Por Hugo Lara Chávez
Después de esperar largamente una fecha de estreno que se posponía y se posponía, al fin llega a las salas El baile de San Juan, una de las cintas mexicanas coproducidas por el Estado que formó parte de las celebraciones del Bicentenario. Es un filme de aventuras dirigida y escrita por Francisco Athié (Fibra óptica), quien habla en esta entrevista con CorreCamara de la propuesta de guión, producción y dirección de arte, lo que le hizo posible recibir apoyo internacional de España, Francia y Alemania. Además de vistosos vestuarios y recursos de ambientación de época, la película contó con locaciones en México, España y Francia, así como un trabajo de arquitectura digital para reconstruir edificios y espacios desaparecidos o transformados. El reparto multinacional lo completan Marcello Mazzarella, Arielle Dombasle, Pedro Armendáriz, entre otros.
Situada en la época colonial, en vísperas de la Independencia, la acción describe los contrastes de la Nueva España habitada por una mezcla de castas de indígenas, mestizos y europeos. La trama está centrada en las aventuras de Giovanni (José María De Tavira) y Victoria (Cassandra Chianguerotti), el primero, hijo del coreógrafo de la corte, y ella, perteneciente a una familia encumbrada de la sociedad. Su pasión amorosa los envuelve en las intrigas palaciegas, las reivindicaciones populares y los sueños libertarios de su tiempo.
CorreCámara: ¿Cómo fue el trabajo de investigación?
Francisco Athié: Me llevé un par de años de investigación, incluso estuve en el seminario de historia, junto a la maestra Vázquez Lugo y otros expertos en el barroco. Tomé cursos, descubrí libros y también nos asesoró un historiador francés. Tuvimos muy buenas opiniones del Instituto Nacional de Antropología de Historia. La película está muy bien documentada aunque hay que aclarar que es ficción, algunos son personajes históricos y otros fueron inventados.
CC: La película está situada en 1790 ¿cómo lograron la costosa ambientación y con qué recursos?
FA: Cuando tuve la película en las manos supe que era un proyecto mucho más grande de lo que en principio se podía manejar con recursos mexicanos. Desde que empecé a filmar he tenido relación con productores europeos, aunque hayan sido minoritatrios: Fibra óptica, con Holanda; Vera con Alemania y Estados Unidos y Francia. En ese proceso he conocido pequeñas compañías que tienen las mismas aspiraciones que lo que yo hago, que es hacer un trabajo artístico, cinematográfico, de calidad, tratando de transmitir ideas, y una estética particular. Recurrí a la francesa Huit-et-plus y la alemana Die Versilberte Eitelkeit. La tercera es una compañía española que entró en contatco a través de la compañía francesa. No se trataba que invirtieran enormes cantidades, sino un acuerdo de facilidades. Por ejemplo, en España, se filmó la Inquisición, en Ronda, con actores españoles y allá viajaron los mexicanos (José María de Tavira, Pedro Armendáriz, Martha Aura, Carlos Cobos). Además logramos que se tuviera el lenguaje con acento correcto. En México se filmarona los criolllos, la gente local, Xochimilco, la Iglesia de Santo Domingo, que es la aportación mayoritaria, lo que pasa en la Ciudad de México. En Francia, fue el castillo Virrenal, un castillo del siglo XVIII en La Rochelle.
La última parte es la arquitectura digital. Como sabes, hay edificios que no existen: el Palacio Virreynal que era de dos pisos y ahora de tres, la Catedral no estaba terminada… La compañía alemana se encarga de este dato. Estuvieron aquí casi un año investigando planos, visitando el INAH, el Centro, tomando fotos, midiendo la plaza con rayox X, una serie de cuestiones tecnológicas para poder reproducir la Plaza Mayor. La dirección de arte se dividió en tres partes: La inquisición, en España, la hizo Carmen Giménez Cacho; la de México, barroca, Teresa Bachter, y la parte de Francia, del castillo virreinal, Mark Denize. En México, tuvimos la ayuda de una fantástica decoradora brasileña, Denisse Basara. Hemos buscado que en cada lugar esté el equipo que pueda sacar el mayor jugo a recursos que nunca son suficientes pero que uno tiene que exprimir a fondo.
CC: ¿Cuál es el enfoque de tu filme con respecto al bicentenario?
FA: “El enfoque del filme es que la historia se tiene que conocer porque siempre es un espejo de la realidad presente y además es una especie de trampolín al futuro. Si no hacemos este tipo de proyectos en cine perdemos la oportunidad de entrar en contacto con la población que asiste a las salas y de mostrarles ciertas imágenes que de otra manera permanecen inéditas, porque como dices son películas complicadas de hacer y en México todo mundo les tiene miedo, pero creo que este es un buen momento para poner este espejo frente a nosotros y justamente volver a pensar sobre nuestra historia. Particularmente ahora que además no la quieren en los programas de estudio.
CC: ¿Por qué crees que el público se puede interesar?
FA: Porque es una película única. Nunca el cine mexicano ha hecho una película de la etapa virreinal con la cantidad de personajes , de espacios y la narrativa como ésta. Siempre se han hecho películas un poco más pobres y generalmente con actores mexicanos representando a españoles y alemanes y franceses y etcétera, y eso de alguna manera no permite que la idiosincrasia de la época salga a flote. Es importante además porque trata sobre el racismo, que esta muy de moda. El asunto de las castas, el racismo que se muestra claramente en la película y también la tercera raíz que en México nos empeñamos en ignorar pero que no deberíamos, que es la raíz negra.
CC: ¿Cómo creador, cuál es tu postura con respecto al bicentenario?
FA: Debo aceptar que la historia me apasiona, y en cierta manera para mi este es un proyecto natural para la que me he preparado toda mi vida. Yo tengo una visión favorable de este tipo de proyectos. Me parece que es necesario visitar y revisitar y reestudiar la historia porque de otra manera seguiremos repitiendo errores que se han cometido durante ya 300 años en México, y en la película se podrán darse cuenta que las relaciones interpersonales e intrasociales siguen funcionando de la misma manera, lo cual es bastante trágico. Si empezamos a insistir de que es necesario analizar el pasado para modificar y mejorar nuestro presente y futuro, entones quizás la historia empiece a ser una herramienta útil para los mexicanos”
CC: Y además es una película que pretende entretener..
FA: Por supuesto. Tiene espadazos, duelos de cuchillo, carreras, persecuciones, obra de teatro, tiene una pareja bellísima, que son Cassandra Cianguerotti y José María de Tavira, todos los elementos para que el público encuentre agrado, se entretenga y además con suerte se lleve algo más.