masturba y cuya historia de amor con la criatura anfibia incluye sexo. “No es algo platónico”, detalló Del Toro sobre la relación de su pareja protagónica.

En la actitud frente a ese extraño ser humanoide, está el sentimiento del propio “Memo”, inmigrante en un país donde los seguidores del presidente miran con recelo, ese “miedo” enfrentado al amor, a sus compatriotas y a los extranjeros en general. “Soy mexicano y sé lo que es ser visto como ‘el otro'”, aseguró el jaliciense, muy activo en las redes sociales.

La presentación mundial de “La forma del agua / The Shape of Water” ha coincidido con la noticia del retraso sobre el rodaje del que será el próximo film de Del Toro, el remake de “Viaje alucinante / Viaje fantástico / Fantastic Voyage”, clásico de la ciencia ficcion estrenado hace medio siglo, que produce con la Fox James Cameron. El estudio esperará a que el mexicano lance en diciembre su último trabajo en salas y según las perspectivas de cara a los Oscars se pondrá en marcha la producción de su siguiente trabajo.