Basada en el libro se filmó la cinta con ese título (1982), con
Olivares como protagonista. La crónica sobre el Púas de Garibay está
dividida en cuatro “raunds” o parrandas. En el primero Garibay escribe
“…Rubén Olivares emprendía esa noche una nueva ascensión, a cuestas
su fardo de mujeres, de alcohol, de marihuana, de parásitos, de coca,
de vagancia, de tedio, de impaciencia, de desamor, de anarquía, de nota
roja, carnitas y totopos y fatalismos y resignaciones y prodigiosas
facultades naturales para el arte de desmadrarse entre las doce
cuerdas.”; y continúa describiendo: el cochambroso Alexandria Hotel en
Los Angeles, las vecindades tepiteñas, la bondojo, el Memoria Sport
Arena, la Arena Coliseo, los terregales de las colonias perdidas
defeñas, los baños de vapor, el gimnasio, para ubicar los espacios
propios resultado de eso que “… no es más que una modesta tecnología
al alcance de cualquier adolescente haragán y más o menos hambreado y
riñudo.”
La
película de Roberto G. Rivera, el director de la exitosa El Milusos,
otra cinta adaptada de un escrito de Garibay sobre el personaje
subempleado Tránsito-Héctor Suárez, se sustenta en la cámara libre de
Francisco Bojórquez y en la producción ejecutiva de Alberto Bojórquez.
Es un registro de las borracheras hasta morir de Olivares y séquito
(Roberto Flaco Guzmán, Roberto Cobo Calambres, Guillermo Rivas et al),
describe las comilonas callejeras en tremendas cazos de fritangas; así
como, los lugares de esparcimiento, gozo y retozo del varias veces
campeón del mundo; con su cortejo que no se despega del “nariz de
chupón”, y ríen sin fin celebrando sus ocurrencias albureras “tejones
porque no hay liebres”; abunda el ron Bacardí, las cubas de Presidente,
las viquis, las salsas pico de gallo, el neutle de la pulquería La
Canica, ubicada allá por La Villa.(Raúl Miranda)