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Al veterano realizador mexicano Arturo Ripstein no le ha hecho ninguna gracia que el jurado del último Festival de San Sebastián ignorara su película “Las razones del corazón” en el palmarés hecho público el pasado sábado, y -en declaraciones a un diario vasco- dedica todo tipo de descalificaciones tanto a sus miembros como al propio certamen, en el que dice que -a pesar de haber ganado diversas recompensas en el pasado- no piensa regresar. “Era un festival serio y, de pronto, es subnormal”, asegura.
“Lamentable” es el calificativo que Ripstein utiliza varias veces en las declaraciones publicadas este jueves por Gara al definir al conjunto del jurado oficial, para luego particularizar acusaciones mucho más duras hacia miembros concretos: “Es tener una actriz que no ha salido nunca de Pensilvania (se refiere a la presidenta, Frances McDormand), y que los gringos nunca entienden nada, nunca han visto una película con subtítulos, no saben leerlos”.
Luego ataca con dureza a su compatriota Guillermo Arriaga, al que califica como “enemigo personal por el hecho de ser mexicano”. Y añade sobre el autor de “Amores perros” o “Babel”: “Porque la megalomanía hace que todo lo demás no exista, que la basura que se escribe parezca oro. La fama se confunde muy fácilmente con ser bueno, ser famoso y ser bueno parece lo mismo, pero no es cierto. La gloria hace que seas muy bueno; la fama es un producto de la publicidad, y este cuate es de un talento innegable para la autopromoción”.
Sigue el realizador de “Profundo Carmesí” detallando las animadversiones o incompetencias que en su opinión tenía ese jurado, las cuales nunca expresó antes de que hiciera público su palmarés: “A Álex de la Iglesia yo le había ganado una Concha de Oro en un festival y eso no se olvida. Una fotógrafa desconocida (Sophie Mantingeux) y un director danés desconocido (Bent Hamer), y dos chapuzas de actrices (Bai Ling y Sophie Okonedo) componen el resto de un jurado muy lamentable”.
Tampoco ahorra Ripstein críticas al propio festival y a su nuevo responsable, José Luis Rebordinos: “De pronto, la dirección del festival empieza mal. Un festival, además de seleccionar lo que se les da y las mejores películas posibles, tiene que saber qué hacer con un jurado y no tener un jurado de chapuza, porque con un jurado de chapuza mal empieza la semana en el lunes. La dirección del festival en este momento ha logrado convertirlo en un festival en vías de desarrollo”.
No duda en el ataque directo a Rebordinos, con una larga trayectoria en el comité directivo del certamen donostiarra y responsable de la Semana de Cine Fantástico y de Terror de la misma ciudad vasca: “Ser el director de un festival de peliculitas de susto, de ¡ay que tuto, ay que mello!, así que tengas 14 años. Los 14 años mentales hacen que las soluciones sean de 14 años mentales. Si se juega, bien; y sino se juega bien, mejor no se embarca uno”.
Reitera su decepción y su enfado para el festival, al que dice no regresará: “Hay que ser serio. Este era un festival realmente serio, era de los cinco de Europa y, de pronto, es subnormal. No es un problema de ganar o perder, es un problema de ver cómo se mueven las cosas. Yo he ganado en un montón de festivales y he perdido en muchísimos más. Vaya, no es una nueva opción para mí, es ver nada más qué se escoge y cómo y porqué y cuál es el sentido de las cosas. Alguien me decía allí, en San Sebastián, que nunca será Cannes porque en Cannes sí saben como se trata a las películas y a las gentes que vienen. En San Sebastián es todo exactamente lo contrario, es una pena. A mí me da muchísima pena, porque es un lugar que a mí me gustaba muchísimo, y no volveré”.
El cineasta mexicano, que ahora compite con la misma cinta en el Festival de Biarritz, sostiene que se siente mejor juzgado en esta ocasión. “Aqui tienes a profesionales mucho más capacitados. A mi no me importa ganar o perder, no me importa ganarlo. Me duele perderlo, por supuesto, como a todo el mundo, pero aquí no hay pseudo-actrices. No hay payasadas”, concluye.