Por Hugo Lara Chávez

Al fin llega a la cartelera comercial Presunto culpable,
un documental que denuncia las terribles deficiencias del sistema de
justicia en México, a través del caso verídico de Toño, un joven
comerciante y bailarín aficionado que fue acusado de homicidio y
condenado a purgar una larga condena, a pesar de un proceso irregular
lleno de pruebas dudosas, un juez negligente y una serie de vicios de
procedimientos.  Entre otras cosas, el filme demuestra que el acusado
fue detenido al azar, pues no conocía a la víctima, carecía de móvil y
se encontraba lejos del momento y escena del crimen, como lo confirman
algunos testigos.

El caso de Toño fue grabado durante su proceso
de dos años por la iniciativa de dos jóvenes abogados, Layda Negrete y
Roberto Hernández —productores de la cinta junto a Martha Sosa e Yissel
Ibarra— quienes se introducen en las entrañas del sistema, recogiendo
impactantes imágenes y testimonios dentro de la cárcel de Santa Martha
Acatital en el DF, los juzgados y los separos policiacos, entre otros
espacios. Además, le dedican un relevante tiempo a retratar a Toño, a
través de sus conversaciones, su gusto por la música y sus relaciones
familiares y sentimentales.

El proceso de Toño cruza
prácticamente todas las instancias posibles: dos juicios perdidos, una
serie de apelaciones y algunos fracasos de su defensa antes de su
liberación definitiva.  Las decenas de horas grabadas en video digital
—que fueron ampliadas a 35mm para su exhibición— fueron organizadas de
manera eficaz por la dupla de directores, conformada por el mismo
Hernández y Geoffrey Smith, quienes se apoyaron en la fotografía de
John Grillo, Amir Galván, Damián Sánchez y Lorenzo Hagerman, así como
en la edición de Felipe Gómez y el mismo Hernández.

Con una importante trayectoria académica, Hernández y Negrete habían producido anterioremente El túnel
(2006), un cortometraje que exponía una serie de casos y testimonios
sobre la aberrante burocracia y los terribles abusos de la autoridad
dentro del sistema de justicia mexicano.

En esa misma línea, el resultado de Presunto culpable
de nuevo pone al descubierto las graves perversiones que son comunes en
la impartición de justicia en México, como el hecho de que dos de cada
tres expedientes de la jurisdicción penal sufren de la torpeza de los
jueces, la presión política o la corrupción.

Resulta muy
llamativo que los abogados hayan logrado introducir micrófonos y
cámaras a los espacios ya mencionados, generalmente inaccesibles para
los medios. Esto le da una textura muy especial al documental, pues
permite asomarse plenamente al universo sórdido y miserable de la
burocracia judicial. Sin duda, es unos de los aspectos más valiosos del
filme, que lo hace imprescindible de ver.

Como detalle, vale la pena mencionar la muy curiosa alfombra roja que mereció Presunto culpable
el día de su premiere esta semana, en una sala de Polanco, pues además
de los realizadores y varias figuras del cine y los espectáculos
invitados, se pudo ver a miembros distinguidos de la esfera política,
como Margarita Zavala, Diego Fernández de Cevallos y el procurador
Miguel Mancera, algunos de ellos representantes de ese poder
descompuesto que tiene al país lleno de rezagos.

Después de ver Presunto culpable,
cualquiera comprende la desconfianza que muchos, dentro y fuera del
país, tenemos sobre la policía y las autoridades judiciales mexicanos,
acaso incluso en expedientes cuyas pruebas parecen contundentes, como
el de la francesa Florence Cassez, motivo de la reciente controversia
diplomática entre México y Francia. No hay duda que ese caso ha sido
usado por los medios y la defensa de esta mujer para desatar un
escándalo desproporcionado, con el inexplicable respaldo del presidente
Sarkozy. Cassez ha sido identificada por las víctimas, aunque por otro
lado, resultan lamentables los yerros del procedimiento que abrieron la
disputa, como el hecho de que la policía mexicana haya mentido sobre su
captura, para que las televisoras grabaran un montaje de su detención.
Tanto este caso como lo que se muestra en el filme, sugieren la urgente
necesidad de recomponer el sistema de impartición de justicia en
México, para que recupere credibilidad y, sobre todo, garantice las
condiciones correctas para inocentes y culpables.

Presunto culpable
ha obtenido múltiples galardones y se ha presentado con una gran
respuesta en diversos festivales como Morelia, Guadalajara, Los
Angeles, Madrid, Budapest y Dubai, entre otros. También la película
permite ratificar el buen momento por el que pasa desde hace años el
cine documental mexicano, gracias a lo logros de filmes como En el hoyo (Juan carlos Rulfo), Bajo Juárez, la ciudad devorando a sus hijas (Alejandra Sánchez Orozco y José Antonio Cordero), Ladrones viejos (Everardo González), Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo (Yulene Olaizola) y otras más, centradas sobre todo en temas sociales. Presunto culpable
tendrá un lanzamiento grande, con 130 copias, una cifra muy elevada
para un documental, pues el mayor precedente que se recuerda es Farenheit 9/11 (2004), de Michale Moore, que salió con 170 copias.

Presunto culpable

Documental/Documentary.
Año de producción/Production Year: 2009. País/Country: México.
Duración/Running Time : 90 min.. Dirección/Director: Roberto Hernández,
Geoffrey Smith. Producción/Producer: Layda Negrete, Roberto Hernández,
Martha Sosa, Yissel Ibarra. Fotografía/Cinematography: John Grillo,
Amir Galván, Damián Sánchez, Lorenzo Hagerman. Edición/Editing: Felipe
Gómez, Roberto Hernández. Sonido/Sound: Iyari Huerta, Tania Negrete.
Música/Music: Raúl Vizzi, Camilo Froideval, Toy Hernández, Antonio
Zúñiga. Compañías productoras/Production Companies: Abogados con
Cámara, FOPROCINE, EFICINE 226. Reparto/Cast: Antonio Zúñiga, Rafael
Heredia, Eva Gutiérrez.

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Por Hugo Lara Chávez

Cineasta e investigador. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Director-guionista del largometraje Cuando los hijos regresan (2017). Productor del largometraje Ojos que no ven (2022), entre otros. Director del portal Correcamara.com y autor de los libros “Pancho Villa en el cine” (2023) y “Zapata en el cine” (2019), ambos con Eduardo de la Vega Alfaro; “Dos amantes furtivos. Cine y teatro mexicanos” (coordinador) (2015), “Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-201” (2011) con Elisa Lozano, “Ciudad de cine” (2010) y"Una ciudad inventada por el cine (2006), entre otros.