Johnny Depp: Hollywood ha tratado bastante mal a los nativos americanos

Redacción. Hace algunos años, Johnny Depp decidió que era el momento de poner en marcha un proyecto que había estado en su mente por mucho tiempo, “El Llanero Solitario”, la clásica serie de TV de los años 50 acerca del vaquero enmascarado que pelea contra el delito y su amigo Toro. Sin embargo, el proyecto languidecía en su desarrollo, hasta que Depp, con su determinación, intervino.

El productor Jerry Bruckheimer, un frecuente colaborador que creó la exitosa saga de películas “Piratas del Caribe”, en las que Depp encarna al pícaro Jack Sparrow, estaba intrigado con la idea de hacer para cine una versión contemporánea de “El Llanero Solitario”.  Depp pensó que la mejor manera de conseguir que el proyecto se pusiera en marcha sería encarnando al personaje de Toro. Pidió la ayuda de dos amigos cercanos, el artista de maquillaje Joel Harlow y el fotógrafo Peter Mountain, y se dedicó a crear su versión distintiva de la apariencia de Toro, con la esperanza de convencer a Bruckheimer y al estudio, Disney, para dar luz verde a la realización. Esto y más explica el popular actor en cuyas venas corre sangre de los indios Cherokee, en la siguente entrevista de Disney autorizada para su reproducción en CorreCamara.com

P: Su llegada al proyecto de “El Llanero Solitario” fue en una etapa muy inicial. ¿Podría decirse que has sido el origen de esta película?

R: No, creo que había oído rumores acerca de “El Llanero Solitario” y de que Jerry (Bruckheimer) iba a producirla. Yo estaba trabajando en “The Rum Diary” con Bruce (Robinson) en Puerto Rico, y había encontrado una pintura de un guerrero indígena norteamericano, con el rostro pintado a rayas. Le pedí a mi maquillador, Joel Harlow, quien es un mago, que me ayudara a armar un personaje. Hicimos el maquillaje y llamamos a Peter Mountain, fotógrafo, para que tomara imágenes. Fuimos al aire libre, en medio de unos asquerosos pastizales, y comenzamos a tomar fotografías. Peter las imprimió, me las mostró y yo pensé: ‘Sí, creo que lo hemos encontrado. Ahora necesita cobrar vida’. Lo llamé a Jerry y le dije: ‘Mira, cuando esté de nuevo en Los Ángeles, me encantaría reunirme contigo’.

Y así nos encontramos y le entregué cinco o seis fotografías. Jerry dijo: ‘Es fantástico. ¿Quién es?’. Yo respondí: ‘¡Soy yo!’ y Jerry comenzó a decir: ‘¡Por favor! ¿Puedo llevarme estas imágenes?. Por supuesto, le dije que sí: ‘Claro; llévatelas y muéstraselas a todos los muchachos’.

Por mi parte, también se las mostré a Dick Cook [ex presidente de Walt Disney Studios] y las respuestas fueron muy positivas porque para ellos, creo, había un cierto parecido con el Capitán Jack Sparrow; era un personaje similar al Capitán Jack. Todos estaban muy entusiasmados, incluyéndome a mí, y luego fui a verlo a Gore (Verbinski), para que dirigiera la película.

P: ¿El aspecto de Toro permaneció similar a esa primera imagen inspirada en la pintura del guerrero?

R: Sí, es exactamente así, pese a que no tenía el vestuario en ese momento. Yo estaba sin camiseta y me había adornado con cosas colgando de mi cuello. En esas primeras fotografías el maquillaje era el mismo. Lo único que Joel cambió fue que agregó la textura a la pintura blanca, para que pareciera una suerte de barro, como la arcilla, lo que Toro lleva en su rostro.

P: ¿Y qué puede decir acerca del pájaro que Toro lleva en su cabeza? ¿De dónde salió esa idea?

R: En la pintura, el guerrero tenía franjas pintadas sobre su rostro, ligeramente diferentes de las que utilizamos para Toro, pero eran líneas. Lo que captó mi atención de esa fotografía fue que era como ver cuatro fracciones del hombre, diseccionadas. En la pintura, detrás de él, había un cuervo volando. A primera vista pensé que el cuervo estaba sobre su cabeza. No era así, pero decidí que lo mejor que podía hacer era tomar un pájaro muerto y colocarlo sobre mi cabeza, como un espíritu guía. Todos pensaron que debíamos probarlo; es muy intenso (risas). Eso fue todo; el ave se convirtió en la guía espiritual de Toro.

P: ¿Es todo parte del proceso de construir el personaje?

R: Sí. Una vez que comienzas a reemplazar tu propia piel con la del personaje, especialmente con uno como Toro, tú construyes a ese personaje. Era importante ver que este hombre había pasado por muchas experiencias.

P: ¿Cuánto tiempo demoraban en maquillarte?

R: Yo me pasaba en el departamento de maquillaje un par de horas diarias. A veces, decidía ir a casa con el maquillaje puesto para ahorrar tiempo al día siguiente (risas). No era cómodo y lucía divertido pero valió la pena, creo.

P: En algún momento, mencionó que el personaje de Jack Sparrow tenía una forma muy definida desde el primer momento. ¿Ocurrió lo mismo con Toro?

R: Ocurrió algo bastante parecido. Una vez que empiezas a jugar con las ideas, a hacer dibujos y cosas de ese estilo, las ideas vienen a ti como lo hacen cuando estás en el set; encuentras otra pequeña chuchería que puedes agregar a la escena o un momento divertido que ocurre durante el día. Pero, sí, estaba todo prácticamente listo.

P: ¿Mirabas “El Llanero Solitario” cuando eras niño?

R: Sí, lo hacía. Recuerdo que ver “El Llanero Solitario” era una de las cosas que normalmente veías en casa por TV cuando eras niño. Recuerdo que siempre me identifiqué con Toro. Incluso siendo niño, me preguntaba por qué el indígena era el compañero. Y no porque el Llanero Solitario fuese irrespetuoso en su trato con Toro, sino que yo simplemente pensaba: ‘¿Por qué él es el tipo que tiene que hacer esto y aquello? ¿Por qué no es él el héroe?’ Eso siempre estuvo en mi cabeza. Desde muy pequeño me habían contado que tenemos algo de sangre indígena en nuestra familia… Quién sabe cuánto exactamente; quizás es muy poco, no lo sé, a pesar de mi bisabuela por parte materna, que tenía todo el aspecto de indígena, con sus trenzas y todo. Ella era una mujer hermosa; vivió hasta los 102 años y masticó tabaco hasta el día en que murió. Era una mujer increíble.

P: ¿Fue ella quien le contó acerca de su herencia indígena?

R: Sí. Habíamos oído hablar de ello cuando éramos niños, por eso creo que queríamos saber más acerca de los nativos americanos y queríamos averiguar todo lo posible acerca de nuestra herencia y nuestros ancestros. Cuando ves películas de vaqueros, los indios siempre están retratados como salvajes, como los malos, algo que nunca me gustó. Así que, cuando jugaba a los vaqueros, a los cinco o seis años de edad, yo quería ser el indio. Ahora, tantos años después, puedo interpretar a Toro, lo cual me parece genial. La única forma de hacerlo, para mí y para los indígenas americanos, era interpretarlo con gran dignidad e integridad, y a la vez con mucho humor acerca del hombre blanco y las cosas que ellos hacen. Este es mi pequeño tributo a ellos. Fue una forma de devolver y restablecer el equilibrio en la manera en que habían sido maltratados en el cine durante muchos años.

P: ¿Hay una bonita simetría en tu interpretación de esta manera, no te parece?

R: Sí, eso espero. No he visto la película pero sé lo que hice y conozco a Gore, y desde la primera vez que nos reunimos con Justin Haythe (co-guionista), el tema central era “¿Estamos tratando bien a los nativos? ¿Estamos haciendo esto de la forma correcta? No cometamos ningún error aquí”. Para mí, la idea era retribuirlos de algún modo.

P: Su interpretación de Toro es muy diferente de las encarnaciones que conocimos en el programa de TV. ¿Podría contarnos cómo ha hecho a Toro relevante en la actualidad?

R: Creo que es relevante porque, para mí, a pesar de que se ha hecho mucho cine acerca de los nativos americanos, generalmente Hollywood los ha tratado bastante mal. Y lo que yo quería hacer era interpretar este personaje no como el compañero de El Llanero Solitario. Quería representarlo como un guerrero y un hombre de gran dignidad e integridad. Es mi pequeña contribución para intentar corregir los errores que se han cometido en el pasado.

P: En algún sentido, “El Llanero Solitario” es una película masculina y era esencial que tuvieran buena química en la pantalla con Armie Hammer. ¿Cómo funcionó eso?

R: En primer lugar, Armie es un gran tipo. Es muy inteligente, muy rápido y listo, con mucho ingenio y talento. Se comprometió a interpretar a El Llanero Solitario como un hombre blanco, ingenuo y serio; y es precisamente la forma correcta. Armie es un joven actor que viene pisando fuerte y luce como una estrella clásica del cine. Es más, tiene con qué respaldarlo. Se comprometió completamente con este rol, que interpretó a la perfección y lo hizo con humor; él no quería ser el ‘tipo genial’, por así decirlo. Fue un sueño trabajar con él y siento que hice un buen amigo en Armie.

P: Ha señalado varias veces que existieron ciertas personalidades clave en su carrera (Tim Burton, Jerry Bruckheimer, Keith Richards, Bruce Robinson), con quienes has conectado a un nivel muy profundo. ¿Es Gore Verbinski una de estas personas también?
Absolutamente.

R: ¿Qué es lo que Gore aporta, que lo hace un colaborador tan querido?

Tienes que tener un elemento de confianza con alguien con quien trabajas en ese nivel. Para mí, es el alfa y omega de todo. No es algo que suceda fácilmente; tienes que ganarlo y ganarlo. Yo he tenido la suerte de ganar la confianza de aquellos hombres a quienes describiría hoy como grandes amigos, maestros; mentores, en realidad; desde Hunter S. Thompson a Marlon Brando, Bruce Robinson, Tim y Gore. Uno forma estos lazos especiales con el otro cuando puedes tomar mínimos ingredientes y convertirlos en algo que no se ha hecho aún. Cuando estoy en reuniones de guión con Gore comenzamos a conversar y, de repente, estamos en una situación realmente interesante que se convierte en un tema clave del filme. Porque nos conocemos tan bien que, creo, él puede adivinar en qué dirección estoy yendo. Puedo arrojar algo y sé que él reaccionará correctamente (risas).

P: ¿Qué significado tiene haber sido adoptado por la Nación Comanche?

R: Fue un honor enorme. Es increíble. No podría haber soñado con que algo así ocurriría; ellos han sido estupendos y ahora son parte de mi nueva familia. Esta mujer, Ladonna (Harris) es mi par, como se dice en Comanche. Ella es mi par y mi mamá; y ella me llama ‘hijo’. Cuando te dan la bienvenida, realmente te dan la bienvenida; eso fue un punto alto en la vida para mí.

P: ¿Hay cierta simetría entre esto y lo que hemos hablado acerca de su ascendencia, cierto?

R: Sí, y me encanta. Aún no puedo creer que me eligieran. La producción fue bendecida por los Navajo y los Comanche, y fuimos tratados tan increíblemente bien por esta gente maravillosa y generosa, que terminamos teniendo una gran relación con ellos. Ladonna decidió que quería adoptarme en su familia y en la Nación Comanche, y eso fue probablemente el mayor honor que he recibido.

P: Hablemos del futuro. Interpreta a Toro y volverá a interpretar a Jack Sparrow. ¿Hay algún otro personaje que le encantaría encarnar?

R: Hay cosas que me encantaría experimentar, en cuestión de personajes. Pero he hecho los que siempre había querido; no encuentro ninguno que me cautive demasiado ahora mismo.

P: A usted le gusta mantenerse siempre ocupado; la actuación, la música, ahora la literatura.  ¿Cuál es la filosofía de la publicación conjunta con Infinitum Nihil?

R: Estoy trabajando en ello ahora con un amigo mío. Tengo un pequeño contrato con Harper-Collins. Publicamos la novela perdida de Woody Guthrie (“House of Earth”, La casa de la Tierra) y es genial porque la gente está releyendo o descubriendo a Woody Guthrie por primera vez. Es genial. Es un gran libro y algo que él escribió a finales de la década del 40 y puso en un cajón…

P: Y ha hecho un documental acerca de Keith Richards. ¿Cuándo podremos verlo?

R: Oh, guau, eso será un trabajo tan grande. Tenemos muchas imágenes; tenemos, no sé, cerca de 60 horas de filmaciones. Es fascinante pero tengo mucho trabajo por hacer antes de que esté listo.