Por Orianna Calderón
La historia de una madura esposa-trofeo que decide dejar la repisa del espacio privado para explotar su carismático potencial en el ámbito público, es el hilo narrativo utilizado por François Ozon en una película de época (la Francia de 1977), que celebra una estética kitsch cargada de colores intensos, pantallas divididas, personajes caricaturescos, peinados retro y musicales nostálgicos. “Mujeres al poder” es el título de esta inteligente farsa protagonizada por Catherine Deneuve, que se exhibe en las salas mexicanas como parte del 15º Tour de Cine Francés (del 9 de septiembre al 1 de diciembre de 2011).
El título original del filme, “Potiche”, designa un elegante florero cuya función es primordialmente ornamental; en este sentido, también se emplea para referirse a una mujer-trofeo, reducida a mero símbolo del estatus y poder adquisitivo de su marido. Al inicio de “Mujeres al poder”, la protagonista es básicamente “une potiche” que se limita a compartir las opiniones de su tiránico marido, director de una fábrica de paraguas. Pero cuando éste es secuestrado por los trabajadores inconformes y ella se ve en la necesidad de tomar las riendas del negocio familiar, se hace evidente la capacidad de liderazgo y organización de la burguesa que consagraba su existencia a escribir poemas cursis.
Así resumida, la historia del nuevo filme de Ozon (cuya filmografía incluye cintas tan perturbadoras como “Amantes criminales” y “5X2”) parece una trayectoria de superación personal/liberación femenina que resulta un tanto simplista y autocomplaciente. Sin embargo, tras esa puesta en escena cargada de artificialidad y clichés (ambos rasgos perfectamente planeados y consistentes a lo largo de la película), subyace una mirada crítica que no sólo problematiza las relaciones de género, sino que las presenta atravesadas por variables como la clase social y la lucha política. Más aún, a pesar de rayar en lo caricaturesco, los personajes son creíbles incluso cuando hacen declaraciones que dan pie a puntos de inflexión inesperados y transgresores.
Este lúcido contenido satírico, aunado al brillante trabajo del dúo Deneuve-Depardieu y al placer de sumergirse en un universo colorido que recuerda al estilo de Jacques Demy en “Los paraguas de Cherburgo” (1964), hace de Mujeres al poder un filme sumamente disfrutable. Ahora bien, si se le analiza desde una perspectiva feminista, es innegable que la “evolución” de la protagonista es retratada mediante una serie de estereotipos que enfatizan la idea del feminismo como una guerra de sexos. [1]
Por ello, resulta interesante contrastarla con otro filme hecho en 2010, ambientado hacia finales de la década de los sesenta y centrado en un personaje femenino que adquiere influencia política en el contexto de la lucha sindical: “Mujeres exitosas” de Nigel Cole. Este filme británico protagonizado por Sally Hawkins (“Happy go lucky”), tuvo su estreno comercial en México en junio de 2011; está basado en hechos reales, específicamente, la huelga encabezada en 1968 por las 187 costureras de la planta de la Ford Motor Company en Dagenham, exigiendo salarios iguales a trabajos iguales sin discriminación de sexo.
Uno de los principales puntos fuertes de “Mujeres exitosas”, es el mantenimiento de un tono optimista y cálido en el retrato de una huelga donde las clases trabajadoras son depositarias de la total simpatía de los espectadores y, más aún, resultan triunfantes sin necesidad, ni de mártires dispuestas a sacrificios desmesurados, ni de discursos victimizadores que precisen de enemigos tiránicos a quienes derrotar. El mensaje final es tan claro como lo plantea el personaje interpretado por Hawkins -Rita O’Grady- en el discurso ante los representantes de los Sindicatos de Trabajadores: “Estamos juntos hombres y mujeres. El sexo no nos separa. Nos separan los que están dispuestos a aceptar injusticias. La igualdad de salarios para las mujeres es lo correcto.” En una secuencia anterior, ella misma sintetiza: “Se trata de derechos, no de privilegios.”
Así, tanto “Mujeres exitosas” como “Mujeres al poder”, plantean historias de empoderamiento femenino en tono ligero y agradable para el espectador promedio. Pero mientras el filme francés recicla estereotipos para hacer una aguda crítica a las relaciones de género en una puesta en escena altamente artificiosa, la película británica recupera un hecho histórico (que desembocó en la Ley de Pago Igualitario de 1970) y, de este modo presenta una imagen que reivindica logros concretos y demandas legítimas de un movimiento encabezado por mujeres con conciencia feminista, es decir, convencidas de que la diferencia sexual no es argumento válido para legitimar ningún tipo de injusticia.
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[1] Una película mexicana de 1943, “Arriba las mujeres” (Dir. Carlos Orellana), es particularmente ilustrativa sobre ese modo erróneo de entender el feminismo como una guerra de mujeres contra hombres. El filme, basado en una obra de Teodoro J. Remírez, incluso vincula al feminismo con el nazismo: “Mi mujer no es una mujer. Es el canciller Adolfo Hitler”, dice Próspero (Manuel Noriega) al referirse a su esposa Felicidad (Consuelo Guerrero de Luna), la directora del “Partido Socialista Feminista”.
FICHAS TÉCNICAS
“Mujeres al poder” (“Potiche”)
Dirección: François Ozon. Guión: François Ozon, adaptación libre de la obra de Pierre Barillet y Jean-Pierre Grédy. País: Francia. Año: 2010. Duración: 103 min. Género: Comedia. Reparto: Catherine Deneuve, Gérard Depardieu, Fabrice Luchini, Karin Viard, Judith Godrèche, Jérémie Renier. Productora: Mandarin Films, FOZ, France 2 Cinéma,
Mars Distribution, Canal+, France Télévision.
“Mujeres exitosas” (“Made in Dagenham”)
Dirección: Nigel Cole. Guión: William Ivory. País: Reino Unido. Año: 2010. Duración: 113 min. Género: Drama. Reparto: Sally Hawkins, Miranda Richardson, Rosamund Pike, Jaime Winstone, Bob Hoskins, Richard Schiff, John Sessions, Kenneth Cranham, Daniel Mays, Geraldine James, Andrea Riseborough. Productora: BBC Films, Number 9 Films, Audley Films, BMS Finance, HanWay Films y UK Film Council.