Por Juan Pablo Russo
CorreCamara-EscribiendoCine

La actriz argentina surgida del circuito teatral off porteño es la protagonista junto a Javier Bardem de Biutiful (2010), drama del mexicano Alejandro González Iñárritu que comipitió por el Oscar como mejor film extranjero. “El Oscar y esta película me han puesto en un lugar de mayor visibilidad, algo que no hubiese sucedido con el teatro”.

¿Cómo vivís este momento tan particular en tu carrera?
Por mi parte yo lo vivo con mucha alegría, me siento muy honrada y
siento un gran orgullo por el trabajo hecho y los compañeros de ruta
que me han tocado. Ha sido una experiencia de aprendizaje, tanto a
nivel profesional como personal de la que siento un gran
enriquecimiento.

¿De qué forma llegaste al personaje de Marambra en Biutiful?
Es una historia muy Biutiful, como siempre dice Alejandro González Iñárritu,
como nos encontramos y nuestros caminos se cruzaron. Alejandro venía
buscando hacía mucho tiempo una candidata para cubrir este rol
protagónico y estaba a punto de cancelar el comienzo del rodaje porque
no daba con ella. Si bien el peso dramático de la historia la lleva el
personaje de Bardem el mío es justamente su contrapeso y ese es
el valor que tiene. A último momento decide abrir un casting en
Argentina. En ese momento yo tenía dos espectáculos en cartel y el
director de casting había ido a verme y tuvo la impresión de que yo
podía encajar en las características de ese personaje. Entonces me sumó
a una lista bastante selecta de actrices que se probaron para ese papel.

¿Supongo que fue toda una sorpresa?
Fue mi primera gran sorpresa. Qué me llamaran para un rol de cierta
relevancia en una película internacional me sorprendió bastante.

¿Por qué?
Porque soy una actriz de teatro que tiene su carrera hecha en el teatro
y que no suelo transitar las instancias de audición para películas.
Sentí que era un gran elogio y una invitación a una oportunidad única
para probarme a mí misma y tener el ejercicio de hacer una audición
para un director tan consagrado. Yo acepté con mucha alegría pero sin
ninguna expectativa porque ni remotamente podía imaginar llegar a estas
instancias.

¿En qué momento tuviste el presentimiento de que el papel de Marambra iba a ser tuyo?
Cuando pasé la tercera instancia del casting que era la más compleja
tuve un sentimiento favorable en donde creí que algo se había revelado
de mi naturaleza como actriz y como persona. Es evidente que eso fue
cierto porque Alejandro ve esa prueba y decide llamarme inmediatamente
a mi casa para decirme que le gustaba mucho mi trabajo y que quería
conocerme personalmente para probarme frente a cámara con Javier Bardem.

¿Vos sabías de antes que Bardem iba a ser el protagonista?
No, no sabía nada. Eran muy discretos con la información. A mí me
bastaba en saber la que ya tenía como para estar alerta. Pero ni
remotamente imaginaba que el personaje era la contrafigura de un
personaje interpretado por un actor de la talla de Bardem.
Me desayuné ese día de esa información y tuve muy poco tiempo de
reaccionar, literalmente agarré mi bolso y mi pasaporte y me fui a
Ezeiza. Los minutos contaban de manera esencial ya que yo tenía que ir
a España para hacer una prueba y volver a la Argentina para no faltar a
mis compromisos con el teatro. Fue una vorágine que por suerte salió
bien.

¿En que cambió tu vida como actriz después de haber estado en Biutiful?
En principio la película la terminé de rodar hace dos años y yo regresé
a mi vida, a mis proyectos y a mi trabajo tal como yo lo conocía desde
entonces. Mi trabajo empezó a tener repercusión a partir del estreno de
Biutiful
en Cannes. Luego en EE.UU a la película le fue brillante, fue muy bien
considerada. Yo tuve buenas críticas y a partir de ahí empezó el
interés en mi persona por esa visibilidad que te da aparecer en
pantalla. Ahora estoy atenta y escuchando las propuestas de los futuros
proyectos que me puedan llegar a involucrar.

¿Hay propuestas internacionales?
Todavía no te podría mencionar concretamente ninguna porque no están ni
aceptadas y siguen en una instancia de evaluación. Sí estoy muy pronto
viajando a Los Ángeles porque tengo una serie de entrevistas que me van
a permitir a mí conocer como trabajan y a ellos les va permitir
conocerme a mí también más allá de mi trabajo en Biutiful.
Es un tiempo para madurar, reflexionar y sobre todo para darse el
espacio para tomar las decisiones correctas. Yo tengo toda una
trayectoria en el teatro que quiero honrar.

¿Por qué no fuiste a la ceremonia de los Oscar?
Me bajé del viaje porque era un poco insólito, me invitaban a mí pero
no me daban entradas para la gala. Para ir y encerrarme en un hotel a
ver la ceremonia por la tele mejor me quedo en mi casa y estoy con mi
compañero, mis amigos, mis afectos más cercanos y para bien o para mal
voy a estar más contenida que en una habitación de un hotel de Los
Ángeles en donde no conozco a nadie.

¿Alguna vez pensaste que tu vida iba a pasar por todo esto?
Ni remotamente. Ya creía que estaba más que hecha a nivel
profesional en el teatro. El cine me parecía un terreno tan temido como
soñado y jamás imaginé que me podía tocar a mí algo así. Todos los días
reflexionó acerca de todo lo que pasó y cuan sorpresiva puede ser la
profesión y la vida misma. Uno no debe ser ni prejuicioso ni cerrarse
puertas a priori, uno debe estar abierto a que las cosas buenas
sucedan. El trabajo nos puede llevar a lugares insospechados. A mi Biutiful me ha dado mucho más allá de esta coyuntura particular que es el Oscar y la difusión en los medios de mi trabajo.

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