Leticia Carrillo/Enviada
Morelia, Mich.-Un día, buscando locaciones para su trabajo de tesis de estudios en cine, Michel Lipkes tocó a una puerta de una casa en el Centro Histórico de la Ciudad de México y cuando las puertas se abrieron, entró a “una cápsula del tiempo donde el exterior no existía”.
El lugar, contó el cineasta en entrevista con CorreCamara.com es Fiuma, una cantina clandestina cerrada al público y poblada por hombres de la tercera edad, exponentes de la marginalidad en la que viven sectores olvidados de la sociedad.
Este sitio fue también la motivación que llevó a Lipkes a realizar su opera prima “Malaventura” que compite en la Sección Oficial en Competencia de Largometraje Mexicano del Festival Internacional de Cine de Morelia, evento que “impulso mucho el cine mexicano y en el que han ganado cineastas que admiro y respeto mucho como Nicolás Pereda, Amat Escalante, Pedro González Rubio y Julio Hernández Cordon”, según el director.
“Mi película retrata un día en la vida de un viejito que vive solo en el Centro Histórico y no tiene nada, vemos su cotidianeidad, lo que hace para sobrevivir y las culpas que los están arrastrando al final de sus días, es un personaje heroico porque lucha contra él mismo y contra el mundo”, detalló Michel Lipkes sobre el protagonista de “Malaventura”.
“Decidí hacer una película acerca de la tristeza que me provoca el México actual”, expresó el realizador, y apuntó que la cinta es “una metáfora de la civilización en ruinas, llena de cantinas alicaídas, cine pornográficos en total decadencia, calles caóticas con un nivel de aglomeración que inspiran ideas apocalípticas”.
Lipkes dijo que siempre se ha sentido atraído por “descubrir lo que pasa en los márgenes de la cotidianeidad, el mundo de la marginación que no se filma mucho porque es más cómodo voltear a otros puntos; me interesan las ruinas, su belleza y su fealdad, cuando entré a Fiuma se me puso la piel chinita por el sólo hecho de estar ahí, es un lugar en el que se siente el cine en todos los rincones”.
El director y programador del extinto Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México comentó que una de las cosas de las que se dio cuenta al hacer “Malaventura” fue que “es muy fácil vivir al margen de la realidad: para existir en la sociedad de una manera decorosa tienes que cumplir con el pago de impuestos, ganar el dinero…y si no lo haces, es muy fácil quedarte fuera ella”.
Sobre la producción del filme de 74 minutos de duración, Michel Lipkes detalló que el presupuesto fue “muy bajo”, el crew de 10 personas y el elenco se conformó por más de 20 actores no profesionales seleccionados en un casting que se prologó por más de tres meses; el rodaje se efectuó a lo largo de tres semanas y la edición llevó un año.
Respecto a esta forma de hacer cine, Lipkes señaló: “te quita las expectativas comerciales y el peso de cargar sobre la espalda un presupuesto alto para después librar una batalla perdida de antemano con las producciones de las “majors”; para mi el cine de arte no tiene porqué se rentable, la cultura de un país no debe rendir cuentas financieras, esa es la labor del cine comercial, la nuestra, es una forma de resistencia ante la idea de dedicarle más tiempo a conseguir dinero para filmar que a cuestiones creativas como leer, escuchar, ver”.