Ezequiel Obregon
CorreCamara.com-EscribiendoCine
Buenos Aires. Además de ser un famoso actor hollywoodense, Viggo Mortensen
alterna el tiempo que le demanda actuar con otras pasiones: la pintura,
la fotografía y la escritura. Fundador de la editorial Perceval Press,
visitó Argentina para presentar un CD con sus poemas llamado Canciones de invierno y parte de la obra de un poeta local, Talo Kejner.
Humilde, emotivo y a la vez jocoso. Así lució Mortensen en
el Centro Cultural de España del barrio de San Telmo. Si no fuera uno
de los rostros más reconocidos del séptimo arte, gracias a tanques como
El señor de los anillos y otros films más autorales como Promesas del este,
pasaría por un argentino más. Algo no tan inexacto, considerando que
vivió gran parte de su infancia en Buenos Aires, Chaco y Córdoba, hasta
que a los once años emigró a Estados Unidos. Además de un fluido
castellano, Viggo no deja de proclamar su pasión por
San Lorenzo, incluso en eventos como éste, menos grandilocuentes que
las premiere a las que estará acostumbrado, pero igualmente importantes
para él.
Al ingresar al Centro Cultural (ex Patronato de la Infancia) no dejó
que lo fotografiaran solo, pues la consigna era clara: las estrellas
serían él y el poeta argentino Talo Kejner, quien presentó Las pequeñas grandes cosas. El actor contó que conoció al poeta durante el rodaje de El señor de los anillos. Kejner
(también empresario) se encargó del marketing del film en América
Latina. De forma bastante casual leyó sus poemas y quedó impresionado. EscribiendoCine le preguntó sobre qué aspectos de su poesía le parecieron singulares. Y respondió: “Era
muy diferente a lo que había leído antes. Los temas no aparecían en
otros poetas. He leído muchos poemas, pero por ejemplo aparecen en sus
poemas personas de cuarenta, cincuenta y sesenta años. Hay diversas
épocas para el amor. Hoy hay una obsesión por la juventud, por ser cada
vez más joven, por ser más perfecto, por ser más falso. Es la lucha
contra la vejez. Es una enfermedad. Y encontré poemas muy bonitos pero
muy intensos, algunos son poco sentimentales, muy fuertes. Dicen una
verdad, y eso me gustó mucho. Hay otro tema importante en su poesía que
es el exilio, muy relevante en este país y en otros. Muchos tuvieron
que irse, con en el caso de él. ¿Y cómo es volver? De eso hablan sus
poemas.”
Viggo leyó sus poemas y los de Kejner,
algunos de los cuales también fueron leídos por una amiga. Entre los
tres coordinaron un encuentro cálido y distendido, que culminó con una
extensa fila de ¿fans? que esperaron para llevarse ejemplares
dedicados. Veintiún poemas musicalizados forman parte de Canciones de invierno.
El libro que lo acompaña tiene las letras en castellano y en inglés. Al
abrir la primera página nos encontramos con un poema muy breve: “Junio: tengo un libro lleno de frases incompletas / El sol: blanco, hecho de seda vieja”.