Por José de Jesús Chávez Martínez
Los adolescentes muchas veces no saben qué hacer ni cómo resolver casi todo y lo peor es que no se dejan ayudar. Las películas denominadas como “coming-of-age” describen esta etapa de la vida de las personas, edad en la que se despiertan muchos sentimientos y emociones que necesitan asideros, respuestas y atención porque, de lo contrario, los traumas pueden surgir y crecer de manera alarmante. A los adultos nos toca lidiar con todo ello.
“Close” es una película de Bélgica, dirigida por el talentoso joven Lukas Dhont, cuya relativamente breve carrera no ha impedido que obtenga, con esta cinta, la Caméra d’Or en el Festival de Cannes, entre otros múltiples premios. Y no es para menos, ya que se trata de una verdadera joya narrada con una madurez inusitada en Dhont (que en ese entonces contaba con 31 años, hoy tiene 33) pues combina varios elementos visuales con gran destreza, como la cámara móvil en mano o en hombro, los encuadres parcializados y en primeros planos, y el movimiento precisamente dentro del encuadre que logra incrementar el interés por la historia, referida espléndidamente en un tono naturalista.
Léo (un brillante Eden Dambrine) y Rémi (el también brillante Gustav de Waele) son dos chicos de trece años que son amigos muy íntimos, a tal grado que sus compañeros de colegio sospechan que son pareja gay. Siempre juegan juntos en una campiña, corren en bicicleta y a menudo duermen en la misma habitación en casa de Rémi. El problema surge justamente cuando entran a clases y conocen a otros jóvenes de su edad, quienes los cuestionan pero con los que también establecen buena relación.
Al parecer, es Rémi quien tiene un interés mayor porque quiere estar todo el tiempo con Léo, pero éste manifiesta querer hacer otras cosas además de convivir con su mejor amigo; por ejemplo, se interesa en ingresar al equipo de hockey sobre hielo y en platicar con otros compañeros. Cierto día, Rémi estalla en cólera porque Léo se va temprano a casa sin esperarlo. En ese punto deviene una separación trágica difícil de sobrellevar.
Léo entonces se refugia en jugar al hockey y en ayudar al negocio familiar del cultivo de flores, sin embargo siempre se siente responsable de la terrible separación, a grado tal que busca a Sophie (Émilie Dequenne), madre de Rémi, queriendo expiar su sentimiento de culpa, al momento que ignora la atención que le quieren brindar su mamá Nathalie (Léa Drucker) y su hermano Charlie (Igor van Dessel). Simplemente no puede con todo eso.
Entonces la premisa se centra en la carga emotiva de una mente en transición (por eso es “coming-of-age”) que no resiste el embate social, aun cuando no esté recibiendo ningún ataque o insulto, por ejemplo, cuando en un grupo de discusión una profesora pone como punto de charla el recuerdo de Rémi, y claro que Léo no está de acuerdo en esa dinámica en clase y enfurece.
Claro que en la historia los adultos no tienen un mayor peso y salen poco a cuadro, sin embargo sí ejercen una influencia que de a poco cae sobre el ya solitario Léo y lo llevan a contemplar una esperanza: sus padres, Charlie, sus maestros, su entrenador de hockey y, sobre todo, Sophie.
Netflix incluyó esta película en su catálogo en mayo de este año y aún sigue disponible. Es cine de calidad, que ciertamente no abunda en esa plataforma, pero hay que rascarle hasta encontrar algo más que simple divertimento. Si todavía no la han visto, a verla sin falta.
Título original: Close. País: Bélgica. Año: 2022. Dirección: Lukas Dhont. Producción: Dirk Impens, Michiel Dont. Guion: Lukas Dhont, Angelo Tijssens. Música: Valentin Hadjadj. Fotografía: Frank van den Eeden. Montaje: Alain Dessauvage. Productoras: Menuet, Diaphana Films, Topkapi Films, Versus Production. Distribución: Lumière (Benelux), Diaphana Distribution, A24. Reparto: Eden Dambrine, Gustav de Waele, Émilie Dequenne, Léa Drucker, Kevin Janssens, Marc Weiss, Igor van Dessel, Léon Bataille.