Por Victoria Falcón [1].
Cuando se piensa en el universo del patrimonio fílmico lo primero que viene a nuestra mente son los grandes rollos de películas, las latas que contienen algunos de esos filmes que han formado parte de nuestra vida, que nos han emocionado. A lo largo de la historia del cine, los carteles, los fotomontajes, los materiales publicitarios y otros muchos objetos, han estado siempre presentes, a la par de los rollos de celulosa. El acervo iconográfico nutre, difunde y caracteriza el patrimonio fílmico; el alcance de las películas no sería el mismo sin estos objetos.
A través de la intervención de estos materiales y su conservación, no solo se preserva su parte material y datos referentes a la película per se, sino también mucha información que podemos encontrar al analizar, revisar, diagnosticar y documentarlos. Por ejemplo, el tipo de materialidad que conforma el objeto, las técnicas tanto de impresión como de distribución e incluso, cuando estamos de suerte, el nombre de los fabricantes o la firma de quien lo realizó o ilustró.
Detalle de capas que conforman el soporte del fotomontaje de la película “En defensa propia” (1917). Colección Fotomontaje Histórico Nacional, Cineteca Nacional.
Un buen ejemplo de ello son los fotomontajes pertenecientes a la película “En defensa propia” (México, 1917, de Joaquín Coss) y que forman parte del acervo de Cineteca Nacional. Estos objetos, además de ser de los primeros ejemplos de fotomontajes de películas mexicanas y de los ejemplares más antiguos encontrados en el acervo, tienen la forma clásica de un fotomontaje respecto a su factura: un cartón que sirve como soporte, una cubierta de papel a color que funciona de fondo para la imagen y, sobre ambos, la impresión de los datos de la película como el título, el director y la casa productora; finalmente, al centro, una fotografía blanco y negro en plata gelatina.
Algunos de los detalles más interesantes de estas piezas es que alrededor de 1915 los marcos que se empezaron a marcar a presión, formarían parte de la decoración del mismo fotomontaje, a modo de resaltar las fotografías, seguramente inspirada esta técnica en los estilos de la época. La tipografía utilizada y la distribución sobre el fondo también nos hablan de las decisiones respecto al diseño y la elección de los materiales; en este caso, las tintas son grasas, permitiendo una buena impregnación en el papel y gran durabilidad respecto a otras tintas. La elección fotográfica, además de mostrarnos una breve imagen de los actores y el filme, dan cuenta de la tecnología existente en ese momento, el material para la impresión fotográfica e incluso, el tipo de material que se elegía para adherirla al soporte de cartón.
Detalle de decoración a presión. Fotomontaje de la película “En defensa propia” (1917). Colección Fotomontaje Histórico Nacional, Cineteca Nacional.
Aunque en un inicio estos materiales no fueron elegidos pensando en su conservación sino en la distribución y publicidad de los filmes, conocerlos y estudiarlos nos ha permitido tener información valiosísima sobre la época, el México de aquellos años, no sólo en la producción cinematográfica sino también de la publicidad, la utilización de materiales que ahora ya no se encuentran o que quedaron en desuso, y que enriquecen la historia del cine y también de sus acervos.
Una película en sí, sin mayor información que los datos en una lata, no tendría tanta visibilidad como la tiene después de conocer todo el material que la rodea con la distribución y promoción a través del material publicitario que hoy forma parte de los acervos iconográficos. Por todo lo anterior, es importante fomentar la difusión de estos acervos, lograr que la gente los conozca, se acerque y con ello, los valore “y los defienda”. Nosotros, que nos encargamos del estudio, conservación y difusión, hacemos nuestra parte, acercando a todo el que quiera conocerlos. Sin duda, la historia del cine no sería la misma sin ellos.
Reintegración cromática [2] de fotomontaje de la película “En defensa propia” (1917). Colección Fotomontaje Histórico Nacional, Cineteca Nacional.
Notas.
[1] Victoria Falcón. Conservadora-Restauradora de Patrimonio Cultural.
[2] La reintegración cromática es un proceso de restauración donde se completan, a través de diversas técnicas, las lagunas de color faltante en los objetos.
* Las fotos que acompañan el presente artículo se incluyen únicamente como apoyo al contenido del texto, cuyo cometido es de difusión cultural.