* En entrevista exclusiva, habla por primera vez de El premio, su ópera prima realizada en Argentina.   

Por Ulises Pérez Mancilla  

Paula Marcovitch es una de las guionistas más prolíficas dentro del cine mexicano. No sólo una de las más constantes, sino una de las más queridas a través de sus historias. Sin remitente, Elisa antes del fin del mundo, Temporada de patos, Dos abrazos, Lake Tahoe, son sus títulos más representativos, marcados todos por el sinsabor de la soledad, a veces de momentos, a veces en cantidades profundas, a veces más tormentosas que otras, pero siempre con un halo de alivio fulgurante. 

Algunas décadas después de que sus guiones fueron elegidos para filmarse por otros directores (Eimbcke, Carrera, De la Riva, Begné), de alternar su quehacer literario con la dirección de cortos (perriférico, Sirenas de ambulancia) además de su apasionada, firme y arrebatada enseñanza en las aulas del Centro de Capacitación Cinematográfica y otros foros; luego de muchos años de perseverancia, Paula debuta como directora con El premio, un guión autobiográfico en el que rememora su infancia en los tiempos de la dictadura militar en Argentina, donde realizó su ópera prima el verano pasado.

CorreCamara: ¿Estás contenta a tu regreso? ¿Cómo fue ese proceso de apoderarte creativamente de la puesta en escena de uno de tus guiones?  

Paula Marcovitch: Estoy muy contenta. Aunque no me apoderé de nada (ríe). He escuchado muchas veces decir  que un guionista “ por fin va a hacer una obra suya “, al dirigir. A mi me parece evidente que un  escritor es el autor de sus obras siempre, dirija o no dirija él mismo. Creo que la puesta en escena es un espacio creativo fascinante. Yo trabajé en esta película con una puesta en escena muy flexible, basada en improvisaciones…

CC: ¿Sufriste?  

PM: Si, en muchos momentos…


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CC: ¿Qué fue lo más difícil de poner el guión en imágenes?

PM: Me costó  compatibilizar
la improvisación con la planificación. Es decir dosificar la improvisación y la
planificación de las escenas. Tuve grandes aliados artistas: Wojciech Staron en
la fotografía,  que propuso escenas
y ritmos de gran belleza, Bárbara  Enríquez y Oscar Tello 
en la dirección de arte: trabajaron con un amor y cuidado con objetos cargados
de historias. Sergio Gurrola, el compositor es un aliado artístico fundamental,
su aporte va mucho mas allá del sonido y la música, la concepción misma de la
obra fue un trabajo conjunto. La producción de esta película fue única porque
trabajamos en un pequeño pueblo. Izrael Moreno y Pablo Boneu tuvieron la
dulzura necesaria para  emprender
esta producción tan especial. Contamos con la generosidad enorme de la gente
de San Clemente: mis amigos de antes y de ahora.

CC: ¿Qué aprendiste de tu trabajo con niños?

PM: Los actores niños de esta película son muy especiales.
Paulita Hertzog, la protagonista es de una belleza expresiva
impresionante.  Sharon y Uriel
también.  Tuve la colaboración de
una gran amiga, que  estuvo a cargo
del entrenamiento actoral de los niños: Silvia Villegas.  Ella fortalecía a los niños dándoles
dignidad actoral  y profundidad. Lo
que más me llama la atención es que a veces  los niños entienden de otra manera que los adultos el
contenido dramático de una escena, a ellos hay que hablarles con claridad  brutal: transmitirles el conflicto en
crudo. Los adultos solemos procesar más racionalmente  las cosas y por eso en general, nos
cuesta más ver lo obvio.

CC: ¿Qué momento cotidiano de tu rodaje fue el que
disfrutaste más?

PM: Durante una tormenta en que filmamos en medio del viento
y la arena me sentí completamente feliz.

CC: Emocionalmente, rememoraste tu infancia a la par que
dirigías, ¿te ayudó a tener claridad de lo que querías contar?

PM: Creo que los recuerdos me marearon bastante durante el
rodaje y aparecieron cosas que yo “no sabia que quería contar”. Eso es muy
bueno,  en esta película todos nos
nutrimos de la incertidumbre. Me sucede lo mismo al escribir… Creo que hubo
momentos de inspiración durante el rodaje… le pido al destino que nos  de a todos  más inspiración en las siguientes etapas de esta obra.

Sobre el proceso de creación de El Premio, Paula,
plenamente agradecida agrega: “Falleció un gran amigo y un artista excepcional
que iba a ser el asistente de dirección de la película: René Peñaloza.  Su salud le impidió acompañarnos a San
Clemente pero alcancé a tener muchas reuniones con él respecto a nuestra película
. Su perspectiva  brillante, su
mirada  libre,  me inspira cada día  en esta obra y lo extraño mucho”.

CC: ¿Cambió tu postura sobre el carácter autoral del
guionista dentro de la película?

PM: Mi postura no es una postura en realidad.  Es una observación de lo que
sucede  … la definición de “autor” es
: “el que inventa primero algo” ¿No? . El autor, en el caso del cine, es … el
que inventa primero lo que se va a filmar después…  ¿no? La  puesta
en escena es un trabajo artístico increíble, no menos creativo  que la escritura … pero es durante la
escritura donde aparece el conflicto dramático, y  el universo que se va a representar luego. Me parece evidente
que la obra dramática, el texto, es donde nace la obra.  El escritor es el autor.

CC: El guión está pasando a ser prescindible dentro de las
nuevas generaciones de cine mexicano, comienzan a abundar películas construidas
con base sólo en una idea, un argumento o una escaleta, ¿a qué atribuyes eso? ¿es
una moda? ¿una variante del propio quehacer del guionista? ¿cuál es tu postura
ante ello?

PM: Yo creo que “el guion”, como formato,  es bastante  incómodo y  ridículamente
limitado.  Las premisas industriales  nos han entrenado para escribir cine,  como se escribe un telegrama…  Ahora, cuando  te refieres a que es en el nuevo  cine mexicano que está apareciendo la tendencia “a abandonar
el formato de guión”  esto es  inexacto, me parece. El abandono del
formato no es nuevo ni es necesariamente una tendencia contemporánea. Bergman
ya  escribía sus obras para cine sin
formato  (se leen como novelas y de
hecho… lo son)  y es tan bello leer
sus obras, como ver las películas que él mismo dirigió basado en sus propios
textos. Me parece muy bueno  que se
filme a partir de textos dramáticos más libres y profundos …  Incluso si se prescinde del texto dramático
y se filma solo a partir de una frase  me parece perfecto también… Pero una cosa es importante para
mi:  el texto dramático, tenga éste
la forma que tenga… de todas maneras es el alma misma de cualquier proyecto
cinematográfico. Otro punto: se dice que el cine es el arte de la imagen. Eso
es dudoso para mi. Un poema tiene muchas más imágenes que una película ¡ tantas
que no se podrían filmar! Dicen que el cine es el arte de contar en imágenes…  para mi es  al revés: el cine es el  arte de contar con pocas imágenes, (de manera que sean “materializables”).
Cualquier novela o poema tiene más imágenes que una película. Estoy convencida
que la  imagen cinematográfica… es
una imagen de naturaleza literaria. Estoy escribiendo un librito de ensayos
sobre este punto.

CC: ¿Se tiene vocación para escribir un guión o se aprende cómo
hacerlo?

PM: Para mi cualquier disciplina artística se aprende,  y se ejercita con amor y disciplina, y
hay que tener paciencia y muchas ganas.

CC: ¿Funciona el manual del ABC?

PM: Me parece que los  manuales suelen ser útiles si se los toma como lo que son. Es
decir, si no tienes una historia sincera que contar… ningún manual te ayuda.
Ahora si tienes una historia profunda, 
 entonces tal vez algún
manual te dé algún soporte práctico … Ahora bien,  una historia es  también,  la
forma de esa  historia … en ese
sentido los manuales son  peligrosos porque acartonan a los escritores principiantes, y
 pueden quitar belleza  y originalidad a  los relatos.

CC: ¿Cuál ha sido el resultado que más satisfacción te ha
dado por cómo fue llevado a pantalla?

PM: Se han hecho muy buenas películas basadas en mis textos
y admiro y respeto a varios de los directores con quienes compartí procesos artísticos.
Algunas películas  me gustan más
que otras,  por supuesto… Pero no
podría decir que la  experiencia de
guionista,  sea nunca  “satisfactoria”…  No me la he pasado nada bien,  en ningún estreno, digamos . El escritor
no es  considerado “autor”, de su
propio  texto dramático en el medio
cinematográfico actual  y eso es
muy triste…   Después de
muchos años,  es triste para mí,  reconocer que no le recomiendo a nadie
asumirse como “guionista”. Si un escritor tiene vocación narrativa le
recomiendo escribir “cualquier otra cosa”…. pero no darles a sus propias obras
el nombre de “guion”: el camino profesional  del guionismo, tal como está concebido en el medio actual,   no es un camino satisfactorio, en mi experiencia, ni  como persona ni como artista.  

Paula se encuentra actualmente en plena postproducción
de su película, “editando muy emocionada, junto con la editora Loli Moriconi.  Y ahora antes que pensar en cualquier
festival, sólo le ruego al destino que nos de la inspiración para terminar una
obra bella”…