Reportera @DistritalMx: El chico no conoce a la chica

Por Arantxa Sánchez
@mermouton_

Un cineasta que sólo crea los títulos de sus próximas películas y una chica común que sabe bailar tap. El desencanto del amor, las calles de París, un pañuelo, un interfono, un chico que sólo toma té y leche, una chica que toma vino y fuma sin parar: el enamoramiento iluso y terco: “Boy meets girl”.

“Boy meets girl” (1984) es la ópera prima del director francés Léos Carax, estrenada en la Semana Internacional de la Crítica ese mismo año, esta película es clara apuesta por redescubrir y reinventar el cine con estilo muy particular con escenas firmes, fuertes.

Alex (Denis Lavant) y Mireille (Mireille Perrier) son los chicos comunes de la Francia contemporánea: son el resultado del desengaño amoroso y del hartazgo de vivir el día a día después de la decepción y la angustia. El chico conoce a la chica por el interfono de un edificio de apartamentos, ¿cómo buscarla, cómo encontrarla?

En “Boy meets girl” hay una referencia que une y particulariza al mismo tiempo la obra de Carax con el cine francés de los años sesenta, sin embargo, el trabajo de Carax es más oscuro, más denso, con atmosferas silenciosas y vacías. El París sacado del tiempo para sumergirse en la reflexión y los idilios del afecto. La insolencia a la Godard.

A pesar de eso, Carax va más allá del juego referencial para insertar en su obra una visión única y particular al construir y presentar al publico imágenes bien construidas, memorables, que se detienen en el tiempo para unificar el blanco y el negro, los sonidos de la ciudad, el movimiento.

Los escenarios en “Boy meets girl” permiten una profundidad emocional: la fotografía impecable de Jean-Yves Escoffier que lo acompañaría en sus dos siguientes películas, las locaciones abiertas que están vacías, ajenas al mundo con tres o cuatro personas solitarias. París de noche y una cocina.  

Un sabor amargo, lleno de decepción y la imposibilidad de reconocer en el otro las formas del amor. Personajes solitarios que se complementan a través de diálogos y monólogos brillantes acompañados de una banda sonora expresivamente densa: no hay un ambiente adecuado que una el pasado, presente y futuro para que el amor nazca y crezca.

La Cineteca Nacional, en el marco de Distrital: cine y otros mundos, presenta una retrospectiva del considerado prodigio y enfant terrible del cine a través de sus cinco obras: “Boy Meets Girl” (1984), “Mauvais Sang” (1986), “Les Amants du Pont-Neuf” (1991), “Pola X” (1999) y la más reciente, “Holy Motors” (2012).

 

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