Por Ulises Pérez Mancilla 

El problema con El infierno es su gran semejanza con La ley de Herodes: el mismo discurso, la misma caricatura efectiva, el mismo pinche país corrupto si así se quiere ver; sin embargo la película que cierra la trilogía crítica sobre el sistema político mexicano de Luis Estrada, a doce años de distancia, queda ampliamente rebasada por la complejidad del país. Es más, ni siquiera hay un mínimo de propuesta en lo que se refiere a lenguaje cinematográfico con respecto a su propia obra.  

Narrativamente se trata de un guión perfecto, bien estructurado, clásico, bien actuado; pero como película tiene más alma de telenovela de Argos que de otra cosa. Hilvanada con viñetas construidas sobre chistes desparpajados que se escudan en su tono directo El infierno es a todas luces un fenómeno social actual deslumbrante que sólo la historia le dará un justo lugar. Celebrarla sólo porque pone el dedo en la yaga sobre un problema nacional expuesto con mucha más claridad y profundidad en otros medios todos los días, la reduce a una crítica obvia, acelerada y fugaz, casi adolescente.  

Se entiende que a través de la risa, Estrada quiera tomar distancia crítica de una situación tan cruenta como la extrema violencia del narco y la muy evidente torpeza del gobierno al encararlo; y que en el fondo (conscientemente o no) trata de aligerársela al público a través de un eficaz humor, aparentemente negro, pero nunca hilarante. La propuesta metafórica de un México probable parece salida de un cuento de cachirulo, eso sí, con hartas cabezas rodando, mucha palabreja escandalosa y una buena dosis de gore que como subgénero destaca, pero discursivamente la empobrece. Si de cineastas valientes se trata, tendríamos que desenterrar mucho de la filmografía ochentera y de los videohomes, donde ya desde entonces se retrataba la gestación del narcotráfico con un discurso social crítico sin tener que exhibir fotomontajes mal hechos sobre la supuesta amistad de los capos con la plana mayor de la política mexicana. 

Así las cosas, la acogida de crítica y taquilla es hasta cierto punto entendible, debido a su eficiente manufactura salpicada de verdades y críticas sociales, así como del apoyo mediático de líderes de opinión que sólo posan su mirada al cine cuando se vuelve noticia. A la trilogía de Estrada le pasa lo que a la trilogía de Shrek: de abrir con una sátira genuina, puntual y creativa, se convirtió en un producto de mercado que embona perfecto con lo que solía criticar. Al final del día, la película se cura en salud, igualito que sus personajes corruptos, e igualito que el gobierno Federal al producir esta película a través de ese insultante monto destinado a los Festejos del Bicentenario (cuyo exceso extremo cimbra Guanajuato, con una ridícula expo valuada en 1600 millones de pesos).  

Por ello, habría que preguntarse seriamente qué tan honesta es su crítica. 

Que su temática es oportuna, ni duda cabe, pero El infierno también tiene mucho de oportunista. No sólo obtuvo el FOPROCINE (Fondo para la producción de cine de calidad) del año pasado en una de las competencias más nutridas y reñidas (Y por lo tanto de resultados harto cuestionados); también, se coló entre los proyectos elegidos para conmemorar el Bicentenario, recibiendo del gobierno de Calderón, vía IMCINE, una cantidad inusual de dinero para producir la película, montos equiparables a los que recibieron Chicogrande, El atentado, Hidalgo y otras; y con los cuales (sobra decir) se pudieron haber financiado el triple o más  películas. Sin la endulzada de referencias al Bicentenario (ya en serio, puestas muy a fuerza y que le valieron varios millones de pesos para que la película se realizara), aceptémoslo, El infierno sería otra película.  Al menos moralmente, sería otro infierno.

El Infierno

    *   Dirección: Luis Estrada     * Producción: Luis Estrada     * Guión: Luis Estrada, Jaime Sampietro     * Fotografía: Damián García     * Edición: Mariana Rodríguez     * Sonido: Santiago Núñez     * Música: Santiago Ojeda     * Dirección de arte: Salvador Parra     * Compañías productoras: Bandidos Films, S.A. de C.V., IMCINE-FOPROCINE, Videocine, Gobierno del Distrito Federal     * Reparto: Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Elizabeth Cervantes, Ernesto Gómez Cruz, María Rojo, Jorge Zárate, Daniel Giménez Cacho, Salvador Sánchez, Dagoberto Gama, Isela Vega, Alejandro Calva, Christian Ferrer