Por Miguel Ravelo
La mente ve lo que quiere ver. Esta no solamente es la frase promocional de “Historias de ultratumba” (Ghost stories, 2018), una de las más logradas cintas de terror estrenadas en salas mexicanas este año; también es el argumento que el profesor Goodman, su protagonista, utiliza para desmentir los fraudes de los que se valen supuestos médiums y videntes para engañar a la gente, haciéndoles creer que sus talentos lograrán contactarlos con sus seres queridos que han pasado a mejor vida.
El mencionado profesor Goodman está interpretado por Andy Nyman, quien no solamente actúa como el personaje principal, sino que también es coescritor y codirector de la película junto a Jeremy Dyson. Esta dupla inglesa lleva a la pantalla la obra teatral homónima estrenada en Londres en 2010, escrita y dirigida por ellos mismos y cuyo exitoso paso por los teatros londinenses los llevó a presentarla en la Opera House de Sidney, Australia, en 2015. Haría falta conocer la obra teatral para poder sopesar la fidelidad de la adaptación cinematográfica al texto original, pero si algo queda claro con su llegada a la pantalla grande, es que el cine resultó un medio idóneo para contar su historia.
El profesor Goodman es un estudioso –o más bien, un desmentidor profesional- de los fenómenos paranormales, y si algo le han dejado años de acercarse a ellos, es saber que de una u otra forma todos resultan ser una estafa. Es por ello que se ha vuelto un escéptico y dedica sus días a desenmascarar a los que supuestamente tienen un don y se dedican a lucrar con él. Hasta que una de las más respetadas autoridades en el tema se pone en contacto con el profesor y le presenta tres casos, los únicos en toda su carrera a los que jamás les pudo encontrar una explicación, y será la tarea de nuestro protagonista investigarlos y descubrir si son también una estafa o si en realidad esos tres extraordinarios sucesos abren una ventana hacia el mundo sobrenatural.
Si algo puede reconocérsele enseguida a los realizadores, es su amplio conocimiento y evidente amor por el cine de terror inglés, especialmente por las cintas antológicas realizadas en los 60 y 70 por la casa productora Amicus, que inauguraría toda una serie de terroríficas antologías con “La casa del horror del Dr. Terror” (F. Francis, 1965). Cintas como “Asylum” (R. Ward Baker, 1972), “Cuentos de la cripta” (F. Francis, 1972) o “La cámara de los horrores” (R. Ward Baker, 1973), solo por mencionar algunas, fueron películas que en una sola exhibición contaban tres terroríficas historias que no dejaban a nadie insatisfecho; por supuesto, todas ellas herederas de la extraordinaria antología británica de horror “Dead of night”, cinta de 1945 realizada por los estudios Ealing.
La propuesta de Dyson y Nyman es precisamente dar un nuevo aire a las películas en las que una historia general une tres breves relatos que servirán para ponerle los pelos de punta a los espectadores. “Historias de ultratumba”, de la mano del escéptico profesor Goodman, nos llevará a conocer las experiencias sobrenaturales de Tony (Paul Whitehouse), un velador de un hospital psiquiátrico abandonado; Simon (Alex Lawther), un joven extraordinariamente perturbado a partir de un accidente automovilístico, y por último, Mike (Martin Freedman), un exitoso y adinerado empresario que está convencido de que hay un poltergeist en su casa, en la habitación en la que se encuentra la cuna de su hijo que está por nacer. Será tarea de Goodman demostrar que cada uno de estos encuentros no son otra cosa más que sugestión y paranoia de cada uno de los involucrados.
A través de relatos en flashback, serán los mismos protagonistas de cada caso quienes nos narrarán su experiencia. Cada uno de los segmentos es breve y está dirigidos con precisión, con un gran manejo de las atmósferas y el conocimiento y correcto aprovechamiento de lo que hace vibrar al público que asiste a ver una película de fantasmas: sobresaltos inesperados, inteligentemente resueltos; luces parpadeantes que dejan ver, al fondo de un pasillo, una figura que no debería estar ahí; objetos que cambian de lugar sin el menor aviso o hasta bosques oscuros en los que cada árbol podría no ser lo que aparenta. En los tres relatos el trabajo actoral es destacable, pero es especialmente en el segundo de ellos, el de un adolescente agobiado por las culpas y obsesionado con los demonios, que la actuación de Alex Lawther consigue inquietarnos y transmitir el horror y la desesperación de saber que algo está esperando pacientemente para venir por él. Y es este segmento también al que tal vez le falte un poco de metraje o desarrollo; en los pocos minutos que estamos con él, la tensión está tan bien construida y resuelta que cuando es momento de avanzar a la siguiente historia, se siente como si algo hubiera quedado ahí, esperando a ser contado.
A diferencia de otras películas antológicas, en las que el segmento que une a todas las historias resulta ser un mero pretexto para llegar a ellas, aquí la historia de Goodman resulta ser una de las más interesantes y perturbadoras. El viaje del escéptico profesor demostrará que cada personaje tiene más esqueletos guardados en su armario que los que inicialmente quiso reconocer, y varias de las más escalofriantes sorpresas de la cinta quedan reservadas para el hilo conductor de la película. Al final de estas historias de ultratumba, quedan las ganas de volver a ella para descubrir cada pista que los directores utilizaron para hilvanar sus realtos, y sobre todo para descubrir si presenciamos el horror verdadero de un mundo más allá del nuestro, o si nuestra mente solamente vio lo que quiso ver.
Dirigida por Jeremy Dyson, Andy Nyman. Reparto: Andy Nyman, Martin Freeman, Paul Whitehouse. Géneros Suspense, Terror País Gran Bretaña. Duración 1h 38min