Por Emiliano Basile
EscribiendoCine-CorreCamara
La nueva versión del hombre que se transforma en lobo en luna llena, remite mas al clásico protagonizado por Lon Chaney Jr. (El hombre lobo, The Wolf Man, 1941) que a la última versión con Jack Nicholson (Lobo, Wolf, 1994). Así y todo, su realización es tan convencional que los aullidos del monstruo no asustan ni sorprenden a nadie.
Benicio Del Toro es Lawrence Talbot, un actor que interpreta a Shakespeare en obras de teatro. El misterioso asesinato de su hermano lo obliga a viajar a la casa de su padre (Anthony Hopkins), de la que huyó hace tiempo por la extraña maldición que habita en ella. Una noche es mordido por el lobo y la criatura se apodera de él en cada luna llena.
El hombre lobo versión 2009 fue dirigida por Joe Johnston (Jurassic Park 3, Jumanji), director elegido seguramente por su gran manejo de los efectos especiales en grandes superproducciones. Eso es El hombre lobo, una superproducción hecha correctamente, con el equipo adecuado y los actores convenientes, pero nada más, no le agrega nada nuevo a las tantas versiones del clásico de terror.
En este aspecto al film se vuelve previsible, planteando todo lo “esperable” de una historia sobre el hombre lobo. Reconstrucción de época victoriana, Anthony Hopkins haciendo de “viejo loco”, una maldición primitiva que acecha al pueblo, una dama fina y delicada a la cual hay que proteger y que tendrá relación con el héroe de turno. Y el hombre convertido en monstruo que no quiere convertirse ni acepta los poderes que la maldición le regala.
Con todo esto, la Universal despacha la nueva versión del clásico hombre lobo, priorizando los efectos en la transformación del hombre en lobo (como sucediera en El hombre lobo americano en Londres, film del año 1981 dirigido por John Landis), pero respetando el aspecto monstruoso de Lon Chaney Jr. Con el rostro de Benicio Del Toro con pelo hasta en la frente.
Quienes tengan un buen recuerdo de otra versión quédense con ella, porque este Hombre Lobo es sólo para las nuevas generaciones que tienen su primer contacto con la bestia. Y nada más.