Por Leticia Carrillo
  

Gabino Rodríguez, uno de los rostros emblemáticos del cine contemporáneo de México, se mostró interesado en ser parte del elenco de “Entre la noche y el día” –película que compite en Horizontes Latinos San Sebastián- porque “más allá de un guión o de un personaje en particular, me parece muy potente y valioso darle visibilidad a otro espectro de la experiencia humana, ser testigo de cómo el principio de realidad que estamos acostumbrados a ver representado se trastoca, porque revela la posibilidad de que la humanidad también es otra”.
  

El actor y director teatral recientemente homenajeado en el Festival de Toulouse señaló que le pareció importante que el protagonista de “Entre la noche y el día” sea Francisco Cruz, un actor “natural” que, al igual que su personaje en el filme, padece de autismo.
  

Rodríguez, quien ha trabajado bajo las órdenes de cineastas como Nicolás Pereda, Luis Estrada, María Novaro, Paul Leduc, Cary Fukunaga, Marisa Sistach, Carlos Cuarón y Rubén Imaz, detalló sobre su personaje en la ópera prima de Bernardo Arellano: “es una especie de Caronte que lleva afuera al personaje de Francisco, lo saca del universo encerrado en que se encuentra con su familia y lo conduce a su nueva vida”.
  

Por su parte, Carmen Beato quien, con su papel de la perturbada madre de familia en “Somos lo que hay” (Jorge Michel Grau), recorrió varios certámenes de corte internacional, comentó a CorreCamara.com sobre las razones que le hicieron aceptar el papel de “Carmen” de “Entre la noche y el día”: “ésta película es una joyita, me gustó que habla de cosas muy profundas de una manera muy simple, de cómo una persona que no es tratada como tal empieza a florecer cuando se encuentra con un extraño que le brinda amor, cariño”.
  

“Como espectadora, éstas son las historias que me interesa ver, en el Festival de Guadalajara vimos que es una película que, en términos emocionales, le llega a todo el mundo y eso es muy difícil de conseguir”, añadió Beato.
  

Sobre “Carmen”, la actriz apuntó: “está frustrada, harta por la relación familiar, con el hijo, con el marido, y usa como vía de escape a “Francisco” a quien ve como una carga, en él deposita su propio coraje y enojo”.
  

En tanto, Francisco Cruz comentó que aunque se ponía nervioso cuando estaba a punto de realizar una escena de la película, el apoyo de sus compañeros en el set fue fundamental: “Bernardo me decía que si me tranquilizaba las cosas me iban a salir como yo quería y así fue”.
  

Cruz, quien trabajó de manera previa con Arellano en “La unión”, contó que Carmen Beato le enseñó muchas cosas, entre ellas “cómo mirar a la cámara”. Y Beato recordó una anécdota ocurrida en el rodaje: “una vez no dio un ataque de risa y Francisco nos regañó, nos dijo que todo debía ser profesional”.
  

El Festival de San Sebastián llegará a su fin este sábado 24, día en el que se darán a conocer a los ganadores de las diversas secciones en competencia.