Por Javier Tapia Sierra

La realidad de las cosas es que casi nadie entiende la economía actual. Los conceptos, aplicaciones y ecuaciones que determinan la situación financiera global, pasan desapercibidos o como un lenguaje místico que ningún experto parece dispuesto a simplificar. La ignorancia económica en la que se encuentra la sociedad vuelve muy difícil que una película que hable sobre el tema resulte atractiva o se aleje de convenciones que la harían didáctica. En ese sentido “La gran apuesta” (The Big Short, 2015) del director Adam McKay tiene dos logros muy interesantes: ser entretenida y al mismo tiempo detallista sobre el contexto financiero que originó la crisis económica del 2008. El filme tiene cinco nominaciones al Oscar por mejor película, director, actor de reparto (Christian Bale), guion adaptado y edición.

Corre el año 2005 y Michael Burry (Christian Bale) es un excéntrico gerente de finanzas que acertadamente predice la crisis que se acerca al sector hipotecario de los Estados Unidos. Adelantándose al evento siniestro, Burry decide apostar en contra de este sistema sabiendo que podrá ganar millones en el proceso, no sin antes ganarse la antipatía de varios de sus inversores que ven con escepticismo que el sólido sistema hipotecario de Estados Unidos pueda desplomarse.

La acción especulativa que inicia Burry pronto llama la atención de Jared Vennett (Ryan Gosling) que decide meterse al juego especulativo y a su vez convence a Mark Baum (Steve Carell) un ejecutivo anti-sistema, de unirse a la estrategia de aprovecharse de los fondos burbuja que se encontraban a punto de reventar. Lo que sigue es una trama compleja que poco a poco va revelando el gran fraude que causaría que millones de personas perdieran sus empleos, ahorros y hogares sin que los principales responsables (más que nada banqueros) fueran llevados ante la justicia.

McKay, impone un ritmo vertiginoso que no da tregua en ningún momento, cambiando de una acción a otra con fuerza y mostrándonos una gran cantidad de detalles que en manos menos experimentadas podrían saturar al espectador con tanta información. El director y el equipo creativo detrás de la película confían en la inteligencia del espectador y lo invitan a pensar y hasta cuestionar lo que está sucediendo en pantalla.

El ritmo acelerado de la narrativa se ayuda mucho de los elementos meta-ficcionales que se emplean de forma interesante. Funcionando la mayoría de las veces pero que hacen pensar que tal vez en ese apartado a McKey se le paso la mano, como un niño hiperactivo que no logró del todo acoplar todos los elementos de forma congruente. A pesar de este pequeño descalabro es de reconocer el brío con el que el director de comedias como “Policías de repuesto” (2010) o “Hermanastros” (2008) da el paso a las grandes ligas con una confianza absoluta en sí mismo.

En el plano actoral, el que se lleva las palmas es  Bale,  que logra meterse de lleno en la piel de Michael Burry, revelándonos a un personaje extraño, obsesivo y con un talento peculiar para analizar lo que lo rodea de forma natural. Carell y Gosling brindan actuaciones sólidas sin volverse extraordinarias y que cumplen con las expectativas de la historia. Brad Pitt completa el elenco con una actuación sobria como Ben Rickert y ayuda a los jóvenes John Magaro y Finn Wittrock a seguirle el ritmo a una trama que exige la máxima atención por parte de sus actores.

Edición, dirección y actores le dan un punch especial a este drama disfrazado por momentos de comedia, que en el fondo es una denuncia contra el sistema voraz y agresivo que domina el mundo desde Wall Street desde hace varios años y ve a los cuentahabientes como engranes sin importancia que los ayudan a mantenerse en la cima de la cadena alimenticia, aprovechando la apatía y desesperanza que se encuentran implantados en los desamparados del mundo. Y en este sentido, podrán encontrarse puntos en común con películas como “Wall Street” (Oliver Stone,1987) o “El lobo de Wall Street” (Martín Scorsese, 2013)

Quizás lo más valioso de “La gran apuesta” es que al terminar de verla uno puede quedar completamente de acuerdo con la frase de Mark Twain con la que el film comienza: “Lo que nos crea problemas no es lo que no sabemos, es lo que sabemos con certeza y no es así”

Director: Adam McKay. Música compuesta por: Nicholas Britell. Guión: Adam McKay, Charles Randolph. Fotografía: Barry Ackroyd. Edición: Hank Corwin. Diseño de producción: Clayton Hartley. Reparto: Brad Pitt, Christian Bale, Ryan Gosling, Steve Carell, Marisa Tomei . Duración: 2h 10