Quiere Luis Estrada levantar reacciones con “La verdad sospechosa”

Paulina Carrillo/Enviada

Monterrey, NL.- “Espero que sirva como un espejo crítico y desalmado en el que se vean reflejados el poder político y económico, quiero que levante reacciones”, dijo el director Luis Estrada sobre su película “La verdad sospechosa”, que comenzará a filmarse a principios de 2013 con un elenco conformado por Damián Alcánzar, Daniel Giménez Cacho, María Rojo, José María Yazpik, Joaquín Cosío, Jorge Zárate, e Irene Azuela.
Lo anterior ocurrió en conferencia de prensa llevada a cabo dentro del Festival Internacional de Cine de Monterrey que rindió tributo al realizador de las populares cintas “La ley de Herodes” y “El infierno”.

“Es una sátira política en la que hago una reflexión sobre el cuarto poder, que se comporta como si fuera el primero; hablo en particular de la televisión, de la relación perversa entre el poder de los medios de comunicación y la política”, agregó el cineasta acerca de “La verdad sospechosa”.

El también autor de “Ámbar” y “Camino largo a Tijuana” comentó en el encuentro con la prensa respecto a la censura “es un riesgo que siempre está presente, por ejemplo la censura económica se ejerce hacia los trabajos más críticos con el poder y eso sólo lo puede combatir la sociedad”.

Estrada consideró que aunque no está muy informado sobre ACTA (Acuerdo Comercial Anti Falsificación) es un tema “muy complejo, cualquier forma de control de lo que puedes decir o no es un disfraz de la censura, pero por otro lado, ACTA toca el asunto de la piratería que le ha partido la madre al cine y a otras artes y detrás de la cual, se ha investigado, hay mafias muy poderosas”.

Por otra parte, a pregunta de la prensa respecto a su fórmula para hacer cine en condiciones adversas, Luis Estrada contestó: “la decisión más difícil que tomé fue ser mi propio productor, lo que me ha llevado a hacer pocas películas pero me ha permitido estar cerca del proceso de difusión, de comercialización, de distribución de mis obras, tratando de que lleguen a la mayor cantidad de lugares y personas en las mejores condiciones”.

“Sólo así se justifican las enormes cantidades de nuestro dinero que el Estado invierte en cine: si éste no alcanza a comentarse o verse, aunque gane muy buenos premios, no tiene mucho sentido”, afirmó.