Por Hugo Lara
John Callahan (1951-2010) fue un caricaturista estadounidense radicado en Portland y que fue reconocido por su tono ácido y mordaz, representante de lo políticamente incorrecto, que igual lanzaba su humor ponzoñoso contra la iglesia que contra el Ku Klux Klan o contra los discapacitados. Era un provocador que ponía furiosos a las buenas conciencias, aunque por otro lado era celebrado por miles de lectores que lo seguían en revistas y periódicos como Willamette Week de Portland, Playboy y The New Yorker. Pero lo llamativo de Callahan no sólo era su estilo irreverente como caricaturista, sino también su vida llena de volteretas, en la que sufrió un accidente que lo dejó paraplejico a los 21 años. Ese traumático suceso fue un punto de quiebre fundamental, pues pasó de ser un joven alcohólico e irresponsable a convertirse en un caricaturista afamado, mediante un largo proceso de recuperación y perdón.
Callahan es el personaje protagonista del último filme de Gus Van Sant, aclamado director de filmes como “ Idaho: mi camino de sueños” (1991), “Elefante” (2003) y “Milk” (2008), entre varias más. Van Sant siempre ha estado interesado en personajes de la marginalidad, contestatarios o que navegan a contracorriente, por lo que resulta natural su interés en llevar a la pantalla la vida de Callahan. “No te preocupes, no irá lejos” (Don’t Worry, He Won’t Get Far on Foot (2018) está basada en la autobiografía del propio Callahan, quien en la película es encarnado por Joaquin Phoenix.
La narración de este filme biográfico retrata varios momentos clave de la vida de Callahan y los va intercalando con saltos en el tiempo hacia atrás o hacia adelante: su vida desenfrenada entre interminables jornadas de fiestas y alcohol, acompañado de su cómplice y amigo Dexter (Jack Black); su etapa de recuperación apoyado por su terapeuta y la que se convierte en su compañera, Annu (Rooney Mara); la etapa de crisis y confusión; el hallazgo de su talento como caricaturista y su ascenso; el encuentro con un grupo de autoayuda que encabeza un magnético joven rico, Donny (un magistral Jonah Hill).
Van Sant no hace un biopic convencional y lo resuelve con su sobrado oficio, su sensibilidad y su peculiar visión. Con la ayuda de Phoenix, el personaje no se convierte en un atormentado lisiado que de pronto vive una epifanía. Van Sant se aleja por completo del melodrama y en cambio conduce al personaje por las diversas relaciones que se tejen a su alrededor y que le permiten transformarse. La realización cuida que el tono edificante y aleccionador no sea excesivo y arruine lo fascinante de la historia de Callahan, que es su proceso de autodescubrimiento en las condiciones físicas y emocionales más adversas.
“No te preocupes, no irá lejos” tiene varios atractivos, como su competente reparto actoral, la música de Danny Elfman y la garantía de Gus Van Sant como director, lo que la convierte en una de las modestas piezas cinematográficas que no hacen mucho ruido en cartelera pero que cualquier cinéfilo debería tomarse el tiempo de ir a ver.
Director: Gus Van Sant. Guión: John Callahan, Gus Van Sant (Memorias: John Callahan). Fotografía: Christopher Blauvelt. Música: Danny Elfman. Reparto: Joaquin Phoenix, Rooney Mara, Jonah Hill, Jack Black, Mark Webber, Peter Banifaz, Udo Kier, Nolan Gross, Connor Skific, Karen Nitsche, Beth Ditto, Olivia Hamilton, Kim Gordon, Carrie Brownstein, Emilio Rivera, Ken Tatafu, Angelique Rivera, Rebecca Rittenhouse, Anne Lane, Rebecca Field, Alexandra W.B. Malick, Amir Talai. Año: 2018 Duración: 114 min. País: EE.UU.