Por Leticia Carrillo


Nada es casualidad 3:19, ópera prima de Dany Saadia se estrena en México el viernes 19. De acuerdo a su director la cinta trata acerca de “todo lo que tiene que suceder para que dos personas se conozcan en un mismo espacio y tiempo”.


En entrevista con Correcamara.com, Dany Saadia platicó acerca de los temas que le interesa abordar en el cine, de la influencia de las matemáticas y de Milán Kundera en Nada es casualidad 3:19, de la decisión de filmar en Valencia y el uso de la animación en el filme así como de su nuevo proyecto que hablará sobre viajes en el tiempo.


CORRECAMARA.COM: Platícanos cuáles son los temas que te interesa tratar en tus películas:


DANY SAADIA: Me gustan mucho las historias universales, no las localistas. Yo nací en México, estudié y viví en Nueva York y en Madrid y lo que me gusta mucho es la universalidad de cada una de estas ciudades y mostrar que las historias no tienen porqué ver con el medio en donde se desarrollan porque siento que lo único que hacen las historias localistas es que te limitan y se vuelven intrascendentes para el resto del mundo.


En México hacemos muchas historias de migrantes, de narcos, de violencia, de secuestros pero son películas que cuando tratan de ser exportadas y tener una corrida comercial no son muy exitosas. Por ejemplo, a un francés no le interesa verlas fuera de un círculo de arte, de cine-clubes o festivales.


CC: ¿Cómo ha influido tu formación académica como matemático en el cine que haces?


DS: Lo que sentí mientras estaba estudiando cine y posteriormente filmando, fue que lo que me dieron las matemáticas fue estructura: estructuraron mi mente. En las matemáticas si no sigues un método, si no tienes una metodología de trabajo no vas a poder aprender, entender una ecuación o demostrar un teorema.


El cine y las matemáticas son dos disciplinas similares porque el cine se inscribe en la realidad y las matemáticas ayudan a explicar esa realidad, las matemáticas son un invento para explicar toda los fenómenos físicos que nos rodean.


CC: En la película cuentas la vida del matemático Eváriste Galois ¿Por qué te interesaste precisamente en la vida de este personaje?


DS: Yo creo que eso también es una casualidad. La vida de Galois, la conocía desde que tenía 18 ó 19 años cuando estudiaba en el liceo, se me hizo una vida tan trágica que me llamó mucho la atención.


Cuando me fui a estudiar matemáticas, -te estoy hablando de la era preinternet- me acuerdo haber copiado de la enciclopedia la vida de este matemático y el escrito se quedó guardado en el baúl de los recuerdos.


Cuando viene la oportunidad de hacer la película dije: “este es el momento para contar la historia de Eváriste Galois, voy a ver si puedo meterlo” y efectivamente, si cupo bien su vida dentro de la historia de la película; uno de los tratamientos del guión constaba de trescientas páginas pues incluía las historias de más matemáticos que al final quedaron fuera.


Si investigas, muchos matemáticos tienen vidas súper plenas. Eváriste Galois tiene una historia similar a la de un noruego que se llamaba Niels Henrik Abel. Los dos vivieron en la primera mitad del siglo XIX, cada uno encontró que las ecuaciones quínticas no se pueden resolver algebraicamente, nunca se conocieron y los dos murieron jóvenes: Abel a los 26 años de una tuberculosis y Galois, asesinado a los 22.


CC: ¿Nos puedes explicar el planteamiento que haces en el filme acerca de las casualidades?


DS: Nada más depende de una decisión que tú tomes a la derecha o a la izquierda en tu camino pero esa decisión, por muy simple que sea, va a influir en el resto de tu vida y uno no se da cuenta de ello y si va a ser para bien o para mal. De este tipo de decisiones son de las que trato de estar más al pendiente en el transcurso de un día.


Las cosas que tienen que suceder para que dos personas se conozcan es una de las cosas de la física, de las casualidades, del destino o el azar, cómo tú le quieras llamar, que más me ha llamado la atención. Siempre me lo he preguntado, no he sabido exactamente que pasa, lo que se es que tomaste decisiones que te llevaron a ese punto, que influyen en tu vida.


CC: En Nada es casualidad hay varias referencias a La insoportable levedad del ser de Milán Kundera ¿crees que Kundera te haya dado alguna respuesta a esta interrogante?


DS: Sí, al ciento por ciento, yo tengo una época pre-Kundera y una época post-Kundera, La insoportable levedad del ser lo he leído muchas veces, son de esos libros que no quieres que termine porque deseas seguir maravillándote con sus historias, es impresionante. Definitivamente, Kundera es uno de los grandes escritores del siglo XX.


CC: ¿Le rindes homenaje a Kundera en tu película?


DS: Sí, inclusive esta frase de “Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento, como los pájaros hacia los hombros de San Francisco de Asís” es de las más hermosas que he leído.


CC: Acerca de las locaciones ¿hubo una razón específica por la que decidiste filmar en Valencia, España?


DS: Mi productor es español, yo quería filmarla en México y hacer los exteriores en Argentina, por cuestiones económicas y también porque quería que no fuera una historia localista sino universal. Cuando llegó el productor español dijo: “vamos a hacerla en España”, particularmente en Madrid pero en Madrid es muy complicado filmar, además, está en obras como la Ciudad de México.


Mi productor fue concejal del Partido Socialista (PSOE) en España por Valencia y nos sugirió filmarla allá. Fui de visita a la ciudad y se me hizo un lugar hermosísimo, tiene una luz muy especial, blanca, blanca. No es un lugar donde se filma comúnmente, tuvimos todo tipo de facilidades para rodar.


CC: Platícanos del proceso de producción de las animaciones de la película:


DS: Ese trabajo fue sumamente intenso. Las animaciones de entrada y la de los créditos las hicimos en Holanda y la historia de Galois y del biólogo Paul Kammerer en Toronto. Yo estaba viviendo en Madrid, tenía que ir a Holanda; toda la postproducción de las animaciones se hizo en México y como eran archivos muy pesados no podíamos enviarlos por la red sino que teníamos que mandar los discos duros. Fue un viacrucis.


Aprendí mucho de postproducción con esto y siempre he sido muy fan de las animaciones, entonces cuando tuvimos encontramos esta casa productora [Rune Entertainment] en Toronto que estuviera dispuesta a hacer las animaciones por el dinero que les dimos, fue lo máximo. La casa ha trabajado con Pixar y con grandes estudios, han crecido mucho y abrieron una oficina en Singapur.


Ocupamos una técnica que se está empezando a usar mucho: los dibujos se hicieron a mano y se escanearon, después se colorearon en PhotoShop y cuando estuvieron listos, se animaron con After Effects.


CC: ¿Quién fue el ilustrador?


DS: Un amigo mío, José Luis Monzón, Joss Monzón, que ahora vive en Toronto, él fue la primera persona a la que le llamé para preguntarle que me podía sugerir para hacer las historias del matemático y del biólogo. Él fue el que me contactó con Rune Entertainment e hizo todo el diseño de los personajes.


CC: Finalmente ¿tienes un nuevo proyecto en puerta?


Ahorita estoy escribiendo un guión de viajes en el tiempo, es una historia de ciencia ficción, estoy muy emocionado por eso. Los viajes en el tiempo son una de las cosas de la física que me apasiona, estoy acabando el primer tratamiento del guión, quisiera empezar a filmarla en 2010. La estoy escribiendo en inglés para filmarla en Estados Unidos.