Cine Mexicano S.A. de C.V.

Por Juan Manuel Badillo

La directora del Instituto Mexicano de Cinematografía, Marina
Stavenhagen, se subió, como no queriendo, a la polémica que hace unos
meses desató el presidente de la Cámara Nacional de la Industria
Cinematográfica y del Videograma (Canacine), Alejandro Ramírez, al
declarar ante productores y directores nacionales, que en México se filma
“basura” y que si querían que les fuera bien en los cines “que hagan
mejores cosas”.

“Que el cine mexicano sea malo o bueno, ¿según quién?”, dijo Stavenhagen, “es como decir que las hamburguesas de McDonald’s son un éxito porque se venden mucho”, agregó.

En el informe de Canacine del 2010, Ramírez, también director de la cadena de cines Cinépolis, ya había arremetido contra el sistema estatal de apoyo al cine nacional, al afirmar que se estaban produciendo muchas películas, pero que no todas eran buenas. “Hay que producir menos, pero de más calidad”, dijo entonces el empresario y presidente del Festival Internacional de Cine de Morelia.

Fuera de declaraciones y polémicas estériles, lo cierto es que el tema de la distribución y exhibición del cine mexicano en el país sigue siendo el cuello de botella de la cinematografía nacional.

El tema de la distribución, dijo Stavenhagen, se debe atacar (no con declaraciones) sino con infraestructura y buscando nuevos canales de distribución y exhibición.

Este año, el Imcine anunció menos películas mexicanas producidas (67), frente a cerca de 70 de años anteriores. La merma es mínima, sin duda, pero la cantidad sigue sin convencer del todo, cuando en los años de mayor producción en México se llegó a más de 130 largometrajes (135 en 1958).

La mala noticia es que solamente el 7 por ciento de los mexicanos vieron cine local (13 millones de espectadores). Esto frente a un 8 por ciento de aumento en la audiencia total a los cines, para películas nacionales y extranjeras.

En esos números repercute la piratería, el hecho de que no haya cines en zonas alejadas de las grandes ciudades, las pocas pantallas que son dedicadas a los estrenos nacionales y los alto costo del boleto de cine, en relación con los ingresos del mexicano promedio.

Imcine anunció que YouTube empezará a exhibir cine mexicano de forma legal, otro tanto lo hace en televisión de paga, cablevisión, en el sistema Cinema on demand, y en breve también están en negociaciones para entrar con su catálogo de acervo al sistema de Netflix.

El futuro del cine, y sobre todo el cine mexicano, está en Internet, dijo Stavenhagen y tiene mucha razón.

badillo685@hotmail.com

FOTO DEL INICIO: Marina Stavenhagen y Alejandro Ramírez, en una imagen de archivo.