Redacción. El Festival Distrital programó este año una retrospectiva del cineasta italiano Roberto Rosellini que constituye una de las secciones más atractivas para los cinéfilos de corazón y que se estará exhibiendo en la Cineteca Nacional. Nacido en Roma, en 1906, Rosellini fue director, guionista y productor. Debutó como director de largometrajes tras la Segunda Guerra Mundial. En 1945 estrenó “Roma, ciudad abierta”, un drama que impactó en todo el mundo por la fidelidad en la descripción de los hechos del momento. Fue la cinta que le inició en el movimiento del neorrealismo italiano.

La retrospectiva de Distrital incluye “Roma ciudad abierta” (“Roma Città Aperta”), Alemania, año cero” (“Germania Anno Zero”), “Paisá”,   “Angustia” (“Non Credo Piu All’amore”, La Paura); “Stromboli”, “Viaje a Italia” (“Viaggio In Italia”), La máquina matamalvados” (“La Macchina Ammazzacattivi”), “Amor” (“L’amore”), “India: Matri Buhmi” y “La fuerza y la razón” (“La Forza e La Ragione”).

“Roma, ciudad abierta”, filmada en 1945, reúne historias que se cruzan mientras Roma es ocupada por los nazis. Pina ama a Francesco, un pintor ilegal. Manfredi es el líder del movimiento de resistencia romano. El padre Pietro, un cura de parroquia ayuda a la resistencia transmitiendo mensajes y dinero. El comandante de la Gestapo en la ciudad, con la ayuda del comisionado de la policía italiana, captura a Giorgio y al cura, interrogando violentamente a Giorgio. Ellos intentan usar las creencias religiosas de Pietro para convencerlo de traicionar su causa, aludiendo a que él se está aliando con los ateos. Pietro responde que cualquiera que se esfuerza en ayudar a otros está en el camino de dios, ya sea que crean en él o no. Cuando Don Pietro se niega a quebrarse, es ejecutado.

“Paisa” (1946) narra a través de seis historias, la heroica lucha de los partisanos italianos para liberar a su país del yugo nazi, entre el verano de 1943 y el invierno de 1944, desde Sicilia hasta Venecia, en una lucha incesante que mancha con sangre las márgenes del río Po. Segunda película de la llamada “trilogía neorrealista” que el director inició con Roma, ciudad abierta y culminó con Alemania, año cero. Con imágenes que rayan en lo documental y un elenco que mezcla actores y no profesionales, esta es una mirada a la lucha de diferentes culturas por comunicarse y de gente que vive su día a día en circunstancias extremas.

“Alemania, año cero” (1948) es el capítulo final de la trilogía neorrealista de Roberto Rossellini, un retrato de una Berlín devastada por la guerra, visto a través de los ojos de un chico. Viviendo en un edificio bombardeado con su padre enfermo y sus dos hermanos mayores, el joven Edmund pasa la mayoría de su tiempo deambulando por las ruinas de la ciudad e involucrándose en las redes del mercado negro. En Alemania, año cero Rossellini hace hincapié en la gran fracción del pueblo alemán que poco o nada tuvo que ver con la masacre desatada por sus dirigentes.

“Amor” (1948) es un díptico conformado por dos historias de amor no correspondido en las que Rossellini hace una reflexión sobre la condición humana y realiza un extraordinario ensayo sobre las posibilidades expresivas del cine. Sumida en la profunda soledad de su habitación, una mujer telefonea a su ex amante para despedirse de él con un largo y estremecedor monólogo en el episodio “Una voce umana”. En “Il miracolo” una campesina confunde a un vagabundo con San José y, después de dejarse seducir por él, espera con locura dar a luz al hijo de Dios.

Con “Strómboli” (1950) Rossellini inició una cercana colaboración con la actriz Ingrid Bergman a la que convirtió en su esposa en medio de un gran escándalo. El filme está centrado en Karin, una refugiada lituana que para escapar de un campo de concentración acepta casarse con Antonio, un joven pescador y exprisionero de guerra de la isla italiana de Estrómboli. Incapaz de aceptar las costumbres del lugar, árido y habitado por gente cuya hostilidad expone los sentimientos de la sociedad de posguerra, Karin se encontrará más prisionera que nunca.

“La máquina mata malvados” (1952) constituye una fábula en clave de farsa en la que el director reflexiona sobre la imposibilidad moral de juzgar con equidad las conductas ajenas, al tiempo que pone en duda el poder de la cámara para reproducir la vida. Una aparición concede a un fotógrafo de profesión, la capacidad de eliminar a la gente mala de su pueblo usando su cámara fotográfica. Considerada como una película de transición en la obra de Rossellini –entre la “trilogía neorrealista” y sus obras de madurez como “Stromboli” y “Europa 51” (1952).

“Viaje a Italia” (1953) es en apariencia un melodrama romántico, considerado como una obra de notoria modernidad que rompió el clasicismo del cine italiano e impulsó a dicha cinematografía hacia las profundidades existencialistas de maestros como Antonioni. Un matrimonio viaja a Nápoles. En el trayecto, ambos se percatan de cuán ajenos son el uno hacia el otro, iniciando así una espiral de desamor. Más que retratar el crepúsculo de una pareja, esta es una reflexión acerca del amor llevado a los umbrales de la espiritualidad.

“Angustia” (1954) representó la última de las cuatro colaboraciones que Ingrid Bergman realizó con Roberto Rossellini. En la Alemania de posguerra, Irene, casada y con dos hijos, tiene una aventura con Enrico. Pero Joana, una misteriosa mujer, se pone en contacto con ella para exigirle una fuerte cantidad de dinero a cambio de no develar al marido la infidelidad. Para no poner en peligro la estabilidad familiar Irene accede al chantaje, pero pronto descubrirá que alguien muy cercano a ella es el que organiza la extorsión.

“India” (1959) India es el primero de la casi una decena de documentales que Roberto Rosellini filmó durante la década de los 60 y hasta poco antes de su muerte en 1977. La película constituye un sosegado estudio sobre el país asiático a una década de su independencia de Inglaterra. A partir de una mirada definida por el propio director italiano como «verdaderamente experimental», India pone especial énfasis en la integración del hombre con la naturaleza dentro de un contexto de reconstrucción nacional.

“La fuerza y la razón” (1971) se sitúa en mayo de 1971, poco después del triunfo electoral que llevó a la presidencia de Chile a Salvador Allende, ya por entonces objeto de una campaña mediática de desprestigio orquestada por la CIA y la aristocracia chilena. De visita en Sudamérica, Rossellini realizó este documental-entrevista, en el que se retrata un apasionado diálogo en torno a la agitada política de la época (con información de Distrital).

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