Acorralados

PorRedacción

Mar 13, 2024

El próximo matrimonio de los novios Priscila y Bernardo hará una sola las haciendas de sus padres respectivos, Hipólito y Diego. Aurelio, sobrino, de Hipólito, ama a Priscila, codicia las tierras y urde intrigas con el licenciado Domínguez para avivar una disputa de los dos hacendados a causa de un río desbordado. Se celebra una fiesta para despedir a Bernardo, que concluirá sus estudios en la capital. En la fiesta, Aurelio, que irrumpe borracho con Domínguez y un mariachi, corteja a Eloísa, madre de Bernardo. Aurelio intercepta una carta conciliadora enviada por Diego a Hipólito y logra con engaños que ambos acudan a un lugar. Ahí, los hacendados deducen la culpa de Aurelio, pero éste los asesina y los hace pasar por muertos en duelo. Priscila y Bernardo se rehuyen en el entierro de Hipólito. Aurelio se casa con Eloísa y ordena el asesinato del recién regresado Bernardo, pues teme que el joven reclame su herencia. Bernardo, que rompe con su madre al tiempo en que le regala el título profesional que prometió a Diego, lograr salvar la vida y se refugia en casa de un sirviente cuya hija Alicia presenció el doble crimen de Aurelio sin reconocer al asesino. Alicia y Bernardo deducen la verdad de lo ocurrido. En la cantina, Bernardo da una paliza a unos que lo llaman “hijo de Aurelio” y hace confesar todo al asustado Domínguez. En plena tormenta, Eloísa muere al interponerse para salvar a Bernardo de un disparo de Aurelio y éste cae por un despeñadero al río causante de la tragedia.

“Acorralados” (1975), Alfredo B. Crevenna, Alfonso Rosas Priego, México.