Por Daniel López

La noche es el refugio para dos prostitutas de mediana edad. Sus mejores años se han deslizado por sus piernas y pechos que entre sus arrugas ven los estragos de su vida sin anhelos. Entre su precaria vida y escases de triunfo, dos luchadores enanos bajaran del ring para caminar al hotel de la esquina. Lo que no saben que al contratar a dos mujeres de la calle, su vida quedará entre las sabanas de placer.

Después de 50 años de carrera y más de de una cuarentena de películas Arturo Ripstein demuestra que a sus 71 años todavía puede hacer una radiografía de la cotidianidad mexicana. La historia rodea la nota roja del año del 2009, dónde dos prostitutas asesinas a dos luchadores enanos. Al parecer son envenenados con gotas para dormir para luego robarles sus pertenencias. Sin embargo, las mujeres de la vida galante no miden las cantidades. Una nota roja cualquiera de las noches de la ciudad de México, pero dónde Ripstein desmembrará la piel de dos mujeres, mientras esperan en “La calle de la amargura”.

El elenco es galardonado por mujeres; Patricia Reyes Spíndola y Nora Velázquez como las “putas”, pero podemos ver la desdicha como mujer o como esposa con Sylvia Pasquel, y Arcelia Ramírez. Un encanto femenino que se maneja con gracia. Siempre acompañadas por las calles de la merced, calles que ocultan la vida obscura de nuestra ciudad. Complementando por otra gran dama  Paz Alicia Garciadiego, esposa y guionista de cabecera del director. Y como parte actuación masculina, la actuación de los dos pequeños luchadores,

La historia del cine mexicano sin duda va de la mano de la dirección de Ripstein que con filmes como “Profundo Carmesí, 1996”, “El castillo de la pureza, 1973” y “El lugar sin límites, 1978” han enamorado y se han convertido en espejos de nuestra realidad, historias tan de nosotros, tan de lo mexicano que simplemente no podemos olvidar. Aunque aquí hay algo que debemos de resalta, Ripstein ahora luce más Buñuel (Los olvidados, 1950) que nunca. Desde la perspectiva del blanco y negro, un guión de las calles, la forma lineal del tiempo y la similitud con tomas y personajes; el director mexicano es más una tangente del director español que de su propia trayectoria. Algo que admirar, con ello significa que no ha olvidado su pasado, a sus amigos y admiraciones, continua con el ideal de comentar sobre las calles de México.

Ni la historia ni el estilo o guión son innovadores, son la misma fórmula del cine mexicano de la época de oro. No nos sorprende y quizás llega un poco tarde para el estilo de cine que hay hoy en día en producción, para las nuevas generaciones que no son admirados por el cine de los 40´s o 50´s será una película más que olvidar, pero para aquellos que quieren recordar el cine de antaño, recordar al genio de Ripstein es una buena opción.

Un director que no se ha cansado de seguir imaginando, grabando y plasmando su realidad. Y para todos aquellos que les interesa la escancia de las calles de la ciudad, lo más obscuro y obsceno de nosotros, pero siempre tener en mente que no importa el año en curso, México sigue teniendo el mismo corte entre sus esquinas, entre sus calles que son de amargura.