Redacción. La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas ofrecerá  el próximo 4 de diciembre una Función de Gala, en la que se exhibirá la película restaurada con el proceso digital por la Filmoteca de la UNAM, “La barraca” (1945) del director Roberto Gavaldón, basada en la novela homónima de Vicente Blasco Ibáñez. Ganadora de la primera estatuilla del Ariel a mejor película, otorgado por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas en el marco de la primera ceremonia de entrega de este premio, en 1947.

Para celebrar su regreso a la pantalla grande, la AMACC invita al público en general a la función bajo una cooperación voluntaria a fin de reunir fondos que serán entregados a la fundación Ángel Catatonía cuyo objetivo es acercar recursos a la comunidad de Ecatzingo en el Estado de México que fue afectada por los recientes sismos.

De esta manera, la AMACC inicia una serie de publicaciones que tienen como fin difundir el quehacer cinematográfico, así como dar visibilidad a la historia del cine mexicano a través de los creadores y sus películas.

El texto que inicia con esta serie de impresos está dedicado precisamente a “La barraca,” en donde se narra la historia del rodaje y el estreno de la película. La investigación corrió a cargo del productor y director Roberto Fiesco,  el diseño editorial de Alejandro Magallanes y se contó con el valioso apoyo de TVUNAM para su realización.


La Barraca

En dicho texto de la AMACC, Roberto Fiesco nos entrega esta sinopsis:

“Una sola y poderosa imagen parece resumir la lucha de Batiste Borrull: un hombre honrado que llega con su esposa, Teresa, y sus hijos, Roseta, Nicolás, Ramón y Pascualet, a un pueblo campesino de Valencia, para cultivar las tierras alrededor de una barraca, que años atrás fueron propiedad del tío Barret. El tío fue un hombre despojado de sus tierras por un usurero, al cual mató, y con quien los habitantes del poblado decidieron solidarizarse, evitando así, por todos los medios, que dichas tierras se ocuparan. Por este motivo, la presencia de Batiste incomoda a todos, especialmente a su vecino, Pimentó, líder de los campesinos, quien boicotea cualquier acción de aquél, limitándole el agua para el riego, acusándolo de desacato ante el Tribunal de las Aguas, e incitando a los huertanos para que no tengan relación con los Borrull. Debido a la muerte del más pequeño de los hijos de Batiste, hay una tregua entre él y la comunidad, tregua que dura hasta que una noche Pimentó habla mal de Batiste en la taberna pueblerina y éste le responde con un sillazo que lo deja tendido en el suelo. En venganza, el vecino intenta matar al forastero en la oscuridad de un pantano, pero es Batiste quien lo hiere de muerte con su rifle. El pueblo incendia la barraca del foráneo, y la familia Borrull, víctima de una fatalidad que no merecía, debe partir como llegó, dispuesta a empezar de nuevo en otras tierras. Así pues, el drama de Barret, y de La barraca, es enfrentarse a una comunidad presa de atavismos y supersticiones invencibles”.

“La barraca” fue una película saludada en 1945 por la crítica y por el público que la mantuvo siete semanas en el Cine Chapultepec, su sala de estreno, como una de las obras más importantes de la cinematografía nacional hasta entonces. Con ella, su director, Roberto Gavaldón, dio inicio a una carrera que arrojaría en el futuro una decena de obras maestras. La barraca es una cinta –de acuerdo con las palabras del estudioso Román Gubern– que significó “un verdadero acto de afirmación política”, por el trabajo que, frente o detrás de cámara, realizaron numerosos exiliados españoles, llegados a México desde finales de los años treinta para enriquecer las pantallas de una industria efervescente y fortalecida, como era la mexicana”.

Roberto Fiesco
 

Sobre Roberto Gavaldón Leyva

Nació en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 7 de junio de 1909. Durante los años 20 radicó en Los Ángeles, California, empleandose como extra para diversos estudios cinematográficos. A su regreso a México en 1932 se relacionó con personas involucradas en el cine sonoro mexicano, mismas que lo invitan a participar como extra en algunos filmes. Sin embargo, lo que realmente le interesaba a Gavaldón eran los aspectos técnicos, por lo que comenzó a trabajar como utilero, anotador, guionista y asistente de dirección.

Entre 1935 y 1944 trabajó como asistente de dirección en más de 50 películas y en 1944 inició formalmente su carrera como director con La barraca, filme que obtuvo catorce nominaciones y diez premios Ariel en 1946, que fueron entregados en la primera ceremonia que se celebró en 1947, incluyendo el de oro a mejor película y el de plata por mejor dirección.

Roberto Gavaldón también obtuvo en dos ocasiones más el Ariel de oro y plata por En la palma de tu mano (1950) y El niño y la niebla (1953) Roberto Gavaldón estuvo nominado 11 veces al Ariel y lo ganó en 4 ocasiones, 3 como director y uno por la adaptación de la película El niño y la niebla. Roberto Gavaldón murió en la ciudad de México el 4 de septiembre de 1986.