Por Leticia Carrillo


Jorge Zárate es uno de los actores más solicitados y reconocidos del actual cine mexicano, con interpretaciones tan notables como la del empleado de oficina en La sangre iluminada (Iván Ávila Dueñas) que es una de las víctimas de una extraña condición en la que los que la sufren ven sustituir su alma por la de otra persona.


El ganador de un Ariel por su actuación en Dos abrazos (Enrique Begné) opinó  que los premios “no sirven para valorar las trayectorias ni los trabajos sino un momento específico como actor”. Aunque aceptó que los reconocimientos “te posicionan y eso es bueno”.  


Pero para él sería ideal que “los Arieles fueran como una marca registrada, como lo que sucede con los Oscares; que los actores la pudiéramos ocupar para promocionar nuestro trabajo o incluso, una película. Que tuvieran un valor real, comercial”.


El actor espera este año espera el estreno de por lo menos tres proyectos en los que ha participado, algunos de los cuales forman parte de la conmemoraciones por el Bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución mexicanas; que a saber son: Chicogrande, de Felipe Cazals; El infierno, de Luis Estrada, y La Historia en corto, producido por Televisa.


Sobre este último trabajo, impulsado por la mayor televisora de México, señaló: “lástima que sólo se acuerden de estas causas cuando se cumplen aniversarios. Yo pienso que no hay nada que festejar porque ni somos independientes ni la Revolución nos hizo muchos favores”.


Por otra parte, Jorge Zárate indicó que acaba de interpretar a un médico forense en la ópera prima de Kenya Márquez,  Fecha de caducidad. En este filme compartió escenario de nueva cuenta con Damián Alcázar (Crónicas), como lo hizo en los largometrajes de Cazals y Estrada.


Asimismo, el 12 de marzo llegará a las pantallas grandes, “una película muy divertida” como describió a La última y nos vamos (Eva López-Sánchez) en la que también actuó.


Finalmente, expresó sobre su trabajo en el género de la comedia, como sucedió con su papel del psiquíatra amigo del personaje que interpreta Jaime Camil en Regresa (Alejandro González Padilla), estrenada en enero pasado,  “creo que los actores no debemos encasillarnos en un género, debemos hacer el trabajo como venga, me da gusto que me hablen para proyectos tan distintos entre sí”