Por Clara Sánchez

Henry Bedwell retoma la clásica cinta de 1974, Más negro que la noche, escrita y dirigida por Carlos Enrique Taboada para crear una adaptación fílmica fresca y sorprendente en cuanto a la propuesta visual y  estética. El realizador ubica la cinta en la época contemporánea y coloca a Greta ( Zuria Vega), Pilar (Eréndira Ibarra), Mará (Adriana Luvier) y Vicky (Ona Casamiquela) por supuesto al emblemático gato negro, Becker, en una grisácea casona para contar la historia de la tia Ofelia y su extraña herencia.

Bedwell tenía un gran reto al realizar la adaptación del guión original dado que la propuesta de Taboada es una de las joyas del cine de terror mexicano, es completamente redondo y, en el contexto de su época, aterrador.  El guionista jugó con la idea de crear una subtrama a partir de un elemento básico: el vestido de boda de la tía Ofelia. Si bien la historia puedo haber sido interesante, se complica al incluir el paralelismo transgeneracional entre el  destino de Ofelia y el de Greta. Como si esto fuera poco, hay un submensaje en el que se deja entrever el  lesbianismo de Pilar que bien explorado quizá pudo haber traído una vuelta de tuerca interesante al filme, pero en realidad termina siendo muy desafortunado.

De igual forma se deja entrever una extraña  “posesión” en la que, al parecer,  Ofelia toma el cuerpo de Greta. La personalidad de la joven sufre cambios cuando permanece dentro de la casa pero conforme se acerca el final y debido al uso del anillo de la tía se hace más evidente como poco a poco su  espíritu se va disolviendo y emerge el de la muerta. También resulta cuestionable la relación entre Pedro y Greta, quienes están comprometidos y aparentemente se casarán en poco tiempo. No se nota una relación amorosa, ni siquiera hay química entre los personajes, por el contrario se sienten acartonados. La relación se muestra cada vez peor, desde la fiesta que hacen para inaugurar la casa hasta el momento en el que intenta abusar de ella.

Hay elementos que se conservan de la versión original como la mascota. En la propuesta de Taboada,  Aurora (Susana Dosamantes) tiene un canario y en la adaptación de Bedwell, María, tiene un hurón. Ambas mascotas aparecen muertas en garras de Becker.

También se redita la secuencia en la que las mujeres comienzan a curiosear entre las pertenencias de la tía. En la versión de Taboada, la secuencia es chusca e incluso tiene sus dotes sensuales. La de Bedwell es más energética y es el punto medular para encontrar el vestido de novia que desata la subtrama de ésta nueva película.

El resultado es una propuesta obscura tanto en la forma como en el contenido, de la cuál quizá la falla más grande es la dirección de actores: se ven acartonados y sus respuestas son poco creíbles, sobre todo la de José María Torre. Una honrosa excepción es Margarita Sanz, quien dio vida a la mística Evangelina y sirvió de soporte actoral para el resto del elenco.

La coproducción México-España se hace evidente con la presencia de Vicky quien interpreta una joven sexy , drogadicta y “quita novios” , un papel poco justificado  y explotado.
La apuesta de Bedwell en este,su segundo largometraje, fue por el 3D y con ello logró filmar la primera película de terror en este formato en América Latina. Desde el punto de vista técnico, el producto es de muy buena manufactura  y se agradece el cuidado con el que se implementó el juego de dimensiones. Sin embargo hay un abuso innecesario de los efectos especiales, sobre todo en los sonoros, a tal grado que en muchos momentos el público, lejos de asustarse, ¡se ríe!

Por supuesto, se extraña la magistralidad del lenguaje cinematográfico de Taboada para generar suspenso con el mínimo de efectos y con la destreza suficiente para saber en qué momento debe dar información al espectador y en cual es mejor reservarla. Un ejemplo de ello es la secuencia en la que se descubre la muerte de Becker, mediante un flashback catártico contado entre intensos tonos rojos.

Otra vez los amantes del terror tendrán que enfrentarse a una fállida propuesta que lejos de honrar a Taboada, nos hacen revalorar más el trabajo de ese éxitoso realizador que tuvo la sensibilidad de generar miedo con una buena historia, un buen timming fílmico, con el mínimo de efectos y en una sola dimensión. Sin duda la película nos reafirma una vez más que la técnica, por muy novedosa que sea, es incapaz de sustituir la intuición y el talento para contar  una buena historia.

Más negro que la noche  (España-México 2014)

Director: Henry Bedwell
Reparto:  Greta ( Zuria Vega), Pilar (Eréndira Ibarra), Mará (Adriana Luvier), Vicky (Ona Casamiquela), Evangelina (Margarita Sanz) y Pedro (José María Torre).