Redacción. “Matria” se estrenó este fin de semana en las salas comerciales con la promesa de entretener al público con una historia original y emotiva con detalles peculiares. Su director es Fernando Llanos (Ciudad de México, 1974), escritor y artista plástico y visual con destacada trayectoria que parte de una experiencia personal y familiar para narrar la vida de su abuelo Antolín Jiménez, desde sus años revolucionarios junto a Pancho Villa hasta su muerte, cruzando curiosos pasajes como su iniciativa de formar un ejército de charros para luchar contra los nazis. “Matria” obtuvo el premio como Mejor Largometraje Documental, en el Festival de Morelia del 2014 y fue objeto de un libro que documenta el proceso de realización. Corre Cámara tuvo oportunidad de conversar con Llanos y esto fue lo que nos comentó.
Corre Cámara: ¿Qué tanto “Matria” podría definirse como un filme autobiográfico?
Fernando Llanos: En cierta parte lo es, pero sobre todo es más el retrato de mi abuelo que el mía. Sí salgo yo pero en realidad todo gira en torno a la figura de Antolín.
CC: Lo digo porque tú, como narrador y realizador, tienes una parte protagonista ¿cómo decidiste que iba a ser de esa manera? Porque también podías a ver quedado fuera.
FLL: Lo intenté, porque como artista plástico-visual tengo una trayectoria en la que siempre parto de mi experiencia personal. El primer libro que publiqué con Trilce en 2006 trata sobre mis experiencias amorosas y sexuales, que se llama “Cursi agridulce”, son mis amores, son mis historias, son fechas, caras, rostros, y he sido partidario de contar lo que uno es. En esta película no quería hacer eso, lo intenté de veras pero después llegamos a la conclusión, junto con todo el equipo de trabajo, que la mejor manera de platicarlo era incluyendo también el proceso del nieto que está descubriendo la historia de su abuelo. Entonces teníamos mucha tela de dónde cortar. Fue una decisión narrativa. No fue decidir si la voz tenía que ser de Daniel Giménez Cacho o de Gael [García], pues yo no canto mal las rancheras. Tuve un programa de radio año y medio, y a eso le apostamos. Es una película cocinada a fuego lento con mucho amor.
CC: ¿Qué tanto trascendió la molestia de tu madre fuera del filme, toda vez que toca temas sensibles a nivel familiar?
FLL: Pues mi madre es un ser muy amoroso y por eso aguantó vara, pero mis tíos todavía no me hablan. Pero por otro lado es una pieza de shock para mí. La película es una pieza sanadora. No quiero hablar mucho de esto en las entrevistas porque entonces pierde un poco de interés para los espectadores. Pero es una pieza sanadora porque ventila un secreto que no tenía qué padecer mi familia y cuando lo estamos ventilando se dan cuenta que no era para tanto.
CC: El tema de las casas chicas y casas grandes está muy satanizado aunque en realidad era algo muy común en esa generación
FLL: Era muy común, más si eras revolucionario y político. Pero no queremos tratar esto en las entrevistas porque la gente podría pensar que se trata de un melodrama familiar. Por eso en el cartel le damos más peso a la imagen de charros contra nazis. Y lo mejor para el público que quiera ir a ver una historia así es que van a encontrar una historia muy emotiva que los sorprenderá.
CC: Pero yo te diría que para mí la publicidad es engañosa, pues realmente el tema es otro
FLL: Claro, pero ¿a poco no es un tema que atrae mucho?. Cuando vio el poster [Carlos] Reygadas dijo “quiero ver esa película”, pero si hubiera puesto la cara de mi abuelo no lo hubiera dicho. Si tú ves la imagen de unos nazis contra unos charros con el Monumento a la Revolución en llamas dices “¡quiero ver esa película”. Es un gancho que funciona y que aparte no está lejos de la imagen que tenía mi familia de mi abuelo, una imagen idealizada. Fue una decisión muy consiente. Creo que hicimos un cartel muy bonito, que nos censuraron en Los Ángeles por la zvástica y que corresponde a la estética de ciertos carteles del cine nacional que a mi me encantan. No queríamos poner la respuesta del examen en el cartel, al contrario. Además, el filme sí habla de eso, sí habla de charros contra nazis en un término muy idealizado.
CC: Yo creo que sí lo toca pero no es lo más relevante dentro de la película
FLL: Digamos que no es lo que detona todo pero sí es lo más raro. No es tan fortuito ni tan a la ligera. Sí le da una peculiaridad a la historia, pero al final la vena emotiva viene de otro lado. No decimos que es un documental, es una historia real, algo que sucedió, pero cuando luego le dices a la gente “vamos a ver un documental” te dicen “ay, no, que hueva”. Son decisiones que tomamos para hacer un proyecto más atractivo. Es una película con bastante humor, formalmente interesante, son decisiones las que uno como comunicador va empujando y al final la gente comprará su boleto y dirá qué le parece.
CC: ¿Cómo la ha recibido el público?
FLL: Llevamos dos años, después de que ganamos Morelia, y te puedo garantizar que al 99 por ciento que al público le encanta. Es una película que mantiene muy buen ritmo, la gente se engancha y la final les genera una reflexión. Siento que nos ha ido muy bien, con comentarios muy favorables y ojalá así se mantenga en salas comerciales.
CC: ¿Crees que la gente que quiera ver charros va a salir satisfecha?
FLL: El presidente de la Asociación Nacional de Charros la vio y le encantó. Me dijo que mi abuelo fue el que inventó que los charros desfilaran el 20 de noviembre (día de la Revolución mexicana). Muchos charros la han visto y les gusta. Yo también soy charro de banqueta como mi abuelo y es una invetacióna repensar nuestras tradiciones.
CC: ¿No crees que esta película pueda ser un buen inicio para reorganizar otro ejército de charros pero ahora contra Donald Trump?
FLL: Pero por supuesto que sí. El libro sobre la película tiene 254 páginas con más información y allí vienen los diseños que sirvieron para hacer el que aparece al final. Actualizando iniciativas de participación ciudadana y de mantener el orgullo y la soberanía nacional podemos ver que el incidente de Trump fue una estupidez que subraya que nuestra película es muy pertinente, que habría que ponérselas a varias personas del gabinete empezando por el presidente.