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El acontecimiento del día en el Festival de San Sebastián fue la llegada de Alex de La Iglesia, Raphael y casi todo el elenco de su ultima comedia, “Mi Gran noche”, que se presentaba este domingo fuera de competición en la sección oficial de este festival, donde entraron en la carrera por la Concha de Oro dos cintas europeas, la francesa “21 nuits avec Pattie”, de los hermanos Jean-Marie y Arnaud Larrieu y la islandesa “Sparrows”, de Rúnar Rúnarsson, con mejor acogida para la primera.
“Mi Gran noche” es una comedia con mucho ritmo en todos sus sentidos, el que sostiene con su rapidez de imágenes y acontecimientos encadenados, así como con su banda sonora. Lo cierto es que la cinta, un caótico desmadre con algunos chistes brillantes y mensajes subliminales, entretiene, divierte, y el espectador pasa los 100 minutos que dura la cinta con la sonrisa peremne, y canturreando en la oscuridad de la sala las canciones que acompañan a las escenas del rodaje de esta fiesta televisiva de noche vieja que no tiene desperdicio.
Personajes con una personalidad marcadísima, como el divo de la canción Alphonso (Raphael), su hijo Yuri (Carlos Areces) que le acompaña como ayudante; Adame, ídolo de “chonis” y quinceañeras, magistral y caricaturizado el personaje lo borda Mario Casas, y así con todos y cada uno de los personajes, que aparecen en escena en esta hilarante y como su director y creador ha denominado “grotesca comedia”, por que así deben ser, y más en los tiempos que corremos. Cuando la situación es desesperada solo queda una carcajada.
En la rueda de prensa en la que Alex estuvo acompañado por Raphael, y casi todos los integrantes de la película, el veterano cantante español de fama internacional derrochó carisma y simpatía, y demostró que siempre tendrá genio y figura, lo mismo que el Alphonso que interpreta en “Su Gran noche”, aunque el jienense repite a cualquiera que le oiga que éste es como él… pero al revés. O sea, todo lo contrario.
La bella y talentosa Blanca Suárez, gracias a su papel de gafe nos mostró que sale airosa en este genero, al que no nos tiene acostumbrados.
Sin duda este trabajo coral merece la pena ser disfrutado.
La primera cinta a competición del día fue la francesa “21 nuits avec Pattie” (21 noches con Pattie), de los directores Jean- Marie y Arnaud Larrieu, nos adentra en la historia de su protagonista, Caroline, que acude a la desconocida casa de su madre que acaba de morir, y con la que no tuvo apenas trato, para encargarse de su funeral y demás tramites póstumos. El viaje que iba a durar dos días, se alarga muchos más, por que un aluvión de circunstancias que lo complican todo. Caroline tendrá que quedarse y superar todo lo que se le viene encima.
La cinta ha gustado muchísimo, y se disfruta, gracias a un guion cómico, desenfadado y ocurrente, en el que Caroline conoce a Pattie, que es la encargada de cuidar la casa donde vivía su madre, una casa grandisima, con piscina, que disfrutan muchos de los habitantes del pueblo cercano, amigos de la fallecida Isabelle, una mujer libre que decido pasar su vida viajando, sin atarse ni tan siquiera a la hija que tuvo.
Caroline ira descubriendo aspectos desconocidos sobre la difunta, pero además un acontecimiento inesperado y algo estrambótico llenará este relato de un misterio sin resolver. También aparecerá en escena un antiguo amante de Isabelle, que creara la ilusión en su protagonista, imaginando que podría ser su padre desconocido.
Karin Viard da vida a la alegre y desinhibida Pattin, el papel de Caroline corre a cargo de Isabelle Carré, y el marido español de ésta, encarnado por el internacional Sergi López.
“21 nuits avec Pattie” es una cinta que merece la pena ver y que ha puesto una segunda sonrisa en el auditorio del Kursaal este domingo.
Mucho mas duro y gris ha sido el argumento de la otra película a concurso del día, la coproducción entre Islandia, Dinamarca y Croacia “Sparrows”, que narra la historia de Ari, un adolescente que hasta entonces vivía con su madre divorciada y el novio de esta en Reikiavik, pero cuando esta tiene que mudarse a Uganda, lo manda con su padre a los Fiordos Occidentales, un padre con el que no se trata desde hace mas de seis años, un gran desconocido para el muchacho.
Allí se reencontrara con su abuela paterna y con una amiga de la infancia, descubrirá la caótica vida paterna, y sufrirá casi al llegar la perdida de su abuela, la única persona coherente en aquel lugar en principio inhóspito para el adolescente.
Ari tendrá que enfrentarse al dolor de la perdida, al alcoholismo y las bacanales casi diarias de su padre, y también descubrirá el amor y la sexualidad, seguramente no de la forma ideal que el esperaba.
La cinta es lenta pero mantiene el interés del espectador, casi al final de la historia cuando parece que el chico más o menos va encauzando y superando todas las adversidades que se cruzan en su camino, el guion le pone en una terrible circunstancia, que le generara un desequilibro y perturbación importantes. “Sparrows” ha sido aplaudida a su finalización y el balance de este domingo podría calificarse de agradable en cuanto a la calidad del cine mostrado.