Por Andrés Bayona.
Absolutamente nada nuevo nos trae “El Alma de la Fiesta” (Life Of The Party. 2018), una comedia cargada de casas de fraternidad, chicas malas, drogas y mucho alcohol. Cualquiera que la vea podrá predecir, a kilómetros, lo que va a suceder en la siguiente escena y, seguramente, también encontrará similitudes en otras cintas como “School of Rock”, “Legally Blonde” y “House of Bunny”. Sin embargo, debo admitir que algunas veces reírse y pasar un buen rato es más que suficiente, y “El Alma de la Fiesta” logra este objetivo, gracias a sus absurdas escenas, a contar con un elenco amigable y a su digerible trama. .
La película en sí nos muestra a una Melissa McCarthy a veces ridícula, exagerada y absolutamente liberada, sin temor a decir lo que piensa. Y, a pesar de que nos da pena ajena verla en las situaciones en las que se expone, es difícil ignorar lo irresistible y divertido que es verla a lo largo de la historia. .
“El Alma de la Fiesta” arranca cuando Deanna (McCarthy) y su impaciente esposo Dan (Matt Walsh), se despiden de su hija Maddie (Molly Gordon), quien se prepara para su último año en la universidad. Por supuesto, esto se traduce en fraternidades, decisiones cuestionables, amistades incondicionales y, por supuesto, riñas entre estudiantes. Deanna ni siquiera se ha ido del campus cuando su esposo detiene el coche para pedirle el divorcio ya que, en realidad, está enamorado de una agente de bienes raíces (Julie Bowen)..
Y es acá en donde la historia toma un giro drástico. Hace dos décadas, cuando Deanna estaba embarazada de Maddie, se retiró de la universidad y no alcanzó a graduarse en arqueología. Por ello, Deanna decide inscribirse nuevamente y darse la oportunidad de hacer algo diferente y de terminar lo que no logró hace 20 años, y, ¿por qué no?, pasar más tiempo con su hija. ¿A quién no le gustaría estudiar su último año de universidad con su mamá? Ya sé qué estarán pensando muchos..
Una de las cosas que más disfruté en “El Alma de la Fiesta” fueron los giros inesperados en escenas que hemos visto mil veces antes. Por ejemplo, cuando Deanna realiza su primera visita a su fraternidad e, inconscientemente, avergüenza a Maddie con su entusiasmo y actitud enérgica, cualquiera pensaría que sus amigas van a sentirse horrorizadas y fastidiadas ante la presencia de Deanna en la casa. Sin embargo, pasa lo contrario: ellas deciden aceptarla y ser su amiga. Gillan Jacobs es increíble interpretando a Helen, una adolescente quien se está reincorporando a sus estudios después de haber estado en coma por casi una década. Al principio, pensamos que será la antagonista de la historia, pero a lo largo de “El Alma de la Fiesta” nos damos cuenta de que es absolutamente lo contrario..
Por supuesto, vamos a tener una fiesta de los 80s que favorece las habilidades y el carisma de Deanna y, por supuesto, vamos a ver la escena en la que las amigas sabotean el matrimonio del ex esposo de Deanna y, por supuesto, vamos a ver la típica escena entre madre e hija para resolver sus diferencias. De acuerdo, casi todo lo que pasa en “El Alma de la Fiesta” lo hemos visto antes. Sin embargo, el elenco logra tomar estos elementos y transformarlos en escenas divertidas, absurdas y entretenidas. “El Alma de la Fiesta” no aporta o transforma en absoluto el género, pero algunas veces las carcajadas son suficientes para pasar un buen rato. .
Título original: Life Of The Party..
Duración: 105 minutos..
Dirección: Ben Falcone.
Guion: Ben Falcone y Melissa McCarthy..
Música: Fil Eisler..
Fotografía: Julio Macat. .
Reparto: Melissa McCarthy, Maya Rudolph, Gillian Jacobs, Molly Gordon, Debby Ryan, Heidi Gardner, Matt Walsh, Julie Bowen.