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Reporte desde Berlín
Berlín. No es la primera vez que George Clooney viene al certamen berlinés con película bajo el brazo, pero no por ello deja de paralizar y condicionar una jornada entera. El atractivo y talentoso actor-director-guionista-productor, que filmó por estos lares buena parte de este film sobre unos expertos en arte y cultura lanzados junto al avance de las tropas aliadas con el objetivo de recuperar las obras de arte robadas por los nazis, sin embargo no logró que “The Monuments Men” despertara tanto interés como él mismo. El encanto del astro hollywoodiense seduce a los medios, pero no tanto a los jurados, y su película, estrenada este fin de semana en Norteamérica, se proyectó fuera de concurso. La única cinta de este sábado que sí opta al Oso de Oro, la germana “Die geliebten Schwestern” (Las amadas hermanas), del veterano Dominik Graf, con sus casi tres horas de metraje, no era competencia.
Las opiniones de la prensa en Berlín no han sido muy diferentes a las expresadas por la crítica norteamericana a lo largo de esta semana. Un buen material de origen, una fascinante y poco conocida historia real, la de los prohombres de los museos, universidades y teatros, la mayoría no precisamente en edad militar, reclutados para aterrizar en la Europa que veía el declive de la Alemania nazi a intentar localizar y recuperar los muchos miles de obra de arte expoliadas por las huestes de Hitler en su exterminio de los judios y la conquista de los territorios de sus vecinos.
A “The monuments men” le sobra clasicismo y le falta intensidad, mordiente, pasión… O al menos falla en transmitir todas las posibilidades de una operación -aquí personificada en un puñado de especialistas- que en la realidad fue más internacional y sobre todo mas numerosa, con hasta tres centenares y medios de “soldados” del arte.
Pero, en realidad, que el film no sea redondo tampoco parece haber preocupado a nadie. Estaba él. Clooney, ya lo sabíamos, es un encantador de serpientes. Tiene sentido del humor y es admirado hasta cuando se pone serie, muda su sonrisa y habla de los problemas del mundo y de su faceta de activista humanitario. Abogó en su rueda de prensa, arropado por sus actores Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Jean Dujardin, Bob Balaban, Hugh Bonneville, a los que prácticamente no se les hizo ni caso, por el triunfo de los opositores de Ucrania, la solución del conflicto bélico en Darfur… e incluso por devolución de las obras de arte griegas que descansan en el Museo Británico.
Mientras, el festival eliminó cualquier posibilidad de un foco alternativo de interés en la jornada, ya que la única película que este sábado competía por los Osos, la alemana “Die geliebten Schwestern” (Las amadas hermanas) no animaba precisamente a concitar audiencias enormes: 170 minutos de duración para un drama sentimental protagonizado por el poeta romántico Friedrich Schiller, y dos hermanas que lo compartían todo, incluso a él. Bellos paisajes, cuidada estética, pasiones versus racionalidad, rebelión y libertad frente a los encorsetamientos sociales, coinciden en el film de Graf, que hubiera ganado con un poco más de concisión. No es que fuera insufrible, pero sí demasiado largo.