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Por Juan Pablo Russo


Seis años después del estreno de Ay Juancito (2004), Héctor Olivera vuelve al cine con El mural (2010), una superproducción de época que involucra al mexicano David Siqueiros y al célebre periodista argentino Natalio Botana. En exclusiva, el director de 78 años nos cuenta la génesis de un proyecto que empezó en los años 50.


¿Cómo se interesó en el famoso mural que Siqueiros pintó en casa de los Botana, y que devino en un sinfín de historias con personajes tan ricos?


La obra originalmente iba a ser sobre los Botana. A los 19 años, hace ya 60, empecé a trabajar como asistente del señor Eduardo Bedoya, productor de Artistas Argentinos Asociados que alquilaba los estudios Baires. Estudios que eran de él y que habían sido en un 50% de Natalio Botana. Durante los 5 años que estuve junto a Bedoya me contó muchas historias interesantísimas de los Botana. Cuando en 1956 formamos Aries Cinematográfica con (Fernando) Ayala pensamos en hacer la vida de Botana, o mejor dicho una saga de la familia Botana.


Pero una obra de tal magnitud debería de ser muy costosa


Sí, era muy cara. Había que reproducir varias épocas, el vestuario que cambia de década en década, los decorados, todo. Era muy difícil de hacer y quedó el proyecto en la nada.


¿Y cómo vuelve a retomar el proyecto?


Un día leyendo Confieso que he vivido, la autobiografía de Pablo Neruda, veo que en la quinta de Botana, Neruda había vivido un romance con la mujer de Siqueiros, Blanca Luz. Entonces durante mucho tiempo me dediqué a leer sobre estos personajes hasta que me empecé a dar cuenta que tanto Siqueiros como Blanca Luz eran proveedores de un gran material cinematográfico.


Básicamente había algo muy importante para mí que soy un director ortodoxo y que no pretendo cambiar las estructuras del cine nacional ni universal. Hay un comienzo, hay un final. Llega Siqueiros, Siqueiros se va. Había mucho para tejer con ese material y hace unos años me puse a trabajar lentamente en una escaleta, después se me impuso otro proyecto que teníamos en carpeta que se llamaba La bandolera inglesa que tuvo un premio del INCAA que nos permitía tener la plata de entrada.


¿Entonces los Botana vuelven a quedar en la nada nuevamente?


Nos dedicamos a trabajar en la producción de esa película que tuvo muchos inconvenientes, primero iba a ser hecha con Inglaterra, después entró España, Después Inglaterra se fue y entró EE UU hasta que finalmente vino la crisis de Wall Street de 2008 y se acabó el proyecto. Fue ahí cuando me puse a trabajar intensamente en El mural.


Me llamó la atención el hecho de que a pesar de la cantidad de personajes “famosos” que aparecen en la historia, tomó la decisión de no salirse del cuarteto protagónico.


Porque no quería terminar en El Santo de la Espada (1970), era imposible, yo no estoy criticando de ninguna manera el film de Torre Nilsson, pero no quería caer en eso.


¿Fue una película cara?


Fue la película más cara que ha hecho Aries en su larga vida de 54 años. No se puede hacer un film de época sin gastar, uno en la sala de al lado tiene una película inglesa de esas que hacen las cosas tan maravillosamente bien y el público no es imbécil. Uno tiene autorespeto y profesionalismo para decir no lo hago, si lo hago lo hago muy bien, como corresponde.


Siendo un director clásico, ¿filmó en estudios o en escenarios naturales?


En los estudios Baires, curiosamente los mismos que había construido Botana 75 años antes, creamos los dormitorios correspondientes a la estancia, el comedor diario y todo lo referente a Crítica.


¿Y el tema del mural como lo resolvieron?


Hicimos en estudio la exacta reproducción del mural de Siqueiros. Fuimos al lugar dónde se estaba reconstruyendo y tomamos fotos. Mi hijo Javier (Olivera) que estudió pintura y es el director adjunto se ocupó de eso. También se ocupo de la reconstrucción digital del principio de la película.


¿Tienen pensado estrenarla en México?


Sí, para México es una película mexicana. Allá se estrena a fin de año porque ellos tienen a su vez el Bicentenario, así que ésta va a ir a parar en enero.


¿Después del estreno de El mural que se viene?


Voy a retomar La bandolera inglesa, el año que viene me voy a dedicar a eso. Es una película que se va a filmar en toda la patogonia, lo cual no es fácil.