Por Davo Valdés de la Campa
Desde Cannes
Tarzan y Arab Nasser son gemelos y según la crítica alemana, Claudia Reinhard, físicamente se parecen un poco a Khal Drogo de “Game of Thrones”. Tienen una complexión similar, mirada dura y agresiva detrás de esos ojos que parecen delineados, pero en realidad estos cineastas palestinos son muy afables. Su película “Dégradé”, que se presentó en el marco de la Semana de la Crítica en Cannes, es una inusual comedia que tiene lugar en la franja de Gaza. Según sus propias palabras es: “una película sobre la gente que vive en Palestina, no una que muestra la muerte”.
La trama de la comedia ocurre completamente en el interior de un salón de belleza, negocio de Christine, una mujer rusa que corta cabello y maquilla en medio del conflicto. Su clientela es de lo más variopinto: una mujer recién divorciada (y un poco amargada), una mujer ultra-religiosa, una mujer afectada por el consumo de pastillas, una joven chica que se arregla para su boda y que va acompañada de su madre y de su suegra (quienes no siente la menor empatía la una por la otra), una mujer rica y prepotente, una mujer embarazada, entre otras. Fuera del salón de belleza una pandilla criminal exhibe un león que robaron del zoológico y provocan un violento enfrentamiento con miembros de Hamas, obligando a que las mujeres se queden encerradas en el salón de belleza. Sobra decir que el aislamiento saca lo peor (y también lo mejor) de cada una de ellas.
En una entrevista con Annick Peigné-Giuly, los hermanos Nasser declararon que el salón de belleza que crearon para la película, con sus colores y espejos, representa su propia visión de Gaza: “un pequeño paraíso enmedio de un terrible caos”. Por otro lado creo que la desición de filmar a un grupo de mujeres, muestra otro tipo de resistencia. No sólo se nos muestra la vida diaria de la gente que habita Gaza, sino que “Dégradé” también habla de cómo viven las mujeres durante la guerra y cómo a pesar de las circunstancias deciden mantener su humanidad intacta.
Muy al estilo de los personajes de Almódovar los problemas de las mujeres giran en torno a lo amoroso siempre con un toque picante e irreverente. Cada personaje tiene un matiz y de esa forma se revela una paleta amplia de ideologías y formas de pensamiento. Y es justamente ahí donde se condensa el valor de este filme: en mostrar una realidad que corre de forma paralela al conflicto eterno en Medio Oriente. En “My cigar, my Singer and the Mexican Revolution: Nellie Campobello’s citizen dance”, un ensayo sobre la revolución mexicana, Mary Louise Pratt recodifica el esquema historiográfico del papel de la mujer durante la guerra. En su tesis se sostiene que los hombres durante la guerra en realidad abandonan la esfera productiva para convertirse en hiperconsumidores que además se dedican a la destrucción de la producción humana. “Desde este punto de vista, se podría decir que el espacio militar está caracterizado por improductividad e hiperconsumismo y el espacio civil (las mujeres) por reproducción e hiperproducción.” Ya que ellas reemplazan a los hombres y construyen nuevas experiencias y nuevas dinámicas. Creo que algo de esto se filtra en la trama de “Dégradé” en múltiples escenas. Es decir, los únicos hombres que aparecen o que son mencionados sólo rezan o luchan, algunos ni siquiera son capaces de encontrar sus propios cigarros sin la ayuda de su esposa.
Siempre hay algo de trágico en la comedia. Este filme no es la excepción. Detrás del retrato divertido de las mujeres se esconde un sufrimiento heróico y una noción de esperanza un tanto ambigua, pero latente en la acción sencilla pero significativa de cortar sus cabellos, maquillar sus rostros, esconder sus arrugas, buscar el amor. Sentirse acompañadas.