Por Ernesto Rivera
Desde Guanajuato
En el marco de la vigésima segunda edición del Guanajuato International Film Fest (GIFF) se presentó el documental “The Tony Alva Story” (Coan Nichols y Rick Charnoski, 2019), alrededor de uno de los pioneros y más grande referentes de la historia del skateboarding mundial, Tony Alva, que a los 61 años se siente muy afortunado de seguir haciendo lo que más le apasiona: patinar y surfear.
El staketboarding nace en los años sesenta en Venice Beach, California debido a que algunos surfers buscaban tener la misma experiencia en las calles, cuando la marea no lo permitía. Así es como surge Tony Alva, hijo de padres mexicanos, proveniente de Santa Mónica; perteneció a los legendarios Z-Boys, un grupo de patinadores que marcan un parteaguas en este deporte, revolucionando el estilo con movimientos más arriesgados que desafiaban las leyes de la gravedad. Lo anterior fue documentado en dos filmes Lords of the Dogtown (Catherin Hardwickre, 2005) y Dogtown and Z-Boys de Staicy Peralta.
Tony Alva no tuvo una infancia sencilla debido a que se encontraba rodeado de violencia y era juzgado por su pasión, sin embargo, logró tener una filosofía positiva para superar los obstáculos, innovando no sólo en los movimientos de patinaje sino en los materiales y fabricación de las llantas y tablas; fue así como creó su propia marca “Alva”. Sin duda, la figura de Tony influyó no sólo en los patinadores sino en artistas visuales, músicos de punk-rock y fotógrafos de la época.
En el foro al aire libre, se realizó la proyección del documental “The Tony Alva Story” presentada por Max Barrera quien es uno de los patinadores mexicanos que se mueven a nivel profesional internacionalmente. En una sesión de preguntas y respuestas, Alva aseguró que el reconocimiento del patinaje como parte de las competiciones de los Juegos Olímpicos no significa nada, puesto que el skate sobrevivió sin un reconocimiento como un deporte y ahora es un pretexto para atraer a nuevos públicos.
Visiblemente conmovido y muy agradecido por la invitación al Festival, Tony se permitió aconsejar sobre la vida a sus seguidores y cerró su participación diciendo “Todo lo que necesito es mi patineta y mi corazón para ser feliz”.