Por Hugo Lara

“Todo el mundo tiene a alguien menos yo” es la ópera prima de Raúl Fuentes, egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) y que estuvo nominado este año a tres Arieles, como mejor guión original (del propio Fuentes), mejor fotografía y mejor ópera prima. Es un filme sobre un amour fou (amor loco) entre dos mujeres de diferentes edades y circunstancias.

La trama relata el tórrido romance entre Alejandra (Andrea Portal) y María (Naian Daeva), la primera es una joven y exitosa ejecutiva, de gusto refinado y de personalidad enérgica, mientras que la otra es una colegiala adolescente, desenfadada y sensual que pertenece a una familia de buena posición económica.  De la ardiente atracción erótica pasan a una tortuosa ruptura producto de sus diferencias de edad y de sus perspectivas de la vida, que dejan en mal estado emocional a Alejandra.

Lo mejor de  “Todo el mundo tiene a alguien menos yo” son los primeros veinte minutos que valen el resto de la película, de 90 minutos de duración en total. Es una entrada potente, con evidentes reminiscencia al cine de la Nouvelle Vague francesa de los años cincuentas, remarcado por una convincente ambientación y la solvente fotografía en blanco y negro de Jerónimo Rodríguez-García . Sin embargo, este primer impacto languidece gradualmente porque el resto del relato carece de la misma fuerza y consistencia. De hecho, si el filme fuera narrado de manera lineal, esos primeros 20 minutos son un flashback que pertenecería a la parte intermedia del relato, lo que da la impresión que fue movido en la edición, pero no estaba así desde el guión.

Asimismo, es en el guión donde se notan los puntos más débiles de la película, en oportunidades desperdiciadas o situaciones inacabadas (como por ejemplo, permitir ver mejor la reacción de las familias o de los amigos respecto a esta relación lésbica, lo que la realización pasa por alto).  Igualmente, falta trabajo a la definición de los personajes, especialmente en el aspecto de establecer mejor las brechas que las separan, pues de pronto no parece tan distantes ni en edad ni en posición social. No obstante, de lo mejor que tiene “Todo el mundo tiene a alguien menos yo” son las actuaciones de las protagonistas Andrea Portal y Naian Daeva, y su atractiva banda sonora.

Algo que vale la pena mencionar de este filme es que es de las pocas cintas del cine nacional que abordan el lesbianismo de manera abierta (otro antecedente sería “Tres mujeres en la hoguera”, de 1979 y, más receintemente, “Deseo”, 2012). Además, resulta curioso  la distancia que guarda con un referente internacional que toca temas afines y que está haciendo su recorrido en los cines al mismo tiempo: la controversial “La vida de Adèle. Capítulos 1 y 2” de Abdellatif Kechiche. La comparación podría ser injusta y desigual, pero puede detonar algunas reflexiones de las cuestionables idiosincrasia y moral mexicana, que a veces, tras una apariencia progresista, oculta un corazón mojigato lleno de culpas, castigos e insatisfacciones.
 

Dirección · Director |Raúl Fuentes Guion · Screenplay |Raúl Fuentes Fotografía · Cinematography |Jerónimo Rodríguez Sonido · Sound |Evelia Cruz Edición · Editor |Silvia Lucero Producción · Produced by |Armando Casas, Laura Pino, Carlos Taibo Intérpretes · Cast |Andrea Portal, Naian Daeva.


 


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Por Hugo Lara Chávez

Cineasta e investigador. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Director-guionista del largometraje Cuando los hijos regresan (2017). Productor del largometraje Ojos que no ven (2022), entre otros. Director del portal Correcamara.com y autor de los libros “Pancho Villa en el cine” (2023) y “Zapata en el cine” (2019), ambos con Eduardo de la Vega Alfaro; “Dos amantes furtivos. Cine y teatro mexicanos” (coordinador) (2015), “Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-201” (2011) con Elisa Lozano, “Ciudad de cine” (2010) y"Una ciudad inventada por el cine (2006), entre otros.