Por Miguel Ravelo
Desde Morelia

La edición número 16 del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) arrancó hace apenas un par de días, y fiel a la costumbre, lo hizo no solamente con algunas de las más novedosas propuestas dentro de lo que se refiere al panorama nacional, sino ofreciendo también varios estrenos internacionales que han cosechado premios en los más prestigiosos festivales alrededor del mundo. El público mexicano podrá apreciar durante una semana, gracias al expertamente seleccionado programa de estrenos, el trabajo de directores consagrados y de nuevos talentos dentro de la escena cinematográfica mundial.

“El jinete” (The Rider, 2017), segundo largometraje de la directora Chloé Zhao (Songs My Brother Taught Me, 2015), se exhibe por primera vez en México luego de hacerse del Premio C.I.C.A.E., Quincena de los Realizadores, en el Festival de Cannes 2017; el Premio Especial en el Festival de Cine de Deauville y el galardón a la Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Atenas, solo por mencionar algunos de sus múltiples reconocimientos. Nacida en Pekín, Zhao decidió llevar a la pantalla un western intimista enmarcado por los espectaculares paisajes naturales de Dakota del Sur, ricamente fotografiados por Joshua James Richard. Autora también del guion, Zhao nos cuenta la historia de Brady Blackburn (Brady Jandreau), joven estrella del rodeo que sufre un accidente que le impide volver a competir como domador de caballos, dejando severas lesiones en su cráneo e inmovilidad pasajera en uno de sus brazos.

La directora dedica la primera mitad de su cinta a establecer el entorno en el que Brady se desenvuelve, lo que dota a la película de una riqueza especial. Al involucrarnos tanto con la familia del vaquero como con sus amistades, entendemos que el verse imposibilitado a competir significa poco menos que una muerte en vida y la pérdida del respeto de sus allegados. El marco agreste en el que Zhao coloca a su personaje está sumergido en un siempre presente machismo en el que más vale aquél que demuestra ser el más arrojado, el más feroz, el que arriesga más la vida, sin importar que esto signifique graves riesgos para la propia salud. Y es este duelo interno en el que el protagonista irá desenvolviéndose, por un lado enfrentándose a la realidad de que el sueño de su vida desaparezca en un abrir y cerrar de ojos, y por otro negándose a aceptar su realidad y buscando un último torneo que lo ponga en paz consigo mismo y pueda, al fin, decirle adiós a la vida como la conoció hasta ahora. Aunque el sacrificio para ello sea la vida misma.

La dirección es acompasada, siempre contagiando en el espectador el ritmo pausado de una vida campirana que encuentra emoción únicamente en la ocasional borrachera nocturna o en los días en que hay competencia de rodeo. Para Brady, el accidente lo acerca más a convertirse en el viejo ranchero que ve en su padre. Un hombre honrado, trabajador, pero llevando una vida desprovista de emoción a la que él se niega a llegar. Zhao desarrolla también una relación muy íntima entre Brady y los caballos que doma. Es en este encuentro entre el hombre y la naturaleza en el que la directora nos habla con mayor profundidad de la personalidad de nuestro protagonista, entendiendo en el cariño hacia sus animales el temperamento del personaje y la negativa a aceptar la pérdida del que consideraba su talento natural, lo que le daba sentido a su vida. Una feroz lucha interna en la que se encuentra el corazón de una película como “The Rider”.

Es necesario destacar que el personaje principal, Brady Blackburn, está intetrpretado por Brady Jandreau, un vaquero real que, al igual que su personaje, sufrió un accidente que lo imposibilitaría a seguir compitiendo en los rodeos. El resto del reparto está conformado por la familia de Jandreau y por otros vaqueros y jinetes reales, lo que le brinda a la historia cercanía y veracidad. La camaradería y entendimiento entre los actores es palpalbe, y Zhao se aproxima con tiento y sensibilidad a la dura historia vivida en carne propia por su actor, consiguiendo con ello una actuación conmovedora y contenida y una bien desarrollada historia ya no sobre la lucha por alcanzar los sueños, sino por aceptar cuando estos, irremediablemente, se han ido.

Dirección: Zhao, Chloé Guión: Zhao, Chloé Producción: Asher, Mollye | Ben Harroche, Sacha | Hamelinck, Bert | Zhao, Chloé Compañía Productora: Caviar Films | Highwayman Films Fotografía: James Richard, Joshua Edición: O’Flinn, Alex Sonido: Wolf Snyder, Mike Música: Halpern, Nathan Reparto: Clifford, Cat | Jandreau, Brady | Jandreau, Lilly | Jandreau, Tim | Scott, Lane.