Por Ulises Pérez Mancilla/Enviado
Morelia, Mich.-Después de una abrumadora crítica en el festival de Guadalajara, la ópera prima de Jorge Michel Grau, realizada bajo el sistema de producción de óperas primas del CCC, se ha colocado por méritos propios en el top de filmes mexicanos del año. Su selección en la Quincena de Realizadores en Cannes le dio su empujoncito. Hoy, marca un hito en el FICM, pues a partir de este año inaugura la modalidad de recibir dentro de la selección oficial a películas no inéditas, cosa que no había ocurrido en ediciones pasadas. Es además, la única película mexicana que ha competido en los tres festivales más importantes de México, habiendo ganado ya en Expresión en corto.
Somos lo que hay es una película para verse dos veces, o se corre el riesgo de tropezarse con su doble lectura. Como melodrama típico mexicano apesta, incómoda, indigna; como sátira gore se erige como una pieza destacada que a resumidas cuentas, se adhiere a todas las piezas del género y además, rescata un valioso sentido de identidad nacional que va desde su extraordinaria búsqueda de locaciones hasta erigir un homenaje al matriarcado mexicano de doble moral.
Entre tanto cine de improvisación y contemplación manufacturada, el formalismo académico de Grau, cecero de orígen, se agradece. Su historia, es una historia al fin (¡Por fin!) estructurada, con altibajos en el tono y dudas propias de un debutante, pero precisa en el planteamiento de una familia caníbal con tintes proféticos. Cada miembro está delineado y encaminado a su final trágico muy a pesar de la redundancia simbólica: la madre obsesionada con las putas, el hijo menor irracional, la hija líder y el hijo mayor que se siente obligado a ocupar el lugar del padre en una muy sentida interpretación de Francisco Barreiro cuyas lágrimas compungidas resguardan un registro de actuación complejo, fresco. Completan el cuadro Paulina Gaitán y Alan Chávez.
La sola presencia de Carmen Beato y la anécdota de una mujer que pierde al marido y el rumbo de cómo llevar su familia, recuerdan a las intenciones de otra ópera prima cuequera que también inclinaba la balanza hacia el gore, pero le ganó el melodrama: La vida inmune de Ramón Cervantes, a quien también destrozaron en su momento y ha quedado en los anaqueles del olvido hasta que un valiente se anime a rescatarla.
Cuerpos sangrantes, pulsión sexual incestuosa adolescente, policías torpes de bajo mundo y una familia de caníbales neuróticos existencialistas habitando una casa de cartón, eso esta película. Si Grau decide seguir por el camino del cine de género, proliferará sin duda, cada vez con mayor dominio de él y con mejores historias qué contar. En pocas palabras, Somos lo que hay es el tipo de película que Quentin Tarantino buscaría para su colección personal y que en un par de décadas, las filmotecas y los festivales estarán buscando para hacerle retrospectivas.
SOMOS LO QUE HAY
Dirección y Guión: Jorge Michel Grau; Producción: Nicolás Celis; Fotografía: Santiago Sánchez; Música: Enrico Chapela; Edición: Rodrigo Ríos; Con: Fancisco Barreiro (Alfredo), Alan Chávez (Julián), Paulina Gaitán (Sabina), Carmen Beato (Patricia, la madre), Jorge Zárate (Owen), Esteban Soberánes (Octavio), Daniel Jiménez Cacho (Tito), Juan Carlos Colombo (director del servicio forense), Humberto Yañez (el papá) México, 2010 – 90 min.