Redacción. Corre Cámara presenta este especial previo a la ceremonia de entrega de los Ariel, la edición número 60 de estos premios que otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas para reconocer a lo mejor del cine mexicano que se estrenó el año anterior, es decir en 2017. La ceremonia se llevará a cabo este martes 5 de junio en el Palacio de Bellas Artes y algunos de nuestros colaboradores explican cuáles son sus favoritas, así como otros aspectos que tienen que ver con la selección de nominados y la organización y significado de esta entrega anual de galardones.

 

Ariel 2018: Los retoques de la violencia
Por Samuel Lagunas

La edición número 60 de los premios más importantes de la cinematografía mexicana reúne esta vez películas con un claro y desafortunado hilo conductor: la violencia. De las cinco cintas nominadas a Mejor Película, dos de ellas abordan el tema de la violencia de género, otra cuenta la historia de un amor homosexual ocultado por muchos años, otra nos arroja sin tregua a las ruinas de un país lleno de cadáveres y una más dibuja grotescamente la imposibilidad de las relaciones humanas en las tripas de un consorcio piramidal. Con 16 nominaciones, “Sueño en otro idioma” de Ernesto Contreras se refugia en la mitología de un pueblo indígena para contar una historia de un amor prohibido, de un par de identidades rotas y de un idioma —y una cultura— al borde de la extinción. Por momentos rozando el melodrama de la telenovela debido a su argumento colmado de secretos, traiciones y berrinches, “Sueño en otro idioma” encanta al mismo tiempo que orienta la reflexión sobre la violencia hacia una esperanza tan tierna como ingenua, atributos que sin duda le conseguirán al menos el galardón como Mejor Guion y, seguramente, como Mejor Película, además de dos o tres premios de actuación, maquillaje, música y diseño de arte. Igual de tramposa en su tratamiento del tema, “Tiempo compartido” de Sebastián Hoffman es tan artificiosa en su representación conspiracionista de la violencia que un gerente ejerce sobre sus empleados (Miguel Rodarte bien podría obtener el premio de coactuación) que transforma su intención crítica en una resignación a la desigualdad y a la explotación.

Montada convenientemente en la etiqueta de “feminista” y, entre censuras y retrasos en su estreno, llegó a salas nacionales “La región salvaje” de Amat Escalante, la película más elegante y suntuosa de toda su filmografía. Su trama es perturbadora: en Guanajuato un alienígena es empleado como un expendedor de placer capaz de devolver el sentido de su vida a quienes acuden a él a través de una experiencia erótica tan antojadiza como riesgosa. Aunque Amat repite la amargura y desazón de sus personajes, la pretensión estetizante de la cinta juega en su contra. Sin embargo, será esa búsqueda de belleza la que le dará el premio a Mejores Efectos Especiales, el de Edición y, quizá, el de Mejor Dirección.

Junto a estas 3 ficciones, el jurado ha decidido incluir 2 documentales en la categoría de Mejor Película, lo que no hace sino admitir que en los últimos 3 años el documental mexicano ha sido mucho más potente y consistente que el cine de ficción. “La libertad del diablo” de Everardo González es un descenso al círculo infernal de los sobrevivientes de la guerra contra el narco: madres de asesinados, hombres que fueron secuestrados y torturados, exmilitares, expolicías, exsicarios, todos se dan cita frente a la cámara de Everardo (planada con genio por María Secco, quien no debería tener problema en ganar como Mejor Fotografía) para testificar su traumática condición. Homogeneizados por medio de una máscara, González dota a la película de un aura terrorífica donde la reconciliación luce tan difícil como el olvido. “Batallas íntimas” de Lucía Gajá es la película más directa en su tratamiento de la violencia, lo que la convierte paradójicamente en la más débil. Gajá reúne cinco historias de diferentes países para testificar las formas que toma la violencia de género en la actualidad. También acude al símbolo del buceo, a través de enigmáticas y fascinantes tomas subacuáticas, para potenciar la representación de los conflictos interiores de sus entrevistadas y lanzar un mensaje de advertencia, solidaridad y esperanza a su audiencia.

Otras cintas de ficción nominadas a varias categorías, aunque no a mejor película, siguen la línea de la violencia de género: es el caso de “Los adioses” de Natalia Beristáin que cuenta la vida de Rosario Castellanos (Karina Gidi, favorita como Mejor Actriz) y su lucha por superar la opresiva presencia de su marido; y, tangencialmente, del documental de Maya Goded “Plaza de la soledad”, donde se recogen testimonios de mujeres prostitutas que son presentados más con festividad y camaradería que con patetismo. “Vuelven” de Issa López y “El vigilante” de Diego Ros se acercan al género (sea fantástico, de terror, o al cine negro) para hablar de la supervivencia frente a la pérdida y al trauma. Seguramente Ros conseguirá merecidamente el galardón como Mejor Ópera Prima.

Finalmente, en este pequeño recorrido por los nominados, me detengo en las dos mejores películas animadas hechas el año anterior en México: los cortometrajes “Cerulia” de Sofía Carrillo y “Amor, nuestra prisión” de Carolina Corral. El primero aborda el trauma con ingenio a través de una pesadilla en stop-motion, mientras que el segundo reúne veces, cartas y dibujos para acercarnos a los deseos y amores de mujeres recluidas en un centro penitenciario; ambas demuestran la buena salud que posee el cortometraje animado y nos hacen olvidar el aburrido estancamiento en el que está la industria del largometraje animado.


Las nominaciones para Mejor Película del año.
Por Miguel Ravelo

El martes 05 de junio de 2018 será el día en el que un año más, ésta vez celebrando su sexagésimo aniversario, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas entregue el Ariel a lo más destacado de la cinematografía nacional. A un año de que “La 4ª compañía” (Mitzi Vanessa Arreola y Amir Galván) arrasara con diez de sus veinte nominaciones, la Academia seleccionó las cinco películas que, a su parecer, reúnen los méritos técnicos y artísticos para ser consideradas como lo más notable de la producción anual.

Este 2018, las nominaciones al Ariel a la Mejor Película están conformadas por dos documentales y tres largometrajes de ficción. Cinco películas notables que conforman una competencia muy sólida, representando inclusive a géneros que no suelen figurar entre las nominaciones, como el terror o la ciencia ficción. Estas son las candidatas a alzarse con el premio:

“Batallas íntimas”, de Lucía Gajá. 5 nominaciones.

Documental que retrata las historias de cinco mujeres de diferentes países que han sido víctimas de la violencia por parte de sus parejas. Una experiencia cinematográfica dolorosa y triste en la que Gajá muestra, con sensibilidad y evitando caer en el tremendismo, cinco testimonios aterradores sobre la forma en la que lo que inicialmente parecía amor, puede terminar convirtiéndose en algo monstruoso. A través del dolor transmitido por cada una de sus protagonistas, la directora nos habla de la posibilidad de la reinvención y el renacimiento, de cómo cada una de ellas es capaz de encontrar en sí misma la fuerza para resurgir y mantenerse de pie en países en los que a veces pareciera que el sistema legal termina afectando más a la víctima que al victimario.

“La libertad del diablo”, de Everardo González. 8 nominaciones.

Cuando la realidad de un país es tan terrible como la que se vive diariamente en México, su cine, especialmente el documental, terminará necesariamente nutriéndose de esas historias, buscando siempre que dicha realidad no pase desapercibida, que sus víctimas no sean olvidadas, que el cine consiga que la voz de tantas víctimas del crimen organizado no termine perdiéndose. Everardo González retrata los testimonios tanto de las víctimas como de los victimarios, colocándolos frente a la cámara, hablando de frente a los espectadores mientras una máscara neutral protege la identidad tras cada testimonio. Sus rostros podrán quedar ocultos, pero lo que cada una de esas miradas refleja, ya sea el dolor de haber perdido a un ser querido, o el terror y la impotencia que transmite ver la frialdad en la mirada de un sicario relatando sus crímenes, vuelven a “La libertad del diablo” un trabajo dolorosamente brutal, pero también completamente necesario.

“La región salvaje”, de Amat Escalante. 12 nominaciones.

Ganadora del León de Oro de Venecia al Mejor Director, esta es una de las más arriesgadas propuestas de Escalante, quien aborda la creciente violencia de género e intolerancia que se vive día a día en cada rincón del país. Dos temas profundamente relevantes que Escalante decide mostrar a través de una cinta ubicada en los géneros del horror y la ciencia ficción. Heredera del terror desarrollado por Andrzej ?u?awski en Posesión (Possession, 1981), Escalante coloca a sus protagonistas ante un ser monstruoso en el que buscarán una falsa liberación mientras este va envolviéndolos, literalmente, entre sus tentáculos. Una experiencia cinematográfica inusual e inquietante, en la que una problemática ineludible de la realidad nacional es confrontada con un ser fantástico que, como la realidad misma, amenazará con devorar a cuantos tenga enfrente. Realizada con una visión cruda, Escalante no da tregua al espectador y entrega una experiencia sobrecogedora que seguramente logrará ganar en varias de sus candidaturas.

“Sueño en otro idioma”, de Ernesto Contreras. 16 nominaciones.

La película con más nominaciones de este certamen, recientemente premiada en los festivales de Sundance, Guadalajara, Florida y Huelva, entre otros, es una cinta que reflexiona sobre la importancia de la lengua y las tradiciones de las comunidades indígenas del país, desarrollando al mismo tiempo una bellísima historia de amor, aceptación y reconciliación. Una reflexión profunda sobre el poder de los antepasados en la cultura, sobre el significado de la identidad y sobre todo, del amor; que más allá de costumbres o géneros, será ese el elemento que continuará manteniéndose como la fuerza que hace que la vida tenga sentido. La fotografía de Tonatiuh Martínez y la dirección de Ernesto Contreras le dan a la cinta una riqueza visual difícil de igualar, y no sería extraño que “Sueño en otro idioma” termine coronándose como la gran ganadora de la noche.

“Tiempo compartido”, de Sebastian Hofmann. 5 nominaciones.

Una película difícil de identificar en un solo género, pero que se desenvuelve efectivamente tanto en sus momentos de comedia como en los de suspenso, y hasta cuando se convierte en una historia de paranoia y alucinaciones vividas por dos hombres enfrentados a una corporación maligna. Con las que probablemente sean las mejores actuaciones en las carreras cinematográficas de Luis Gerardo Méndez y Miguel Rodarte, “Tiempo compartido” confronta a los espectadores con una historia llena de sorpresas, en la que es difícil salir del cine sin sentirse parte del alimento que mantiene vivas a las voraces empresas multimillonarias. Una opción atractiva que poco a poco se va tornando más y más inquietante y que, junto a su anterior “Halley”, coloca a Sebastián Hofmann como un nombre al que hay que seguirle la pista. 

Como en toda competencia, hay varias películas que a pesar de su calidad, no figuraron como candidatas para optar por el premio estelar de la noche. Se extraña principalmente a “Los adioses”, de Natalia Beristáin, sensible relato exquisitamente dirigido y con algunas de las interpretaciones más notables del año, que aborda fragmentos de la vida de Rosario Castellanos y que puede ser reconocido con el premio a la Mejor Dirección, Mejor Actriz (Karina Gidi), Mejor Actriz de Reparto (Tessa Ia) y Mejor Actor (Daniel Giménez Cacho), entre otras nominaciones.

Otra de las películas que pudieron figurar en esta terna es “Vuelven” (Issa López), historia que retrata la brutalidad del crimen organizado en México a través de los ojos de varios niños, que muestra especial interés al estar enmarcada dentro del género del horror sobrenatural.

Por último, una de las películas mexicanas más interesantes del año no alcanzó, inexplicablemente, ninguna nominación: “Ayer maravilla fui”, de Gabriel Mariño, relato de ciencia ficción en la que un ser cambia periódicamente de cuerpo huésped, y que se enamora de una joven a la que busca demostrar su sentir a través de cada uno de los cuerpos que va invadiendo. Una película que sabe aprovechar muy bien sus recursos, con una dirección sobresaliente y que fue una de las más atractivas propuestas presentadas en la más reciente edición del Festival de Cine de Morelia. Su ausencia en la competencia es incomprensible.

Así pues, entre muchas nominaciones y otras tantas omisiones, una de estas cinco candidatas se alzará con el Ariel. Un año con propuestas de lo más variadas, todas ellas de calidad indiscutible y una amplia selección de lo mejor del cine mexicano entre las 26 categorías a entregarse el próximo martes, dejan claro que este año el Ariel terminará en buenas manos, y que el cine mexicano continuará mostrándose firme dentro de una industria cada vez más competitiva.

 

Ariel 2018: una sesión de ruptura
Por Alí López

La edición número 60 de la entrega del Ariel será una sesión de ruptura. Hay varios aspectos a considerar. Muchos pueden pasar desapercibidos, pero, será cuestión del tiempo que los ponga en su lugar.

En primer lugar, están las múltiples nominaciones a “La región salvaje” de Amat Escalante. El mismo año que Guillermo del Toro, olímpico ser del cosmos del horror nacional, conquistó a base de monstruosidades la academia estadounidense; tal vez llegue el momento, y el honor, de que de ese lado de la frontera comencemos a tomar en serio los géneros lúgubres del cine.

Bajo este tenor, ojalá el Ariel pase por alto a las ya, de por sí, risibles nominaciones a “Verónica” y “Cuando el lobo no está”; que no sólo pecan de malas, sino de lo peor. Pues, como mencioné antes, lo que merece el horror son laureles, no palmadas de consolación.

La nominación a una cinta como “Oso polar”, de la misma manera, puede servir para que el Ariel abra sus puertas a otro tipo de cine; en este sentido, al que está hecho con nuevas y variadas tecnologías. Vivimos en un proceso de cambio, el cine, como solíamos conocerlo, está cambiando y, más allá de los formatos, las maneras de producción y consumo permiten que el séptimo arte extienda sus posibilidades.

Ya el Festival de Cannes tuvo su enfrentamiento, innecesario y retrograda, contra Netflix. La Academia mexicana, ahora, tiene la opción de no dejarse influir por el pasado y dar miramientos al futuro; si el Ariel lo hace, pronto en México podremos ve un cine abierto y dispuesto.

Así, en la ceremonia número 60 del Ariel, no sólo seremos testigos de una entrega de estatuillas, sino de un punto de inflexión para la Academia de nuestro país; en dónde puede dar la avanzada o quedarse en el rezago.

 

¿Para qué sirven los Arieles?
Por Hugo Lara

La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas se dispone a premiar a lo mejor del cine nacional que se estrenó en 2017, un año histórico porque se rompió el récord de producción de largometrajes, con 175, cifra jamás alcanzada ni en la llamada época de oro del cine mexicano. No obstante, sólo 85 largometrajes se estrenaron comercialmente, la mayoría sin pena ni gloria, pues únicamente siete lograron superar el millón de espectadores.

En medio de estas paradojas, el cine mexicano tiene una mayor variedad para premiar, pues de los 85 estrenos, sí es posible encontrar un conjunto de filmes decorosos en calidad y contenido. Pero ¿para qué sirven los Arieles? Básicamente para dos cosas: para reconocer y estimular el talento local, y para atraer al público al cine mexicano y que pague su boleto sin arrepentimientos. Así ocurre con el Oscar, que es un gran instrumento de promoción para las películas de Hollywood.

No obstante, todos los premios tienen un grado de injusticia que se origina desde las nominaciones mismas. Este año aplica perfectamente el refran aquel de “no son todas las que están, ni están todas las que son”. Por ejemplo, se ha mencionado que “Las hijas de Abril”, de Michel Franco, que obtuvo un premio en Cannes, merecía más nominaciones de las tres que le otorgaron.  Y así otras películas que no fueron consideradas o quedaron excluidas.

Todo esto tiene qué ver con el método de nominación, donde es sabido que no todos los miembros de la Academia hacen el esfuerzo de ver las películas y, en cambio, hay muchos que, sin verlas, regalan su voto a sus amigos.

Otra de las anomalías es que hay una categoría de  mejor largometraje documental y esos mismos títulos pueden competir por mejor película. Para que hubiera equilibrio, entonces debería de haber una categória de mejor largometraje de ficción.

Además, uno de los aspectos que suelen causar más incertidumbre está relacionado con aquellas películas que no se han estrenado comercialmente (la cual es una condición para entrar a las nominaciones) pero que realizan una simulación de estreno para poder competir.  Eso pasó el año pasado con “La 4a compañía”, filme multipremiado en los Arieles que al momento de la ceremonia nadie había visto  y que, cuando al fin se estrenó, un año después, fue algo decepcionante para algunos espectadores y críticos.

Por último, es notable el desprecio hacia el cine taquillero, prácticamente ignorado incluso en las categorías técnicas. Es verdad que hay películas taquilleras no aptas para este tipo de premios, pero no se puede medir todo con el mismo rasero y, en la estretagia de interesar al público, tendría que entenderse un poco más que ésta es en efecto una industria cultural pero también de entretenimiento. Uno de los mayores desafíos del cine mexicano actual es hacer buenas películas y que además triunfen en taquilla.

Las favoritas

Con 16 candidaturas, “Sueño en otro idioma” de Ernesto Contreras, es la gran favorita de la ceremonia de entrega de los Premios Ariel que se realizará este martes 5 de junio en el Palacio de Bellas Artes. Esta película tiene todos los méritos para ser la ganadora de la noche, pues es una película muy sólida en todos sus aspectos, desde el guión hasta el desempeño actoral.

El filme narra el esfuerzo de un joven lingüista para grabar un idioma indígena que está a punto de desaparecer, el zicril, cuyos únicas dos personas que lo hablan, dos viejos, no se dirigen la palabra por un pleito del pasado. Es una ironía que no esté incluida en la categoría de mejor dirección, toda vez que Contreras, sobresaliente director de filmes como “Párpados azules” y “Las oscuras primaveras”, se autoexcluyó para evitar conflicto de intereses, pues este año asumió la presidencia de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, la entidad que precisamente otorga estos galardones.

Por la temática que aborda, tan oportuna como dolorosa, el documental “La libertad del diablo”, de Everardo González, está llamada a ser premiada en el Palacio de Bellas Artes, como lo señalan sus ocho nominaciones. Filmada en el norte del país, recoge una serie de testimonios de personas que han pertenecido al narcotráfico o que han sido afectadas de manera directa por éste y la guerra que emprendió el gobierno mexicano en su contra desde hace unos 10 años.

Los otros títulos que obtuvieron numerosas nominaciones fueron “La región salvaje” de Amat Escalante con 12; “Vuelven” de Issa López con diez; “Los adioses” de Natalia Beristáin con ocho; “Batallas íntimas” de Lucía Gajá con cinco, y “Tiempo compartido” de Sebastián Hofmann también con cinco. Todas estas son películas valiosas, que con todo merecimiento estarán compitiendo y podrían llevarse premios importantes.

En fin, esperamos que sea una gran noche para todos, ganadores, nominados y miembros de la comunidad. Ojalá que la salud del cine mexicano siga mejorando, sobre todo en los temas de distribución y exhibición, que es donde más sufre.


TODOS LOS NOMINADOS

MEJOR PELÍCULA

Batallas íntimas / Lucía Gajá
La libertad del Diablo / Everardo González
La región salvaje / Amat Escalante
Sueño en otro idioma / Ernesto Contreras
Tiempo compartido / Sebastián Hofmann

LARGOMETRAJE DOCUMENTAL

Batallas íntimas / Lucía Gajá
El maíz en los tiempos de guerra / Alberto Cortés
La libertad del Diablo / Everardo González
Plaza de la Soledad / Maya Goded
Un exilio: película familiar / Juan Francisco Urrusti

DIRECCIÓN

Lucía Gajá / Batallas íntimas
Everardo González / La libertad del Diablo
Amat Escalante / La región salvaje
Natalia Beristáin / Los adioses
Issa López / Vuelven

ACTOR

Leonardo Alonso / El vigilante
Daniel Giménez Cacho / Los adioses
Gabino Rodríguez / Los crímenes de Mar del Norte
Humberto Busto / Oso polar
Eligio Meléndez / Sueño en otro idioma

ACTOR DE CUADRO

Héctor Holten / El vigilante
Hernán Mendoza / Las hijas de Abril
Norman Delgadillo / Los crímenes de Mar del Norte
Andrés Almeida / Tiempo compartido
Tenoch Huerta / Vuelven

ACTRIZ

Karina Gidi / Los adioses
Ángeles Cruz / Tamara y la Catarina
Angelina Peláez / Tamara y la Catarina
Cassandra Ciangherotti / Tiempo compartido
Arcelia Ramírez / Verónica

ACTRIZ DE CUADRO

Bernarda Trueba / La región salvaje
Vico Escorcia / Los crímenes de Mar del Norte
Norma Angélica / Sueño en otro idioma
Mónica Miguel / Sueño en otro idioma
Mercedes Pascual / Tamara y la Catarina

COACTUACIÓN FEMENINA

Simone Bucio / La región salvaje
Joanna Larequi / Las hijas de Abril
Tessa Ia / Los adioses
Verónica Toussaint / Oso polar
Fátima Molina / Sueño en otro idioma

COACTUACIÓN MASCULINA

Emilio Echevarría / El elegido
Pedro de Tavira / Los adioses
Hoze Meléndez / Sueño en otro idioma
Juan Pablo de Santiago / Sueño en otro idioma
Miguel Rodarte / Tiempo compartido

CORTOMETRAJE ANIMACIÓN

Amor, nuestra prisión / Carolina Corral
Cerulia / Sofía Carrillo
Nos faltan / Lucía Gajá, Emilio Ramos
Poliangular / Alexandra Castellanos
Última estación / Héctor Dávila

CORTOMETRAJE DOCUMENTAL

Artemio / Sandra Luz López
Juan Perros / Rodrigo Ímaz
La muñeca tetona / Diego Enrique Osorno, Alexandro Aldrete
Relato familiar / Sumie García
Tecuani, hombre jaguar / Isis Alejandra Ahumada, Nelson Omar Aldape

CORTOMETRAJE FICCIÓN

Chambelán / Fabián León
La Ramona / Antonio de Jesús Sánchez
Libre de culpa / Santiago Arriaga, Mariana Arriaga
Mamartuile / Alejandro Saevich
Oasis / Alejandro Zuno

DISEÑO DE ARTE

Antonio Muñohierro / El elegido
Carlos Jacques / La habitación
Carlos Jacques / Los adioses
Bárbara Enríquez / Sueño en otro idioma
Ana Solares / Vuelven

EDICIÓN

Francisco X. Rivera, Lucía Gajá, Mariana Rodríguez / Batallas íntimas
Paloma López Carrillo / La libertad del Diablo
Fernanda de la Peza, Jacob Secher Schulsinger / La región salvaje
Valentina Leduc / Plaza de la soledad
Joaquim Marti / Vuelven

EFECTOS ESPECIALES

Lluis Rivera, Alejandro Vázquez / El elegido
Arturo Godínez / La habitación
José Manuel Martínez / La región salvaje
Yoshiro Hernández / Purasangre
Alejandro Vázquez / Sueño en otro idioma

EFECTOS VISUALES

Lluís Castells / El elegido
Radoslaw Rekita / La habitación
Peter Hjorth / La región salvaje
Raúl Prado / Mientras el lobo no está
Raúl Prado, Juan Carlos Lepe, Edgar Piña / Vuelven

FOTOGRAFÍA

Guillermo Granillo / El elegido
Guillermo Granillo, Bogumil Godfrejów / La habitación
María José Secco / La libertad del Diablo
Dariela Ludlow / Los adioses
Tonatiuh Martínez / Sueño en otro idioma

GUIÓN ORIGINAL

Everardo González, Diego Enrique Osorno / La libertad del Diablo
Amat Escalante, Gibrán Portela / La región salvaje
Carlos Contreras / Sueño en otro idioma
Sebastián Hofmann, Julio Chavezmontes / Tiempo compartido
Issa López / Vuelven

MAQUILLAJE

Maru Errando, Carlos Sánchez / El elegido
Carlos Sánchez, Itzel Peña / La habitación
Nury Alamo / Los crímenes de Mar del Norte
Maripaz Robles / Sueño en otro idioma
Adam Zoller / Vuelven

MÚSICA ORIGINAL

Jacobo Lieberman, Leonardo Heiblum / Batallas íntimas
Quincas Moreira / La libertad del Diablo
Guro Moe / La región salvaje
Jacobo Lieberman, Leonardo Heiblum / Plaza de la soledad
Andrés Sánchez Maher / Sueño en otro idioma

ÓPERA PRIMA

Ayúdame a pasar la noche / José Ramón Chávez
El vigilante / Diego Ros
Los años azules / Sofía Gómez Córdova
Mientras el lobo no está / Joseph Hemsani
Plaza de la Soledad / Maya Goded

PELÍCULA IBEROAMERICANA

Aquarius (Brasil) / Kleber Mendonça Filho
La mujer del animal (Colombia) / Víctor Gaviria
Últimos días en la Habana (Cuba) / Fernando Pérez
Una mujer fantástica (Chile) / Sebastián Lelio
Zama (Argentina) / Lucrecia Martel

REVELACIÓN FEMENINA

Macarena Arias / Alba
Ruth Ramos / La región salvaje
Ana Valeria Becerril / Las hijas de Abril
Nicolasa Ortiz Monasterio / Sueño en otro idioma
Paola Lara / Vuelven

REVELACIÓN MASCULINA

Luis Amaya Rodríguez / Ayúdame a pasar la noche
Jesús Meza / La región salvaje
Máximo Hollander / Los herederos
Luis de la Rosa / Mientras el lobo no está
Juan Ramón López / Vuelven

SONIDO

Antonio Diego, Jorge Juárez, Omar Juárez, Tomasz Dukszta / La habitación
Matías Barberis, Bernat Fortiana, Pablo Tamez, Jaime Baksht, Michelle Couttolenc
/ La libertad del Diablo
Raúl Locatelli, Sergio Díaz, Vincent Arnardi / La región salvaje
Enrique Greiner, Pablo Tamez, Raymundo Ballesteros / Sueño en otro idioma
Emilio Cortés, Martín Hernández, Alejandro Quevedo, Jaime Baksht, Michelle
Couttolenc / Vuelven

VESTUARIO

Mercè Paloma / El elegido
Mariestela Fernández, Gabriela Diaque / La habitación
Anna Terrazas / Los adioses
Fernanda Vélez / Los crímenes de Mar del Norte
Gabriela Fernández / Sueño en otro idioma

ARIEL DE ORO

Queta Lavat (Actriz)
Toni Kuhn (Fotógrafo)

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Por Hugo Lara Chávez

Cineasta e investigador. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Director-guionista del largometraje Cuando los hijos regresan (2017). Productor del largometraje Ojos que no ven (2022), entre otros. Director del portal Correcamara.com y autor de los libros “Pancho Villa en el cine” (2023) y “Zapata en el cine” (2019), ambos con Eduardo de la Vega Alfaro; “Dos amantes furtivos. Cine y teatro mexicanos” (coordinador) (2015), “Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-201” (2011) con Elisa Lozano, “Ciudad de cine” (2010) y"Una ciudad inventada por el cine (2006), entre otros.